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2016.10.21: Juan Carlos Cattáneo: FOTO e invitación a comentarios


La foto me la mandó Juan Carlos Cattáneo. El juego que les propongo a Dinas y Dinos es el siguiente. Los invito a mandar comentarios eligiendo a uno de los que aparecen en la foto, identificando quién es y contando, y esto es obligatorio para que sus comentarios integren esta entrada, una anécdota personal que hayan tenido con ellos.

Comienzo yo, de paso dando el ejemplo.

Hernán Huergo: El primero de la izquierda es Julio Viau, de IBM. Mi anécdota es la siguiente: En 1969 tuve que viajar a USA por trabajo, me mandaba IBM. Era mi primer viaje al país del norte. Enterado del tema, Julio me llamó a su oficina, ya era en la práctica el número dos de IBM por entonces, y me pidió, con su educación, respeto y ceremonial de siempre, si le podía traer 1 (uno) tubo de pelotas de tenis. Imagínense que incluí el encargo como top priority de mi viaje. El problema fue que cuando comencé a recorrer las casa de deporte, en una tras otra me decían, "Acá están", y me mostraban tubos con pelotas amarillas. Yo jamás había visto pelotas amarillas, en la Argentina todos usaban blancas. "¿Blancas no tienen?". Cada vendedor de turno me miraba con lástima: "De esas ya no usamos en este país". Así que haciendo de tripas corazón a la tercera casa me decidí y compré las amarillas. Vuelto a Buenos Aires, no sin miedo, me llegó la hora de hacerme presente en la oficina de Julio, con el encargo envuelto en su paquete. La sonrisa bonachona y caballeresca de Julio desapareció como por encanto cuando el tubo apareció ante sus ojos. Le fue imposible reprimir la desilusión cuando dijo, con ceño fruncido y casi trompita: "¿¡Amarillas?!".
PD1: Tanto Julio Viau como yo somos daltónicos, pero no tanto como para confundir el amarillo con el blanco.
PD2: Un año después ya era casi imposible conseguir pelotas de tenis no amarillas en Buenos Aires. 

Carlos Tomassino: Al medio, Juan Carlos Chervatín...viejo amigo que nunca pudo peinar ese jopo rebelde (hoy afectado aún por el fallecimiento de su querido hijo, al que adherimos en su duelo).
Pero historias son historias.... Resulta que estábamos con Jorge España en Sao Paulo (corría julio de 1981) viendo de resolver el lío en que nos habíamos metido: armar y lanzar en Argentina, a Usuaria, comprometidos por los amigos del Sucesu paulista que nos habían invitado a iniciar una federación latinoamericana de informática en el medio de ese su Sucesu 81. (Claro, debíamos crear Usuaria.... en ese entonces una quimera). Valerio Yacubsohn de SADIO, también había viajado con nosotros y en esos días habíamos tratado de sostener los tres que la Federación Latinoamericana de Informática, no fuera tal, sino que fuese "de Usuarios de la Informática", ya que SADIO ya era una entidad muy referente, vinculada directamente a organismos internacionales y no parecía correcto que los usuarios hablasen por toda la comunidad.
Valerio y yo teníamos cargos en la CD de Sadio y debíamos defender esa idea.
Casi habíamos resuelto eso ese jueves por la noche, en que habíamos terminado temprano porque nos habían invitado al recital que la famosa Elis Regina daría en una fabulosa sala con capacidad de más de 5.000 asientos en el Centro de Convenciones.
Claro, nos habíamos vestido para la ocasión a la usanza de la época, traje oscuro, camisa blanca y corbata oscura, porque estaríamos en la primera fila invitados de honor con varios de los invitados latinoamericanos y autoridades paulistas y nacionales.
Esa primera fila era más amplia que las restantes, porque había casi un metro entre las butacas y el escenario, cubierto de plantas y flores típicas, y estábamos en la punta de banco, pegados al pasillo central, que dividía el teatro en dos partes iguales..
Allí estábamos los tres argentinos, saludando a los que pasaban (y que habíamos conocido en las reuniones de días previos), cuando de pronto aparece un sudoroso Juan Carlos en jean, zapatillas y remera y viene a saludarnos. "Recién vengo de Ilhabella donde traje un contingente y ni me cambié, me vine a saludarlos..." nos dijo. España estaba algo azorado por su vestimenta pero contuvo muy bien la situación, y nos pusimos a hablar muy animadamente los ahora cuatro unos minutos, hasta que empezaron a apagarse las luces, entonces todos amagamos sentarnos, pero claro, Juan Carlos no tenía prevista ubicación. Muy argentino, rápido, España me dijo levantando las cejas "...Carlitos, hacé correr la fila, dale..." y yo muy solícito y atildado, en mi portuñol aprendido reciente, le dije al de mi derecha, "corra fila, corra fila.." y lo empuje suavemente, señalándole a que se sentara en la siguiente. Así lo hizo, lo que obligó a que los que aún estaban parados charlando enfrente de sus asientos cuando tuvieron necesidad de sentarse lo tuviesen que hacer en la subsiguiente, y en la otra y en la otra.... y como la fila era muuuuuuuy larga de más de 30 o 40 asientos, ni quiero pensar la cara del que no pudo sentarse en su asiento, ya con las luces apagadas, y un estentóreo locutor que hablaba en un portugués grandilocuente.
Ignoro con sinceridad si Juan Carlos supo de esto, pero si su memoria es buena, debe recordar al menos el momento, ya que él fue uno de los importantes protagonistas que luego tuvo Usuaria cuando comenzó su accionar a partir de 1982.

Pepe López de LagarEl primer comentario es: qué jóvenes que eran todos en esos años. 
De Julio, me acuerdo que en todas las conferencias y exposiciones que iba, solía pasar por todos los expositores, saludando uno por uno a la vez que le deseaba éxito en sus actividades. Qué lindo que era todo.
Lo de las pelotas me acuerdo de las Lincoln que cuando no se conseguían las Penn, jugábamos con esas pelotas blancas que venían en cajas de cartón y pesaban como 30 kilos cada una y, cuando se humedecían, pesaban el doble. Linda época.

Ricardo FornoEs lamentable, pero casi no tengo anécdotas con estos muchachos. Pero puedo ayudar en la identificación: el de la izquierda es sin duda Julio Viau. Siguen dos a quienes seguro conocí, pero no podría identificarlos. El próximo ya fue mencionado por otro comentarista. Y a la derecha están Juan Carlos Masjoan, Osvaldo Molina, y (Carlos, creo que es su nombre) Sanjurjo.
A Julio Viau lo visité brevemente mientras estuvo una temporada en EEUU, y me dio algunos consejos sobre mi desgarbada apariencia habitual. Con los que identifiqué, por supuesto tuve abundantes contactos, pero ninguno como para anécdota. Sólo algo con Sanjurjo:
Fue nuestro profesor en el curso de ingreso al que asistí. Al hablar de la impresora, solía decir, acompañándolo con un gesto de la mano desde la barbilla hasta delante del abdomen: "... y ARROJA el resultado". Muchos lo imitaban y reemplazaban la palabra por "VOMITA".
En otra oportunidad, cuando se había implementado un control policial para que los peatones cruzaran correctamente la calle, él mismo contaba que una mujer policía lo abordó para decirle que estaba cruzando con el semáforo en rojo, y él le respondió con cara de inocente: "¿Esa luz? Es para los vehículos, no para los peatones", pues se trataba del foco redondo y no el del dibujito con figura de caminante, dejando así desconcertada a la representante del orden.

Jorge Basso DastugueGran recuerdo el de Carlitos sobre Jorge España. El fué el generador que impulsó la fundación de Usuaria, en un año muy difícil para la historia argentina.

Hernán Huergo: El tercero a partir de la izquierda claro que es Juan Carlos Cattáneo, sinónimo de CONSAD. Cada vez que recuerdo este apellido y esta empresa automáticamente se me aparece en mi mente una imagen de una chica especial, enormemente querida, tanto como respetada por todos. Ya muchos habrán adivinado que hablo de Julia Oshiro, quien se fue tan temprano de este mundo. Todo aquel que la conoció cayó derrotado por sus encantos y no pudo dejar de quererla y admirarla. Ojalá tuviera una foto de ella para engalanar nuestra Galería de Informáticos.

Hernán Huergo: El quinto a partir de la izquierda es Juan Carlos Masjoan. Nadie diría que pocos días después de esa foto cumpliría sus cuarenta años, tal era la cara de nene que tenía. Ya desde tiempo antes Juan Carlos era uno de los ejecutivos de mayor nivel, luego del capo máximo, Víctor Savanti, y del vicecapo, Julio Viau. Pues bien, hubo una época de su carrera, dicen fuentes confiables, que mi amigo estaba muy torturado por ese tema. Sabía que algunas huestes lo apodaban "El Nene". Así que un día lo decidió, se dejó el bigote. No hubo caso, siguió siendo "El Nene" para las mismas huestes. Según mis recuerdos el bigote duró muy poco.

Carlos TomassinoA veces es difícil recordar caras.... pero si me hubiesen preguntado a primera vista, hubiese dicho que entre Juan Carlos y Viau estaba Carlos Vanelli, supongo que en ese momento aún en Pirelli, y el de la punta derecha, por la sonrisa y el gesto de la mano en el bolsillo, el recordado Julio Acero Jurjo, en ese momento gerente de Sistemas de Somisa. Pero claro. los ibemistas recuerdan más....

Hernán HuergoEl de la derecha es Carlos Sanjurjo, como ya lo dijo Ricardo. Carlos supo ser vendedor estrella de IBM, sucursal Gobierno. Como anécdota de él recuerdo que usaba la alianza de casado en la correa de su reloj, muy visible. Nunca le pregunté el motivo de esa costumbre.

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