INSTITUTO DE
CÁLCULO DE LA
FACULTAD DE
CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES DE LA UBA
Victoria
Raquel Bajar
México
D.F., agosto de 2015
Ingresé a la Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales en 1960, a la carrera de Matemáticas. Desde los
comienzos oí hablar de computadoras. Concretamente, el Dr. Manuel Sadosky
muchas veces lo hacía al terminar sus magníficas clases de Análisis I,
magníficas e inolvidables porque era un maestro extraordinario que conjugaba
sus conocimientos profundos, con la claridad, la sencillez y la modestia del
maestro de escuela primaria que era. Se enorgullecía de serlo y me decía que
nunca olvidara que yo también lo era. Y no lo olvidé ni olvido. Entre otras
cosas, eran notables su forma de escribir y dibujar en el pizarrón, su emoción
contagiosa al explicar, su admiración por la geometría de los griegos, su
visión de la Computación y las computadoras al enseñar métodos de cálculo
aproximado. A veces también la Dra. Cora Ratto
hablaba de lo que ella y Manuel habían visto en el ámbito de la
Computación en sus años de estancia en Europa. Aunque no quedaba claro de qué
se trataba, estos comentarios hacían ver un camino nuevo, sumamente interesante
y acuciaban la curiosidad.
Alumna de la
Ing. Eugenia Fisher en los cursos de Ruso, pronto empezamos a hablar de algo
tan interesante a la vez que misterioso: ¡la
traducción automática! Corría el año 1961, acababa de llegar la Mercury,
empezaba a conformarse el Instituto de Cálculo (IC). La Ing. Fisher,que era unapersona,
intelectualmente muy inquieta, culta, amante de la lingüística y profunda
conocedora de cuatro lenguas naturales, bregó para que el IC abordara problemas
computacionales no numéricos. En general, en esa época, esto no era algo
totalmente aceptado, había resquemores, había dudas; sin embargo hacía más de
un siglo que Ada Augusta, Condesa de
Lovelace (1844) ya lo había anticipado.Y así nació el grupo de
Lingüística Computacional, que integramos Alberto Rivas y yo bajo su dirección.
Aprendí a programar, mi primer curso fue de Autocodey
el
Prof. Ernesto García Camarero fue mi maestro de Programación.
Expresarse en un lenguaje de programación era algo
absolutamente nuevo. Lograr, siguiendo las reglas de juego que ese ente llamado
computadora ejecutara aquello que entendíamos que debía hacer fue algo que dio un giro totalmente
nuevo a nuestras actividades.
Las maravillas
del Autocode para cálculo en general y en particular para el
cálculo matricial eran eso: maravillas, que hasta el día de hoy me parecen
increíbles. Constatábamos que cálculos
imposibles de realizar por otros medios o que podían llevar semanas o meses de
trabajo, con posibilidad de errores además,
se lograban en horas o minutos. Los físicos y los meteorólogos se
emocionaban al recibir los resultados de los cálculos que se les realizaban en
el Instituto de Cálculo. Recuerdo que un día llamamos a un físico para avisarle
que ya estaban invertidas las matrices que nos había dejado y su emoción fue
tal que en lugar de caminar por los pasillos para ir a buscarlos, cruzó
corriendo en diagonal el patio-azotea del segundo piso, no se dio cuenta de que la puerta de vidrio
de acceso al hall del Instituto de Cálculo estaba cerrada y la atravesó.
Afortunadamente no se hizo nada.
Pero el Autocode no servía para tratamiento de
tipo lingüístico. Con el Prof. García Camarero, aprendí el lenguaje ensamblador
de la Mercury, el Convencional. Cabe
recordar que siempre, ya como asesor, ya como coautor, Ernesto García Camarero estuvo
en nuestro equipo de trabajo lingüístico, como en casi todos los demás equipos del
IC.
Si programar en Autocode, cosa que hice intensa pero
brevemente, fue interesante, hacerlo en Convencional lo
era mucho más. Era apasionante. Y más allá del Convencional, es decir de lenguaje ensamblador, más de una vez
trabajábamos algunos de nosotros a nivel del lenguaje máquina, leyendo,
escribiendo y “hablando” en binario (Ernesto García Camarero, Alberto Rivas, Juan
Carlos Angió, Julián Aráoz, Wilfred Durán y por supuesto los compañeros del
grupo de hardware, encabezados por Jonás Paiuk).
Desde los
comienzos sentí gusto y mucho respeto por la programación y puedo
decir que en los comienzos de la década de los 60 algunos -sólo algunos que más de una vez éramos destinatarios de
comentarios o críticas acres- entendíamos que programar bien, con estilo,
con rigurosidad constructiva y metodología
era importante y que con el devenir histórico habría de serlo cada vez más.
Y no nos equivocamos.
Luis
Marzulli y yo éramos estudiantes en aquella época, él hacía cálculos para los
físicos y yo lingüística computacional. Prontamente el gusto y el respeto a la programación se perfiló de manera muy
formal en nosotros. Por ello empezamos a estudiar más y más y llegamos a ser profundos
conocedores del hardware, del lenguaje máquina, de toda la arquitectura de la
Mercury, de su lenguaje (macro)ensamblador
y analizando post mortems
(vuelcos de memoria):del traductor del mismo,
así como de ciertas técnicas formales de ensamble y de macroensamble.
Avanzamos y llegamos a descubrir cómo las sentencias de Autocode se traducían a lenguaje máquina; en particular, el conocer y entender la
traducción de las Ѱ nos emocionaba.
¡Todo eso fue una revelación!, y nuevamente un nuevo mundo ante nosotros. Por
otra parte, ésa era la época en que se podía llegar a saber todo, absolutamente
todo de la máquina, lo cual ya no fue posible con las computadoras siguientes.
Aprendimos después a trabajar en equipo, así como a compartir y complementar
conocimientos.
(Continuará)
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Liana dijo...
Por haberte acompañado tantos años en el IC, y posteriormente, siempre recuerdo a tu grupo y tarea con gran admiración, Que lindo leerte en este espacio, donde gracias a mucha gente los DINOS Y DINAS nos cuentan experiencias cada día. Muy lindo!!!!!!Parece que se va a publicar un cuadernillo de Eudeba sobre un trabajo de Wilfred sobre el COMIC, ojala!!!!
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Por haberte acompañado tantos años en el IC, y posteriormente, siempre recuerdo a tu grupo y tarea con gran admiración, Que lindo leerte en este espacio, donde gracias a mucha gente los DINOS Y DINAS nos cuentan experiencias cada día. Muy lindo!!!!!!Parece que se va a publicar un cuadernillo de Eudeba sobre un trabajo de Wilfred sobre el COMIC, ojala!!!!
Notable la descripción (etapa I) de Victoria.Pareciera de su relato que fueren los equipos informáticos quienes nos transmitieran esos recuerdos fundacionales de lo que después resultó, por distintos caminos, lo que nos permitió desarrollarnos profesional y personalmente.Es encantadora la descripción que con tanta naturalidad hace Victoria de esos comienzos del comienzo de nuestra actividad, como si la cosa, además de atractiva, hubiere sido sencilla.Quedamos a la espera, con ansiedad, de los próximos capítulos.Un cariño. Pipi Iglesias
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El 28/08/2015 a las 15:51, roberto iglesias escribió: