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23/12/2019: Eduardo Vila Echagüe: ¿Traición?

[Capítulo 41 de La Informática y yo]
¿Traición?

En 1973 la Corporación IBM había tomado por primera vez la decisión de designar como Gerente General a una persona de afuera, la que ni siquiera provenía del área de tecnología sino de la financiera. El no pertenecer a la cultura IBM le permitió reconocer muchas áreas de gasto excesivo.

¿Recuerdan el entretenido y seguramente costoso paseo a la alta montaña para que el hijo de uno de nuestros ejecutivos pudiera ver mejor el cometa Halley? El nuevo CEO metió mano en estos chanchitos y logró incrementar considerablemente las utilidades de la empresa, recuperando así el precio de la acción que venía en una prolongada baja. También frenó el proyecto de fragmentación de la Compañía que estaba proponiendo la administración anterior.

IBM acostumbraba cambiar de CEO cada 4 o 5 años. Corría en aquel entonces el chiste de que el que se iba le dejaba 3 cartas al nuevo con la indicación de que las fuera abriendo si las cosas andaban mal. Si esto sucedía, el nuevo tendría que abrir la primera carta, en la cual encontraría la frase: "échale la culpa a tu antecesor". Más adelante cuando nuevamente aparecieran problemas abriría la segunda, donde diría: "échale la culpa a la situación internacional." Finalmente si aún así la situación no mejoraba tendría que abrir la tercera, en la que hallaría la siguiente instrucción: "ahora prepara 3 cartas." Es un chiste viejo y malo, pero parece que también aplica a los gobernantes de nuestras naciones.

El nuevo CEO analizó la rentabilidad de cada una de las divisiones. Seguramente encontró al fondo de la lista una muy pequeñita que generaba poca o ninguna ganancia, aquella donde se desarrollaba el OS/2. Tomó la decisión de no seguir invirtiendo en ese producto. Como no tenía cultura informática no intuyó que ese producto de menos de US$ 150 era el punto de entrada a las redes de PC, a la computación en los hogares y en última instancia a toda la explosión de aparatos portátiles que hemos visto en este siglo. La decisión se tomó cuando IBM todavía tenía una importante participación en el mercado de servidores y cuando las estaciones de trabajo aún no se decidían entre usar el DOS o el inestable Windows 3.1. Era una batalla difícil, pero no necesariamente perdida.

Naturalmente nosotros no nos enteramos de esa decisión en el momento en que se tomó sino mucho más tarde. Recién en el año 1997 nos percatamos de que IBM no pensaba sacar una nueva versión del OS/2 con capacidad para ejecutar aplicaciones para Windows de 32 bits, algo que era indispensable si queríamos tener participación en el mercado doméstico. También vimos que se había parado el desarrollo del restante software para OS/2, en tanto que ahora lo que hacían eran versiones para Windows NT. Incluso sacaron el Voice Type Dictation para Windows 95, con lo que se eliminaba la principal ventaja del OS/2 Warp sobre aquel. Naturalmente todos los que nos habíamos jugado por el OS/2 nos sentimos traicionados, al igual que aquellos clientes que habían apostado a esa plataforma confiados en IBM. No sé si algo así había ocurrido antes, tal vez sí con aquella línea 8100 que estudié antes de salir de Argentina, pero esta decisión tendría consecuencias mayores. Una vez que dejamos de comercializar nuestros PCs con nuestro propio software, el futuro de aquellos estaba sellado. Años después IBM se tuvo que deshacer también de la división de Computadores Personales,  vendiéndosela a Lenovo. Con esto terminó de desaparecer la participación de IBM en las PYMEs y en el mercado hogareño.

Pero no todo era tan negativo. IBM había sacado una oferta que permitía licenciar todo el software IBM en cada PC del cliente, siempre que éste incluyera la totalidad de sus PCs en la operación. El valor por PC era de unos pocos cientos de dólares. Varios clientes grandes interesados en Lotus Notes aceptaron la oferta, con lo cual nuestros resultados de negocio mejoraron considerablemente. Seguramente pensaron que habría muchos otros productos que podrían instalar amparándose en esa licencia, pero en la práctica salvo el producto de comunicaciones con el procesador central, no habría mucho más que les pudiera interesar. Para el resto de sus aplicaciones preferían los productos de Microsoft. Pese a ello, fue gracias a esa oferta que salvamos el año.

IBM estaba invirtiendo mucho dinero en su división de Software. Latin America South tenía presupuesto, por lo que nos invitó a una reunión de adoctrinamiento en la ciudad de Mar del Plata, el balneario más importante de Argentina, en la esquina sudeste de la provincia de Buenos Aires. 


Mi familia en 1938 frente a nuestra casa en Mar del Plata
Para mí esto fue algo muy emotivo, porque yo había pasado mis 
vacaciones allí desde que nací hasta los 15 años. Mi abuelo había construido en 1912 una casa en la punta del cerro Santa Cecilia, en aquel entonces el barrio elegante de la ciudad. Él no la pudo disfrutar porque murió al año siguiente. Para cuando llegué al mundo el barrio había perdido gran parte de su atractivo porque el centro social se había trasladado a la zona de Playa Grande, en el otro extremo de la ciudad. Desde una terraza que miraba al sur yo observaba las estrellas de noche, y podía ver de día hasta el horizonte porque aún no había edificios en altura. Pese a la distancia alcanzábamos a ver algo de las carreras de Fórmula 1 en la avenida costanera. Era la época de Fangio, Ascari, Farina, Villoresi y otros que no me acuerdo. ¡Cuánta nostalgia! La casa aún existe pero muy deteriorada. Después de un principio de incendio se la tuvimos que vender al vecino Convento de Santa Cecilia, que no la puede demoler porque creo que es monumento nacional.

La reunión se hizo en un hotel con vista a la Playa Grande y al majestuoso puerto de Mar del Plata. Además de las presentaciones de nuevos productos, fuimos informados de que habría una reorganización del grupo de Software Latin America South. Todo el soporte técnico se haría con los especialistas de IBM Argentina, en tanto que en los demás países sólo habría vendedores. Naturalmente que la noticia nos cayó muy mal porque como se pueden imaginar muchos de los que trabajamos en software lo hacemos debido a que nos gusta meter las manos en los productos que vendemos. Pese a la buena voluntad de nuestros colegas argentinos, la comunicación con ellos nunca sería tan fluida como con un compañero en la misma oficina. Ya no nos hacía tanta gracia habernos salido del Grupo Andino.


Playa Grande y puerto marplatense
Entre tanto, ¿cómo eran las relaciones de IBM Chile con IBM LAS? Sabíamos que a principios de año había sido reemplazado el Gerente  General venezolano de LAS nombrado cuando estalló el escándalo del Banco Nación. El nuevo Gerente General también era de origen venezolano pero en la práctica había pasado mucho años fuera de su país y seguramente ya contaba con la ciudadanía estadounidense. Su última asignación había sido en el Lejano Oriente y no sabíamos qué tipo de cultura traería con él. Obviamente su prioridad eran los problemas de IBM Argentina, por lo que sólo pasados algunos meses supimos que vendría a Chile. El programa incluía reuniones con la Alta Gerencia y también con grupos de empleados de IBM seleccionados. Uno de mis vendedores estrella fue incluido en estos grupos. Después me comentó que les había dicho que cualquier inquietud o problema que tuvieran le enviaran un correo directamente a él. Así lo hizo y al poco tiempo le chocó el hecho de que la respuesta que recibió venía escrita en inglés. Era claro que era más gringo que latinoamericano.

La visita culminó con una comida en un club deportivo donde fuimos invitados todos los que reportábamos localmente a nuestro Gerente General. Durante ella era notorio como algunos  intentaban caerle bien al nuevo CEO de IBM LAS, en tanto que otros tratábamos de pasar lo más desapercibidos posibles. Los del primer grupo quisieron darle un tono más cordial y distendido a la reunión y no sé cómo salió el tema de la película Batman. Como juego empezaron a asignar los nombres de los personajes de la película a los presentes, con lo que nuestro Gerente General pasó a  ser Batman, alguno fue Robin y se tuvo que aguantar los chistes habituales relativos a su ambigüedad, mientras que la única dama presente fue bautizada como Gatúbela, tanto por su sexo como por un hipotético parecido con Kim Basinger. Pero nadie se había atrevido aún a asignarle un personaje a nuestro ejecutivo LAS, hasta que una voz argentina gritó desde el extremo de la mesa: — ¡él es el Guasón! — Se produjo un silencio en la sala. ¿Creen ustedes que esto pudo haber influido en mi futura carrera? Nunca supe si él se había ofendido con esta comparación pero, en vista de lo que sucedió más adelante, más que ofenderse debió sentirse halagado. Y ese será el tema del próximo capítulo.

21/12/2019: Carlos Tomassino: Chaitin, un genio...

En 1972 Eitel Lauría me había designado coordinador de la carrera Analista de Sistemas en la UTN Buenos Aires, mientras estaba dejando mi cargo de Analista Programador en Pirelli para pasar al Registro Nacional de las Personal como Analista SCD (en dinero un cargo infinitamente mayor), y yo bregaba porque esa carrera, de título intermedio, alcanzara un grado mayor de Licenciatura.

Un día de ese año, Lauría y Luis Maria Frediani, me citaron para comentarme sobre los avances de la nueva carrera, y en la reunión ya estaba previamente Gregory Chaitin, a quien no conocía. En ese entonces, fornido, algo pelado ya y de gruesos anteojos miópticos, me cayó muy simpático, aunque su apariencia ya era de "nerd".

Gregory Chaitin (1947)
Se ponen entonces a hablar de la propuesta, y cuando Chiatin empieza a hablar, es cuando detecto su particular español fuertemente "yanquizado". En la reunión nos explica la importancia de poner una materia denominada Teoría de la Computación, porque los conceptos teóricos debían estar presentes en carreras de grado, y todos terminamos  asintiendo que sería contribuyente. Esa fue la primera reunión. Una vez conocidos, en varias ocasiones charle con él, siempre sobre estos temas específicos.

Juan Jose Mirabelli, otro ingeniero del Centro de Cálculo, fue quien me dijo, cosa que nunca constaté, que Chaitin, "siendo ciudadano americano, se había venido a Argentina para no ir a la guerra de Vietnam..." (sic).

El tema es que finalmente se aprobó la carrera y ese tramo curricular de complementos, al cual yo me sumé como alumno, y me tocó a mi de primera agua, escuchar sus conocimientos, que si bien de interés y brillantes,  eran muy difíciles de entender para aquellos que estábamos mas vinculados con la aplicación de sistemas a las empresas.

Así, un día sucedió algo increíble.

Llegó a la clase, muy ensimismado y ofuscado. Y apenas empezó a hablar dijo
Andrey Kolmogorov
(1903-1987)
que estaba teniendo una charla epistolar con Kolmogorov (otro brillante científico a quien citaba continuamente) y que habían discutido sobre la forma de presentar un determinado trabajo ante alguna entidad de investigaciones tecnológicas de EEUU. Y para explicarlo, empezó a escribir en la pizarra, un conjunto de expresiones matemáticas, que por supuesto nadie entendía. Tan entretenido estaba escribiendo, que ni se percató que muchos dejaron silenciosamente la clase, mientras el seguía escribiendo, borrando y sobreescribiendo y comentando opiniones de uno y de otro.

Casi al terminar la clase (que no tuvo intervalo), dada mi condición (ya..!!!) de bedel del curso, le pedí que precisara qué debíamos hacer nosotros en relación a tan larga explicación. Me miró, y me dijo sorprendido: "NADA... SOLO ESTOY EXPLICANDO..."  y después miro al pizarrón y se quedó maquinando....

Se había pasado mas de una hora y media en sus elucubraciones, ante un público que, evidentemente, no lo podíamos entender....

Se fue en 1973, cuando Cámpora asumió la presidencia, junto con todo el staff del Centro de Cálculo, y debo decir que nunca más supe de él. Si alguien me hubiese preguntado si lo conocía, hasta hoy hubiese dicho "un genio, pero como todos los genios, algo loco....".

Seguro que hoy, cuando los dinos vayan dando sus opiniones, solo me quedaré con mis dos primeras palabras...

20/12/2019: Luis Carelli: Una estrella fugaz pasó por Buenos Aires, y todavía brilla en el Mundo Científico.

https://images.app.goo.gl/3xFQasx5bABdKDeY6
Lo recuerdo retraído y de comunicación difícil, pero brillante en todo lo que intentaba.

Gregory Chaitin, hijo de padres argentinos que habían ido a buscar su destino en los Estados Unidos, nació en Chicago en 1947.

Según sus cronistas, estando en la escuela media en Maine, ya se destacaba por sus contribuciones al mundo de la lógica y las matemáticas.

Gregorio Chaitin en el Festival
de Matemáticas MATbaires 09
Las razones que hicieron que no continuase sus estudios superiores en alguna universidad norteamericana, pueden ser tanto económicas como sentimentales, pero cuando Gregory completó el High School, sus padres decidieron que continuara sus estudios superiores en la Argentina.

De su paso por la universidad no hay muchos detalles, pero existe una mención en el blog, de Eitel Lauría (h) (19/07/2017: Mi padre y yo: Eitel Lauría, por Eitel Lauría (Parte 1 de 2)), en la que se menciona que asistía al Centro de Cálculo de la UTN, y su padre estaba admirado por las capacidades de Gregory.

Ya recibido en 1973 y hablando un castellano muy particular, IBM, que siempre trataba de descubrir talentos, unió a su fuerza de Ingeniería de Sistemas a Gregory y lo asignó al CUPED para que se enfrentara con Mendiburu y sus secuaces. (Ver mención del Ing. Mendivelzúa en el blog).

Tiempo después, envía desde la Argentina un “paper” a una publicación científica de los Estados Unidos, donde revela sus elucubraciones sobre su teoría basada en su experiencia informática, donde plantea desde el punto matemático y lógico el siguiente paradigma: “En todo cálculo informático, si algo puede fallar, tarde o temprano fallará”.

Esas elucubraciones de Gregory dieron origen a los “Números Aleatorios, que han sido designados con la letra griega “omega”, y no tienen todavía un teorema demostrativo.

La constante “Omega” es la gran contribución de Chaitin a las matemáticas, y es

la que define a los números aleatorios que pergeñó Chaitin. Hasta la llegada de Chaitin existían los números naturales, los enteros, los negativos, los racionales y los irracionales.

La trascendencia que tuvieron en el mundo científico de las matemáticas las ideas de Gregory, hicieron que IBM lo transfiriera a uno de sus laboratorios de ciencias en USA.

La carrera de Chaitin fue y es brillante, hoy es considerado un científico informático a la altura de Turing (el padre de la computación), y a través de los medios con los que hoy contamos, se puede seguir su producción actual y los muchos libros y trabajos que ha publicado.

Retirado de IBM y galardonado por varias Universidades como Doctor Honoris Causa (en Argentina por las de Buenos Aires y Córdoba), Gregory reside hoy en Brasil junto a su esposa.

Luis Carelli













Ver Wikipedia: Chaitin's constant


01/12/2019: Club Palermo 29/11/2019: Amo nuestras reuniones en Club Palermo

CLIC EN CUALQUIR FOTO PARA AMPLIAR
Queridos Dinas y Dinos:

Si algunos pensaban que nuestra querida sede, hablo del Club Palermo, estaba en el ocaso, el viernes 29 de noviembre de 2019 la especie quedó en el olvido, fulminada por el éxito de nuestro último almuerzo Dino del año. Porque todo, una vez más, funcionó de maravilla, de principio a fin. No hay caso, nuestro Master Hofmann es pieza fundamental para que el deleite sea más completo, los mozos vienen con platos cantando nuestros nombres, si hasta a veces ya se han aprendido quiénes somos y aterrizan con acierto sin siquiera preguntar dónde estamos.

Cuando me dirigía a Club Palermo, era mediodía y cuarto, sufrí la nostalgia de no tener a mi amigo Juan Carlos Masjoan a mi lado. A esa hora exacta él solía subir a mi auto en esa esquina de Figueroa Alcorta que todos conocíamos como Rond Point. Yo llegaba con absoluta exactitud, doce horas, quince minutos, cero segundos, sabiendo que él, el hombre más puntual de la tierra, por supuesto estaría allí, por lo menos con cinco minutos de anticipo. Pero el lunes 2 de septiembre anterior al último Club Palermo me llamó para decirme: "Hernán, esta vez no puedo ir, me operan el jueves uno de los dos aneurismas que me detectaron". Como lo noté preocupado, me salió decirle que no era un tema para asustarse y le pregunté cuándo podría llamarlo para ver cómo le había ido. "Llamame el lunes". Lo llamé el lunes a mediodía, hablamos un rato, me pareció que todo estaba bien. Dios se lo llevó esa misma tarde, ¡maldito virus intrahospitalario! Juan Carlos, querido amigo, te voy a extrañar. Quiso la providencia que recibieras un Premio Dino en el último Club Palermo al que pudiste venir. ¡Justicia a tiempo!, palabras raras por estos lares.

Una de las cosas buenas de este Club Palermo de tantas cosas buenas fue que llegamos a ser montón, calificativo que uso cuando somos cuarenta o más. Creo que el logro lo conseguimos una y veintidós de la tarde, después les cuento.

Mi primera foto, que aviso que vienen con novedad, fue para Héctor Coppola y Arturo Regueiro. ¡Qué bueno que pudiste acompañarnos, Arturo! ¡Qué joven y rozagante que se te ve, Héctor!

La novedad de las fotos es que vienen con identifcación de los Dinos que aparecen en ellas. Porque me imagino que en general la gente no conoce a todos y cada uno y acá pueden saber el quién es quién. En la siguiente foto, junto al universalmnte conocido Dinobedel aparece Francis Fernie, una gran alegría para mí y para muchos volverlo a ver luego de tantos años. ¿Cuántos fueron? Unas cuantas decenas. Un personaje inolvidable por tantas razones, Gerente de Sistemas de Shell, único, con palabra filosa inundada de sátiras e ironías, siempre inteligente. También lo recuerdo de las reuniones en USUARIA, en aquellos tiempos espléndidos de la Asociación Argentina de Usuarios de la Informática y las Comunicaciones, que dice la historia que fue fundada en 1982, hace treinta y siete años. ¡Era tan divertido polemizar con Francis sobre cualquier tema! Tenerlo en el otro bando, lo más probable, era garantía de imposibilidad de ganar la discusión.
-Francis, ¡qué placer!, vení que te tengo que hacer el reportaje de rigor.
Que allí va:





Luego me encontré con otro de los forasteros del día, Carlos Antonini, histórico de Acindar, ¡bienvenido!, que estaba con Alfredo Ballarino, histórico de IBM, mi ex compañero de mi curso inicial en la Big Blue, allá lejos y hace tiempo, año 1967.

En el momento que les dije "Acá están los Román", ella me dijo en seguida "No somos los Román. Somos Ida Bianchi y Héctor Román".

Sin inmutarme, y después de la foto, lo llevé al reportaje al segundo forastero del día.


Es muy buena la costumbre de traer a los cónyuges a estos almuerzos. Así que les presento a Martha Cotik de Monteverde, también forastera, en la foto junto a Mercedes López Constanzó, viuda de nuestro tan querido Hugo Castro. Yo estuve sentado en el mismo barrio de ellas difrutando los cuentos de Martha, los perros ovejeros y sus peripecias, inteligencias y aventuras, y los nietos y sus idiomas. Algunos de ellos hablan hasta cinco idiomas, como para llegar a ser Papa. 
En la misma mesa estaban Enrique Simón, Roberto Bevilacqua y la mujer, Mónica Cuschnir, e Irene Loiseau.
-¿Cuántos son los Dinos? -me preguntó Roberto. 
-Registrados son como 230 -contesté-, pero si cuento los que vienen a estos almuerzos serán como unos 80. 
[En realidad me equivoqué, la cuenta de los que he visto en Club Palermo desde que voy (2015), la acabo de hacer y me da unos 120 Dinos.]

Y hablando de los ausentes Irene me comentó que Hugo Scolnik había sufrido alguna lesión, nada grave, pero molesta y razón de la ausencia. Con Irene hablamos un rato de Julián Aráoz, un amigo muy admirado. El relato de Hugo sobre él me pareció excelente. Puede que Irene escriba lo suyo, Julián se lo merece.

Dinas tuvimos unas seis. Alguien me comentó que a Cristina Vélez la tenían que operar, espero que todo bien. A Liana Lew, Ana Piccin, Adriana Risso, Marta Ratti y Adriana Schottlender las extrañé. Más las que ahora olvido.

En estos Club Palermo existen los que llamo barrios, por esa tendencia que tenemos muchos humanos a repetir el lugar elegido para sentarnos en la mesa en U.

Empecemos por el Barrio Tomassino, en la base de la U, de espaldas a la ventana, donde se sientan las autoridades del evento.

Barrio Tomassino

Por allí cerca estaba Pepe y mejor alumna, o sea María Cristina, su señora, junto a Juan Carlos Cattáneo.

El forastero Francis se sentó justo frente a las autoridades, al lado de Adolfo Drogue, alias "El Artista". Las fotos en las que aparezco yo son gentileza de la gente del otro lado de la mesa, como este caso.


Luego tenemos el Barrio Draier. Enrique se sienta siempre que viene en el medio de una de las patitas de la U, de espaldas a la pared. Frente a él se ubicaron sus amigos los Román. Perdón, quise decir Ida Bianchi y Héctor Luis Román.





Otras imágenes del Barrio Draier:


Llegó a la una y veintidós de la tarde y se incorporó al Barrio Draier. Pero se lo perdonamos porque lo queremos y es un lujo tenerlo. De todos modos juré que haría pública la tardanza.

-¿Seguís trabajando en el Boletín Oficial? -pregunté.

-No sé -contestó Raúl Bauer, o al menos fue lo que entendí.

¿Saben una cosa? Creo que hubo alguien que pudo haber llegado incluso más tarde que Raúl. Porque no encuentro tu foto por ningún lado, Mike Kurlat. Y sé que estuviste.

Extrañé la sonrisa de Alberto Chochlac, habitué de ese barrio. Daniel Bronstein mandó justificativo, "estaré en Santiago de Chile". Yo que vos me quedaría encerrado en el hotel.

El otro es el Barrio Martino, del otro lado. Debe su nombre a que el famoso abogado Antonio Martino elige siempre sentarse en el medio de la otra patita de la U, de espaldas a la pared. Allí van las imágenes.


Fue en ese barrio que Patricio Castro, feliz de acompañarnos porque que le habían cancelado uno de sus viajes programados a Bolivia -los "líos" latinoamericanos tienen al menos alguna ventaja para alguien-, me comentó:
-Hernán, quiero que me hagas un nuevo reportaje, tengo unas cuantas cosas nuevas para añadir.
¡Qué bueno, Patricio! Aunque esta materia te la llevás a marzo, próximo Club Palermo.

Eduardo Molinero, habitué del Barrio Martino, esta vez no vino y nos perdimos sus anécdotas multiterreno. Pipi Iglesias y Rodolfo Ratto: ¡se los extraña!, esperemos verlos en marzo. ¿Dónde estás, Espedito Passarello? ¡Se nota tu ausencia! Si volvés con tu famoso lemoncello... ¡mejor!

Bueno, no sigo con la lista... Vuelvan los que han venido alguna vez!! Debuten los que nunca se animaron hasta hoy!!

La foto tradicional de todo el grupo es la que sigue:

A las 13:20. Inútil que los busquen a Raúl Bauer y a Mike Kurlat. 
Ya todos ubicados, o casi todos, el Dinobedel tomó la palabra para pedir un minuto de silencio por Julián Aráoz (20/05/1934 - 25/11/2019) y por Juan Carlos Masjoan (20/04/1941 - 09/09/2019). 

Y a continuación se entregaron los Premios Dino del día. Fueron Lidia Seratti, Eduardo Basseterre, Héctor Monteverde y Pepe López de Lagar. Momentos emocionantes. Mi fiel celular registró cada instante, incluyendo la cara de amor de la mejor alumna del último de los nombrados. Bravo Pepe, bravo María Cristina! Bravo Lidia! Bravo Eduardo! Bravo Héctor!

El único contratiempo para mí fue cuando Pepe en su discurso incluyó un párrafo de agradecimiento a Hugo. Así me llamó, mirándome, yo estaba un par de metros delante sacándole las fotos. Se corrigió en seguida, pero era tarde. Algo desahuciado, volví a mi silla, al lado de Mercedes.
-Me llamó Hugo -le dije. 
-Bueno, a cualquiera le pasa, Héctor -me contestó López Constanzó.
Me senté, más desahuciado todavía. 


No hay mejor momento que éste para incluir el video de "El Artista". Ya saben que me refiero a Adolfo Drogue, que preparó una obra especial para el cierre del año. La filmación de los Premios Dino es imperdible.


La pasamos genial. Como si fuera poco, cerramos a toda orquesta con un brindis por el año vivido y esperando que el nuevo año sea mejor. Carlos Tomassino anunció que el próximo Club Palermo será el primer viernes de marzo. Por favor, no se les ocurra perdérselo!!
Gracias Felicitas!!

Gracias Carlos Tomassino, Dinobedel! Gracias Jorge Hofmann, Master Organizador!! Gracias Héctor Repossi!! Gracias Felicitas!! ¿Que quién es Felicitas? La respuesta está en el video de "El Artista". Gracias Club Palermo, sos nuestra sede!! Gracias Adolfo!!

Un abrazo a todos.

Hernán