Muchos DINOS y DINAS escriben para este blog cuando sus neuronas son despertadas por los recuerdos de otros:
"Viendo y leyendo algunos artículos que publicaste, se me
movieron algunas neuronas y se me dio por escribir esta historia de la Bull de
los 60", me escribió Pepe López de Lagar, y me mandó lo que aparece publicado como HISTORIA DE LA BULL DE LOS AÑOS 60.
"Los diálogos entre memoriosos y no tanto despertaron también mi memoria", me escribió Héctor Monteverde cuando me envió la interesante historia En octubre de 1964 Charles De Gaulle, entonces Presidente de Francia, visitó la Argentina.
Y muchas historias que se cuentan son resultado de haber leído otras historias.
Es lo que me pasó a mí al ver el video Julián Aráoz, Computador Científico N° 3, nos cuenta... , quien allí dice: "Yo reconozco que se nos pasaba la mano, porque los ejercicios que hacíamos a los pobres alumnos eran terribles... Dar un ciclo que dibuje en doble ciclo una matriz que tenga forma de mariposa... Claro, no aprobaba nadie... Después yo me he encontrado con alumnos que me dijeron que me odiaban mucho por esos ejercicios...".
Las frases de Aráoz me traen una nostalgia más lejana y otra más cercana. Empiezo por la lejana.
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| Biblioteca FIUBA |
En 1963 estaba en mi casa estudiando para el final de Termodinámica (Ingeniería de la UBA) cuando un conocido -no precisamente un buen alumno- me llamó y en tono confidente me dijo: "Tenemos copia de las preguntas del final". No recuerdo mi respuesta, quizás algo parecido a "Felicitaciones entonces, aprobarás con Sobresaliente". Sí recuerdo lo que él me dijo: "Ya somos diez y no logramos ni siquiera entender las preguntas". Me estaban invitando a liderar la banda. No puedo recordar las excusas que me llevaron a claudicar. Prefiero justificarme con palabras como curiosidad o desafío. O que nunca realmente creí que fueran las verdaderas preguntas del final. El hecho es que mi siguiente recuerdo es verme sumergido en la biblioteca de la Facultad por varios días consultando todos los textos existentes sobre Termodinámica, las preguntas eran realmente terribles. Un trabajo gigantesco que me convirtió en 72 horas en un sabio en la materia. Para mi sorpresa las preguntas realmente correspondían al final en cuestión y obtuve mi Sobresaliente. Para también alguna sorpresa mía algunos integrantes de la "banda" no aprobaron, porque ni siquiera se tomaron el trabajo de aprender las respuestas.
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| IBM 407 |
La segunda nostalgia, más cercana, fue en 1968. Yo hacía por entonces los cursos en IBM, que me desasnaban en este tema nuevo para mí, la Computación (la palabra Informática todavía no se usaba). Ya había pasado por un curso que me había fascinado, el de una máquina de registro unitario, la IBM 407, o la 403, ya no me acuerdo. Armar esos tableros de control era un placer nuevo y desconocido. Pero la máxima emoción para mí fue comenzar con la IBM 360 y recibir el maravilloso curso de Assembler. Fue casi llegar a la tierra prometida. No sé quién disfrutaba más, si el profesor haciendo los ejercicios endiablados que nos planteaba, que parecían imposibles, o algunos de sus alumnos, como fue mi caso, tratando de resolverlos, un desafío mayúsculo tras otro. Pero, a diferencia de los alumnos de Julián, nunca odié al profesor. Al contrario, le debo a él mi formación inicial en la materia. Empecé a disfrutar y a aprender en serio mi nuevo oficio, Computación, gracias al excelente curso de Assembler que nos dictó.
Me parece que nunca se lo dije: ¡Gracias, Ricardo Manuel Forno!
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18/08/2015 10:12 Pepe López de Lagar escribió:
Muy lindo recuerdo, Hernán.
Que además, pinta un poco lo que nos pasó a muchos cuando
empezamos con los primeros palotes en la Computación.
Cerebros Electrónicos eran frases de aquel entonces.
Cuánta agua pasó bajo el puente.
Muy lindo. Gracias Hernán.
Abrazo
Pepe
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Recuerdo un curso que nos recomendo Gustavo Pollitzer sobre las rutinas utilizadas en IBM para el programa SORT.
Forno nos las explioco , como muchos otros utilitarios curso en el cual participamos muchos de los DINOS y DINAS, cuentenme quien lo rtecuerda
Coincido, Ricardo Forno era excepcional