FINALE (Allegro ma non
troppo)
Como ir a la Mina Aguilar para ver
si convenía comprarla, o
Cómo cambiar lámparas
viejas por lámparas nuevas como en Aladino
(y todas las cosas que
hubo que hacer para conseguirlo), o
Ganar como premio una
estadía en “el” motel de Santa Cruz de la Sierra , etc.
Si no los aburre mucho y
si no me objetan que esas no son cosas relativas a la informática, pienso
contar algunas.
Y, a riesgo de motivar mi exclusión de los dinosaurios, les
confieso que, sobre cerca de 50 años de ingeniero sólo unos 10 son estrictamente
en informática, pese a haber comenzado en 1959 con un curso de programación en
una LPG-30 (creo que se llamaba así y era de Smith-Corona Marchantt) en Lehigh
University (Bethlehem, Pennsylvania.
Ahora, al cabo demás de medio siglo, me alegro de haber vivido todo
esto
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