Claudio en su oficina de Dublin, 2005 |
Trabajaba
yo en una gran empresa en Irlanda, donde en "Applications
Development" (AD) manteníamos un gran sistema de atención a clientes,
ventas, stocks, vinculación con sistemas técnico s
y de facturación. El monstruo había sido implementado cinco años antes, tras
migración desde un sistema anterior. Periódicamente se requerían, diseñaban y
planificaban mejoras. Para ello, una vez por mes y de noche, introducíamos los
cambios y los probábamos para que a la mañana siguiente todo funcionase bien.
Durante esa noche el equipo de Programación (de una conocida consultora
internacional) implementaba los cambios, luego mis Testers probaban, yo tomaba
nota de los eventos, aprobaba (o no) cada etapa, y ayudaba a resolver problemas
sobre la marcha.
Diagrama General del Proceso de Actualización de Sistemas, 2006 |
Allá por
2006 en una de esas noches implementábamos un cambio que Ventas necesitaba
ineludiblemente para la mañana siguiente. De día en el sistema de prueba todo
había ido sobre rieles, pero cuando esa noche se cargaron los cambios al
sistema real y mis irlandesitas los probaron con docenas de casos reales, en
varios de ellos el sistema falló miserablemente. Peor aún, el Programador Jefe
(PJ) con su gente de la consultora no lograban ubicar el problema.
PJ:
"Bueno Claudio, el cambio falló. ¡Qué noche de perros! ¿Qué te parece si
hacemos "Restore" y nos vamos todos a dormir a casa?. Mañana por la
mañana estará aquí nuestro equipo de especialistas investigando ...".
Yo:
"¡No tan rápido! Para Uds. de la consultora este traspié es parte del
trabajo, ¡pero para mí y para Ventas es un desastre de proporciones!".
PJ:
"Sí, pero ¿qué querés que hagamos?".
Yo:
"Quiero ver detalles acerca de cómo y dónde falla el sistema, y en una de
esas capaz que encontramos algo."
PJ:
"Estáaa bien ... "
Tras un
rato de revisaciones, una de mis Testers observó que el error aparecía
solamente con ciertos clientes, de modo que pedí verlos en el Maestro de
Clientes.
PJ:
"¿Para qué lo querés? ¡Esta pantalla muestra todos los datos de clientes
que usa este programa!"
Yo:
"No veo nada útil aquí: busquemos algo que estos clientes tengan en
común."
PJ:
"Bueehh ... Aquí están estos clientes en el Maestro: ¿te interesa algo en
particular?"
Yo:
"No creo que el sistema haga lógica con textos y montos. ¿Se podría ver
estos clientes con sus columnas de, digamos, categorías y fechas?"
PJ:
"Aquí están. No parecen decirnos demasiado ..."
Yo:
"Dejáme veeer .... Ah, dále una mirada a las fechas de alta ..."
PJ:
"¡Qué notable!: el sistema falla con los clientes que tienen más de cinco
años de antigüedad en el sistema. ¡Cinco años ...! O sea, que éstos son todos
clientes migrados del sisteemaaa aaaanteeeeerioooooor ... ¡¡Ya lo tengo!!"
En menos
de una hora el problema estaba ubicado y el cambio arreglado, instalado y
probado. "¡Ése está peor que yo!" habrá pensado aquel borracho
trasnochado que volvía tambaleándose a su casa por la madrugada, cuando se
asustó viéndome pasar manejando a velocidades desaforadas por las heladas y
desiertas calles de Dublín ...
Y con
esto concluyo esta serie de anécdotas de mi vida profesional informática, tal y
como se la prometí a Hernán el año pasado. A mis estimadísim@s Din@s no me
queda sino decirles, repitiendo el verso de los vendedores de lapiceras en los
colectivos, "¡Muchas gracias por la amable atención dispensada!".
Seguiré
aportando de vez en cuando algún recuerdo personal para compartir.
Claudio
Estimado Claudio: Muchísimas gracias por tu anecdotario. Es para que escribas un libro...
ResponderEliminarMuchas gracias Luiggi, creo que no es para tanto. Eso sí, podríamos pensar en algún día reunir unas 30 de las más notables y/o divertidas anécdotas de todos nosotros y sacar un libro, algo así como "Dinosaurios/as Argentinos de la Informática: selección de anécdotas".
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