Autor del Blog: HERNÁN HUERGO

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2015.08.28: Victoria Bajar: Mis comienzos en los comienzos... (Parte 1 de 2)

MIS COMIENZOS EN LOS COMIENZOS DEL
INSTITUTO DE CÁLCULO DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES DE LA UBA

Victoria Raquel Bajar
México D.F., agosto de 2015

Ingresé a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en 1960, a la carrera de Matemáticas. Desde los comienzos oí hablar de computadoras. Concretamente, el Dr. Manuel Sadosky muchas veces lo hacía al terminar sus magníficas clases de Análisis I, magníficas e inolvidables porque era un maestro extraordinario que conjugaba sus conocimientos profundos, con la claridad, la sencillez y la modestia del maestro de escuela primaria que era. Se enorgullecía de serlo y me decía que nunca olvidara que yo también lo era. Y no lo olvidé ni olvido. Entre otras cosas, eran notables su forma de escribir y dibujar en el pizarrón, su emoción contagiosa al explicar, su admiración por la geometría de los griegos, su visión de la Computación y las computadoras al enseñar métodos de cálculo aproximado. A veces también la Dra. Cora Ratto  hablaba de lo que ella y Manuel habían visto en el ámbito de la Computación en sus años de estancia en Europa. Aunque no quedaba claro de qué se trataba, estos comentarios hacían ver un camino nuevo, sumamente interesante y acuciaban la curiosidad.

Alumna de la Ing. Eugenia Fisher en los cursos de Ruso, pronto empezamos a hablar de algo tan interesante a la vez que misterioso: ¡la traducción automática! Corría el año 1961, acababa de llegar la Mercury, empezaba a conformarse el Instituto de Cálculo (IC).  La Ing. Fisher,que era unapersona, intelectualmente muy inquieta, culta, amante de la lingüística y profunda conocedora de cuatro lenguas naturales, bregó para que el IC abordara problemas computacionales no numéricos. En general, en esa época, esto no era algo totalmente aceptado, había resquemores, había dudas; sin embargo hacía más de un siglo que Ada Augusta, Condesa de Lovelace (1844) ya lo había anticipado.Y así nació el grupo de Lingüística Computacional, que integramos Alberto Rivas y yo bajo su dirección. Aprendí a programar, mi primer curso fue de Autocodey el Prof. Ernesto García Camarero fue mi maestro de Programación.

Expresarse en un lenguaje de programación era algo absolutamente nuevo. Lograr, siguiendo las reglas de juego que ese ente llamado computadora ejecutara aquello que entendíamos que debía  hacer fue algo que dio un giro totalmente nuevo a nuestras actividades.

Las maravillas del Autocode  para cálculo en general y en particular para el cálculo matricial eran eso: maravillas, que hasta el día de hoy me parecen increíbles. Constatábamos que  cálculos imposibles de realizar por otros medios o que podían llevar semanas o meses de trabajo, con posibilidad de errores además,  se lograban en horas o minutos. Los físicos y los meteorólogos se emocionaban al recibir los resultados de los cálculos que se les realizaban en el Instituto de Cálculo. Recuerdo que un día llamamos a un físico para avisarle que ya estaban invertidas las matrices que nos había dejado y su emoción fue tal que en lugar de caminar por los pasillos para ir a buscarlos, cruzó corriendo en diagonal el patio-azotea del segundo piso,  no se dio cuenta de que la puerta de vidrio de acceso al hall del Instituto de Cálculo estaba cerrada y la atravesó. Afortunadamente no se hizo nada.

Pero el Autocode no servía para tratamiento de tipo lingüístico. Con el Prof. García Camarero, aprendí el lenguaje ensamblador de la Mercury, el Convencional. Cabe recordar que siempre, ya como asesor, ya como coautor, Ernesto García Camarero estuvo en nuestro equipo de trabajo lingüístico, como en casi todos los demás equipos del IC.

Si programar en Autocode, cosa que hice intensa pero brevemente, fue interesante, hacerlo en Convencional lo era mucho más. Era apasionante. Y más allá del Convencional, es decir de lenguaje ensamblador, más de una vez trabajábamos algunos de nosotros a nivel del lenguaje máquina, leyendo, escribiendo y “hablando” en binario (Ernesto García Camarero, Alberto Rivas, Juan Carlos Angió, Julián Aráoz, Wilfred Durán y por supuesto los compañeros del grupo de hardware, encabezados por Jonás Paiuk).

Desde los comienzos sentí gusto y  mucho respeto por la programación y puedo decir que en los comienzos de la década de los 60 algunos -sólo algunos que  más de una vez éramos destinatarios de comentarios o críticas acres- entendíamos que programar bien, con estilo, con rigurosidad constructiva y metodología era importante y que con el devenir histórico habría de serlo cada vez más. Y no nos equivocamos.


Luis Marzulli y yo éramos estudiantes en aquella época, él hacía cálculos para los físicos y yo lingüística computacional. Prontamente el gusto y el respeto a la programación se perfiló de manera muy formal en nosotros. Por ello empezamos a estudiar  más y más y llegamos a ser profundos conocedores del hardware, del lenguaje máquina, de toda la arquitectura de la Mercury, de su lenguaje (macro)ensamblador  y analizando post mortems (vuelcos de memoria):del traductor del mismo,  así como de ciertas técnicas formales de ensamble y de macroensamble. Avanzamos y llegamos a descubrir cómo las sentencias de Autocode se traducían a lenguaje máquina; en  particular, el conocer y entender la traducción de las Ѱ  nos emocionaba. ¡Todo eso fue una revelación!, y nuevamente un nuevo mundo ante nosotros. Por otra parte, ésa era la época en que se podía llegar a saber todo, absolutamente todo de la máquina, lo cual ya no fue posible con las computadoras siguientes. Aprendimos después a trabajar en equipo, así como a compartir y complementar conocimientos.

(Continuará)
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Blogger Liana dijo...

Por haberte acompañado tantos años en el IC, y posteriormente, siempre recuerdo a tu grupo y tarea con gran admiración, Que lindo leerte en este espacio, donde gracias a mucha gente los DINOS Y DINAS nos cuentan experiencias cada día. Muy lindo!!!!!!Parece que se va a publicar un cuadernillo de Eudeba sobre un trabajo de Wilfred sobre el COMIC, ojala!!!!
28 de agosto de 2015, 11:15
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El 28/08/2015 a las 13:26, Eduardo Molinero escribió:
Me encantaron estos dos relatos. El 1° porque conozco el estilo de Rodolfo. El 2° porque Victoria Bajar me hizo evocar a Manuel Sadosky con quien tuve el honor de trabajar aunque mi formación es humanística, no soy informático. Estoy agradecido a Uds. -los informáticos- que ayudaron a que yo pueda "espiar" su universo dinámico.
   Nuevamente: ¡¡¡ Gracias !!!
     Eduardo
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 El 28/08/2015 a las 15:51, roberto iglesias escribió:
Notable la descripción (etapa I) de Victoria.

Pareciera de su relato que fueren los equipos informáticos quienes nos transmitieran esos recuerdos fundacionales de lo que después resultó, por distintos caminos, lo que nos permitió desarrollarnos profesional y personalmente.

Es encantadora la descripción que con tanta naturalidad hace Victoria de esos comienzos del comienzo de nuestra actividad, como si la cosa, además de atractiva, hubiere sido sencilla.

Quedamos a la espera, con ansiedad, de los próximos capítulos.

Un cariño. Pipi Iglesias 

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