LA VISIÓN DEL PROBLEMA TECNOLÓGICO
Me gusta contar esta historia cuando me preguntan
por qué insisto en que los informáticos
deben preocuparse de lo sistémico
por sobre lo tecnológico”
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| Carlos Tomassino - Marcos Galperin - Rubén Fernández Iriart |
Al inicio de 1998 cumplía mis primeros ocho años al frente del decanato de la Facultad de Tecnología en la Universidad de Belgrano, y disponiendo de algún tiempo extra, por tratar de actualizarme cursaba la Maestría en Docencia Universitaria en la UTN, donde también era Profesor Titular de la última materia de la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información.
En aquella Maestría, tenía un amigo (Ariel Guzzo) que cursaba conmigo y que, "no siendo del palo informático", quizás seducido por la entonces denominada "red de redes”, me hablaba de que en 4 o 5 años “se vendería y compraría todo por Internet”. Casi no había vez que no me hablara de ello....
Al mismo tiempo, algunas noches, en esa materia (Proyecto Final de Ingeniería), que no había abandonado durante el tiempo de decano, un grupo de jóvenes, próximos a graduarse, liderado por un estudiante entusiasta recientemente regresado de EEUU, propuso realizar como proyecto, una página de compra y venta de libros en la incipiente web, emulando seguramente a la reciente Amazon.
En aquel momento, el desarrollo de páginas web, se planteaba como un difícil y costoso desarrollo que debía alcanzarse con sumo esfuerzo. Era lógico, aún no existían plataformas que colaborasen con su creación.
Sin mucho convencimiento, bastante ignorante de su significado, estuve de acuerdo con que ese trabajo se encarase, lo que me obligó a buscar bibliografía, algo escasa en ese tiempo. Pero también me encontré en Belgrano con otro enamorado del tema, el Ing. José Antonio Prieto (hoy un gran amigo), que allí desarrollaba una asignatura llamada Práctica Profesional.
A las charlas entusiastas que empezamos a mantener en el decanato, se sumó Manuel Rodríguez Giavarini, ex gerente de sistemas del ACA, quien me buscaba tratando de llevar adelante en la UB, un proyecto de asistencia a la programación para el ya, en ese entonces preocupante, Y2K.
Entre los tres, generamos la idea de armar una asociación de profesionales que se encargase de desarrollar las denominadas en ese momento "puntocom", y a la que finalmente, decidimos llamarla "Cámara", y unir a futuras empresas y organizaciones que se encargaran de generarlas, así que, a fines de ese año, con el apoyo de amigos, alumnos y docentes alquilamos un local, a media cuadra de la UB, sobre Federico Lacroze, donde nos reuníamos después de las 19 horas.
Con varios de los amigos, todos a título personal, pusimos unos pesos para armarla. Quien nos dio una mano muy grande fue el Dr. Eduardo Molinero, quien nos ayudó a conformar y presentar los estatutos.
Esa cámara, hoy exitosa y conocida como la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, CACE, tiene 22 años de vida, y vio luz en setiembre de 1999 siendo yo su presidente los primeros cuatro años.
Pero la historia que deseo contar, viene de la mano de una persona que, a los pocos días de habernos instalado esa humilde sede inaugural de Lacroze nos visitó, en ese inicio tan humilde de 1998.
Se trataba de un joven, Marcos Galperin, hoy exitoso empresario mundial, y en aquel momento un soñador, quien venía a consultar y comentar su proyecto de Mercado Libre, en la búsqueda de fondos "ángel".
Ese día fui yo quien lo recibí, junto a otro querido amigo, ya fallecido, Rubén Fernández Iriart, un informático de experiencia quien había sido (y más adelante lo fue nuevamente) el primer presidente del Consejo Profesional en Ciencias Informáticas, CPCI.
Marcos contó en general su proyecto. Claro, muy probablemente yo no supe entender su pedido de apoyo, y poco fue lo que se pudo hacer por su requerimiento. (No estábamos ni siquiera preparados para entender sobre la imperiosa necesidad de contar con fondos genuinos para avanzar sobre tan grande emprendimiento. Además, el proyecto implicaba contar con una logística de distribución, lo que seguramente me fue imposible mensurarla… Máxime, para quienes aún estábamos en los prolegómenos estatuarios…)
Sin embargo, el que en apariencia lo entendió, fue Rubén, quien al poco tiempo generó una idea bastante similar, y a la que denominó Mercado Total. (Este proyecto sucumbió un par de años después dadas las vueltas que solemos darle los tecnológicos a las cuestiones de arquitectura estructural de una plataforma. Aunque también hay que decirlo, esos años fueron difíciles en el país…).
Obviamente, Marcos encontró su apoyo fuera del país. Y creció. Vaya si creció…
Tardé tiempo en entender que la propuesta original de Galperin, por ser básicamente comercial y atender, no solo el basamento tecnológico, sino la problemática de distribución y logística, tenía un enfoque global, y por ende sería exitosa. Y tardé también en detectar por qué la idea de Fernández Iriart no funcionó.
Marcos tenía una idea metasistémica, en tanto que la de Rubén había quedado enredada en la coyuntura tecnológica.
Tarde, aprendí la lección: Hoy les recuerdo a estudiantes y graduados que acceden a la profesión, que los informáticos, absorbidos por el devenir de la tecnología, no deben olvidar nunca, el tratar al proyecto sistémicamente.
Agosto 2021 (texto extraído de mi libro en ciernes, “Mi vida, la informática”)
