2015.08.27: Carlos Florentino: Yo me escondía detrás de una ampliación de memoria de 8k

En su nota de las dos neuronas, Hernán, hace mención al famoso dilema de Hamlet: “Ser o no ser” o “Recordar o no recordar”.

Al llegar al almuerzo de los DINOS del 21/08 en Palermo, al cual no asistía hacía muuucho, no conocía a nadie. Esto me preocupó porque no podía asegurar si no conocía o no recordaba realmente.

Esto me llevo a una profunda crisis emocional.

Me preguntaba: Soy o no soy.

El fin de esta duda existencial, recién se produjo para mi tranquilidad, cuando detecté dos caras que me eran cercanas y conocidas, la de Carlos Tomassino y la de Hernán Huergo, aunque para este último, la mía no lo fuera.

Llegué a la fácil conclusión de que no conocía a nadie, porque todos o casi todos, pertenecían a una generación anterior a la mía.

Este hecho, en lugar de molestarme, me agradó mucho. No hay nada mejor que percatarse que existen seres mayores a uno, que nos antecedieron y anteceden cronológica y tecnológicamente, que aún viven, respiran, ríen y asisten a almuerzos. Lo cual nos pronostica algún tiempo más por estos lares. Los almuerzos, aunque estemos con toda la dentadura, dependerán de la inflación y nuestros bolsillos.

Constaté definitivamente la diferencia generacional, al escuchar los relatos sobre los tableros de las máquinas de registro directo, las perfoverificadoras y las máquinas de Univac, Bull, etc. Solo me faltó alguno sobre la jabonería de Vieytes para el cartón lleno.

Me sentí de avanzada. Sentí que crecía. Un verdadero revolucionario. Un pibe que escuchaba embelesado.

Mis recuerdos más viejos se retrotraían a las bromas que les hacía a los operadores de la /360 30 en Philips, cuando me escondía para asustarlos, detrás de una ampliación de memoria de 8k que tenía el tamaño de una heladera con freezer. Hoy tengo un pen drive de 1,5 x 2,5cm de 32GB.

En esta computadora, ocasionalmente asistía técnicamente como System Programmer al Ing. Enrique Draier, que alquilaba horas a Philips, para liquidar personalmente los salarios del gremio de canillitas, si mi neurona no me traiciona. Esto fue después de su humilde Fiat en Italia y antes de su poderoso CA Computer Associated.

También interactuaba con el tan parco como inteligente Ing. Marmorek. Un genio de las comunicaciones que también personalmente instalaba y ponía a punto los modernos y revolucionarios MODEMS y yo programaba la comunicación de una Olivetti con Phonogram Discosvía una línea punto a punto.

Viendo ingresar gente, me preguntaba por qué, colegas como Raúl Bauer, Enrique Draier, y tantos queridos y recordados compañeros de ruta del ayer, no asistían a estos almuerzos? No  quiero agregar más nombres por miedo a meter la pata …..en algún nicho.

Observando alguno de los comensales, recordé con nostalgia que lo que en el tiempo de las 8k, era un signo de potencia, orgullo, admiración y envidia, hoy era un delator del tiempo transcurrido:

Tener tres piernas.

Confieso que yo nunca (hasta ahora) tuve tres piernas. Pero entiendo que la tercera pierna siempre ayuda. Antes y después. Aunque tenerla en el antes es más redituable que en el después.

Luego de estas cavilaciones iniciales, y de que lográramos poner con Hernán nuestras neuronas en igual frecuencia, conversamos sobre mis actividades, gustos e inquietudes actuales.

La inteligencia Emocional fue uno de los temas a los cuales me dedico, le dije.

¿Qué es eso? Replicó Hernán con la cara desfigurada por el impacto.

Recuperé la palabra, y aproveché, para resaltar el analfabetismo emocional imperante en nuestra sociedad en todos sus niveles sociales, y la imperiosa necesidad de abordar reflexiones serias sobre este tema para alfabetizarnos. Cosa que yo intento posibilitar con mi hacer.

Abundé comentando: La filmación de Relatos Salvajes, no fue un hecho casual.

El reciente hecho de Martindale entre cientos, es un ejemplo extremo de esta realidad cotidiana.

En estas idas y venidas de cal y arena, nos fuimos a las actividades teatrales y el Stand Up como otros de mis amores, y así llegamos al final del almuerzo.

Antes de finalizar este popurrí, y para eliminar las dudas de Hernán, declaro solemnemente, que le creo que escribió una brillante obra de teatro para cuatro actores.

Como Hernán lo sugirió en una de sus entregas, si el lugar lo permite y los asistentes lo requieren, podemos hacer una práctica de Stand Up en nuestro próximo encuentro.

Cariños a todos junto a un gran abrazo de Goooolllll..