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2015.09.05: Luis Pees Labory: Exijo ser considerado un DINO !!!

Tenía veintiún años (1963), terminaba la colimba, ya de novio, y mi futuro cercano era volver a trabajar como empleado administrativo en una dependencia del Ministerio de Marina, laburo que me había conseguido mi viejo. Si bien había intentado dar alguna materia en Económicas, no había tenido suerte (mejor dicho. estudio). O sea veía un horizonte muy oscuro…
Cuando escuché a un compañero en la colimba mencionar a los Cursos de Programador IBM.
Y así fue, que me contacté con un primo (varios años mayor) que era el Jefe de Estadística en Aeronáutica, Naggi Brown, apellido, que luego terminó estando a cargo de Sistemas Informáticos en el Ministerio de Aeronáutica (ambiente Burroughs). Y gracias a él pude presentarme ante la Escuela de IBM (Sra. D’alessio a cargo, bella mujer), Primero para hacer el test. Y luego de aprobarlo, para hacer el curso de Programadores 1401, con el Ingeniero Figgini como instructor. Y para mi sorpresa, lo aprobé y fuimos a celebrarlo en una cantina de La Boca, una noche alegre y triste porque acababa de morir el Varón del Tango, Julio Sosa (1964).
Y con el título en la mano, y sin tener demasiada idea sobre el tema, pero con un buen contacto en la Cía de Seguros LA FRANCO ARGENTINA, logré dar el examen (enero de 1965, ayer…), y comencé a conocer los palotes del oficio… Tanta era mi ignorancia que pensé que el Compilador era un señor… (no se rían).
Mi nuevo sueldo me parecía mentira, supongo que cuatro veces lo que ganaba en Marina. Y recuerdo la cara de quienes me preguntaban: “de qué laburas?” cuando les decía Programador de Computadoras… “Y eso qué es?” era la respuesta.
Y empecé a programar, o sea a hacer los diagramas de flujo, pasar los pasos a instrucciones (SPS, AUTOCODER, etc), mandar las planillas a perfoverificar (se procesaba todo con tarjetas Hollerit), luego se enviaban a hacer el Pre-listado, que se cotejaba con lo enviado a Perfoverificación, se enviaba a corregir los errores, y era el momento de enviarlos a compaginar (SPS, SCUEB, AUTOCODER) y solo cuando no había errores, enviar a probar… cuestión de días, lo que hoy se hace en milisegundos…
Y cuando se probaba, había que aguantar la cara del Jefe de Operaciones, quien solo nos daba una hora por día para hacerlo… cuando la prueba no funcionaba.
En La Franco (LFA) hice amistad con Gustavo Adolfo Balta (recién casado en el 65) un capo en programación con quien había hecho el curso de programador en noviembre del 64. Y también con Raúl Eduardo Vicent – algunos años mayor que yo - y experimentado programador.
Era el tiempo en que algunos programadores con experiencia iban a probar suerte a EEUU, y eso posibilitaba el ingreso de los programadores recién recibidos.
En esa época obviamente no había programadores ni jefes con títulos universitarios, en general eran idóneos sin diploma…
Como programador ganaba mucho dinero. Tanto que me ayudó a decidirme para comprometerme en agosto del 65 y casarme en marzo del 67.
En 1967, por un cambio gerencial, llegamos a tener cintas magnéticas y 8K de memoria. Un avance descomunal.
Luego me ascendieron a Encargado de Manuales y Mantenimiento de Sistemas. Aunque en realidad del título del sector solo hicimos honor al de Mantenimiento de Sistemas de Seguros de Ramas Elementales y de la Cía. de Capitalización (o sea que excluía a los sistemas de seguros de Vida).
Allá por inicios de los años 70s impulsamos junto a otros compañeros, que el convenio de Seguros incorporase lo que ya habían logrado los bancarios, los adicionales por cumplir funciones en las áreas de Procesamiento Electrónico de Datos.
No recuerdo exactamente quien dispuso que debíamos pasar a una computadora de tercera generación (eran las IBM 360 o 370, o similares en las líneas UNIVAC, BULL, BURROGHS), otra tecnología que permitía programación interactiva. Alguien estudió distintas propuestas y supongo que eligieron la más económica…
Fue ahí que se decidió que un equipo con experiencia en UNIVAC (proveniente de FFCC) con Pascual Dante Di Pasquale a la cabeza de varios analistas-programadores.
En dicha época, para mi bien, se limitó el mantenimiento de los sistemas a solo lo exigido por la Superintendencia o por alguna legislación relacionada.
Ahí fue cuando varios del grupo de analistas-programadores decidimos estudiar algo, muchos (Charly Perego, Luis María Pezzolo y Juan Carlos Benia), siguieron el curso de Analista de Sistemas que recién se creaba,  en la Universidad Tecnológica Nacional. y yo en cambio retomé Ciencias Económicas. Casi todos nos recibimos en poco tiempo…. Posteriormente uno de mis compañeros fue a trabajar al Banco Comercial del Norte, donde el nuevo gerente de sistemas era el Ing. Raúl Bauer – a quien conocía por los comentarios (*#%) de mis compañeros que habían cursado con él como profesor en la UTN. Y a quien yo conocí en USUARIA, cuando estuve a cargo de la divulgación del proyecto Y2K. Allí también conocí a varios de los personajes que integran del grupo de los DINOS Y DINAS, Don Hernán Huego, Torrera, y siguen las firmas.
Luego de recibirme de Contador Público UBA, y de haber hecho un curso de Auditoría de Sistemas, con el Dr. Nardelli (un capo en el tema), conseguí ingresar con dicha especialidad al  Banco de Boston, donde trabajé durante cinco años (1980-85).
Luego terminé mi carrera ligada al ambiente informático en ALUAR (1985-2007). Compartiendo con Don Juan Carlos Angió.
Durante algunos años fui profesor  en la UTN de Buenos Aires y en Concepción del Uruguay, de la materia Informática Administrativa. Compartiendo viajes y cenas con Don Fernandez Iriart.

Agradezco especialmente a mi amigo Don Carlos Florentino (ex CIO en Philips) quien en nuestro encuentro semanal me anotició de la existencia de este más que interesante BLOG.

Por tales razones creo ser merecedor de ser reconocido como un DINO más…


Blogger Ricardo dijo...


Pues claro que sos un Dino! Hacía siglos que no oía mencionar el SCUEB. Casi me había olvidado de ese programa.
Recuerdo haber estudiado el código interno del SPS, donde algo muy extraño me llamó la atención: ¡sumaba palabras! Y lo peor es que lo hacía de distinta manera en una de dos etapas, enlenteciendo el proceso. Eso me hizo descubrir el hashing. Además, el SPS gastaba un montón de tarjetas: ingresaba el lote original, se perforaba otro lote, que reingresaba, y recién después salía el lote objeto, que debía ser "condensado" por otra parte del programa. De modo que programé un sistema al que llamé SCUEB (la sigla era Sistema Compaginador Unificado... y ya no recuerdo qué significaban las dos letras siguientes), que ahorraba tiempo y tarjetas,, y que se usó incluso en algunos otros países, Chile entre ellos. El SCUEB evolucionó a CAST y a ASAP, dos compaginadores mejorados, uno de ellos en colaboración con D. C. Lee, de Honolulu (a quien nunca vi, ni en foto). Debe de haber sido una de las primeras colaboraciones internacionales en programación.
Hubo una anécdota curiosa al respecto. D. C. Lee me envió por encomienda un lote de tarjetas perforadas con una versión a medio cocinar del ASAP. Tuve que ir a la Aduana a retirarlo. El empleado curioseó el lote, y me pidió si podía quedarse con una tarjeta. Lo desconcerté diciéndole que lo que interesaba eran los agujeritos, y que sin esa tarjeta el programa no iba a funcionar.
Ahora que lo pienso, quizá a IBM no le haya parecido muy interesante un programa que ahorraba tarjetas, pues la fabricación y la venta de las cajas de tarjetas vírgenes era uno de sus negocios más redituables.
6 de septiembre de 2015, 2:15

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