Tomado de Museo Informático/ Personalidades Informáticas
En National, se forma un equipo de
trabajo encabezado por Gabriel Corbisier Gallo, todo un nombre y una historia
de realizaciones y éxitos en toda Latinoamérica. Fue el Director de un trabajo
monumental, con la colaboración de mucha gente pero con una mano derecha en el
diseño y el arte que fue Pedro Oller, que se llamo el Manual de Contabilidad
Mecanizada, que tenía muchísimos tomos y era material para estudio interno
dentro de las organizaciones.
Todos aquellos que alguna vez participaron en
una licitación saben que hay una tarea que es la última antes de cerrar y
lacrar toda la presentación. Es la confección del pagaré de garantía (hoy se ha
reemplazado por el seguro de caución) ¿Y porqué es así? Porque generalmente la
anteúltima hoja que se tipea es la de la cotización (incluso por la
confidencialidad necesitada). Bien, el pagaré debía ser por el 1% del monto de
la oferta. Y en el apuro y probablemente por el cansancio de muchas horas sin
dormir, el pagaré que acompañó la oferta fue por el 0,1%. ¡La maldita coma!. La
cuestión es que National quedó afuera y se adjudicó a IBM, que según me
confesaron muchos años después colegas de esa empresa, presentaron dos 1401
porque no tenían en ese momento un producto mejor para competir contra la
potencia del 315. Y eso cambió muchas historias de este mercado.
En 1960, me ascienden a ayudante de vendedor.
El vendedor se llamaba Jorge Gómez, alguien que me enseño muchísimo y que me
sirvió en todo el resto de mi relación con la venta y las actividades
comerciales. Y comencé a hacer proyectos con los productos existentes en ese
momento: 32, 33, 34, Computronic. Y hacer mis primeros palotes en la venta y en
la relación con personal a cargo.
Por ese entonces también se lanza el NCR 390,
una computadora con programa almacenado pero basada en fichas intercambiables
que en su dorso tenían bandas magnéticas con la información de la cuenta. Ahora
las barras eran reemplazadas por programas y se necesitaban distintos talentos
y habilidades.
La dirección decide tomarle a todos los
posibles candidatos un test de lógica que constaba de 11 problemas de diferente
complejidad y cuya evaluación del resultado se hacía en la Casa Matriz. Tuve la
suerte de ser el único que en el plazo estipulado contestara todo y con 100% de
éxito.
Al mismo tiempo, el Sr. Miró, por entonces a
cargo de la región sudamericana, decide contratar a Werner Koenecke, un experto
en computación que venia trabajando con equipos desde 1951. Un día de ese año
1960, el Sr. Miró me llama a sus oficinas y me ofrece pasar a formar equipo con
la dirección de Koenecke para la recién creada EDP Sudamericana. El desafío era
grande, la paga no era lo más atrayente (estaba de novio y con planes
inmediatos de casamiento) y como en otros momentos acepté más por el reto que
por la conveniencia.
Recuerdo que Merayo, Gómez y algunos otros me
aconsejaron no entrar y seguir mi carrera que tenía grandes posibilidades de
ser exitosa en todo sentido, incluyendo el económico. El argumento era que las
comisiones que se pagaban por la venta de máquinas de contabilidad (por
entonces 7 %, aunque a los nuevos ya se les pagaba solamente el 4%) te podían
convertir en un ciudadano con las necesidades básicas más que satisfechas.
Como en muchas otras situaciones que a uno le pasan
en la vida, nunca sabré si fue acertado o no el aceptar, pero lo que no tengan
dudas es que nunca me arrepentí.
Y Koenecke, un gran maestro y una persona por
la que guardo un cariño entrañable, casi me trató como un hijo. Algo de ello
era verdad, porque alguna vez me confesó que le recordaba a su hijo Alfred,
fallecido cuando tenía 15 años en un accidente ocurrido cuando los GP de
Automovilismo (Fangio, Gálvez, Villoresi, etc) se corrían en Palermo.
NCR alquiló una pequeña oficina en la calle 25
de Mayo y allí nos instalamos y con su conducción elaboramos una carpeta de
sistemas que iba a ser nuestra carta de presentación ante los clientes.
Mientras pegaba figuras y escribía textos, desarrollábamos un plan integral de
soluciones computacionales para las empresas.
Y por aquel entonces viví mi primera
experiencia internacional. Participamos en la licitación internacional que por
computadoras hizo el Banco República del Uruguay. Hicimos algo que hoy a la
distancia valoro como extraordinario. La carpeta de sistemas presentaba el
diagrama de flujo de todos los sistemas del Banco.
Y tuve la suerte entonces de trabajar con
nuestros colegas uruguayos, de los cuales recuerdo a Damonte, Rossi y otros que
se me escapan los nombres. Grandes vendedores y mejores personas, Y siempre
dispuestos para la broma y la diversión.
La licitación fue ganada por Bull que por
entonces era muy fuerte en el Banco, pero al aprendizaje fue mayúsculo. Luego
hubo otros casos de de proyectos para Bancos de Chile y Perú. Pero no cerrábamos
negocios.
Miró, Koenecke y Smith (el gerente general de
NCR Argentina por entonces) seguían apostando al éxito y se toman decisiones
que en su momento eran difíciles (hablamos de años 1962/3 con incertidumbres
políticas como es habitual en nuestro país) y luego de arduas discusiones con
Headquarters, se logra que se invierta el dinero necesario para la instalación
de un Data Processing Center en la calle Corrientes.
Y dentro de la decisión se incluyó el envío de
quien les cuenta todo esto acompañado por Jorge Ardoino (que iba a trabajar en
el DPC a instalar) a Dayton, Ohio para ser entrenados en programación y demás
detalles de la implementación. Y allá fuimos, con miedos y ganas, en mi primer
viaje a la Casa Central y con un cronograma de estadía por 45 días para recibir
todos los conocimientos que estaba previsto debíamos adquirir. El lenguaje de
programación NEAT, Cobol, sistema operativo, operaciones, etc.
Llegamos el 4 de Abril de 1964 y el lunes 6
fue nuestra primera visita a las oficinas y a ser presentados a quienes iban a
ser nuestros capacitadotes, entrenadores y supervisores. Ese día la
organización estaba convulsionada, porque se sabía ya lo que iba a pasar el día
siguiente. El 7 de abril de 1964 se produjo el lanzamiento mundial de la IBM
360, probablemente el producto que llevó a IBM al liderazgo del mercado durante
muchísimos años.
El lanzamiento fue impactante, algo nunca
visto antes en el terreno de los equipos de sistemas. Alcance mundial, avisos
en diarios de todo el mundo, radio, televisión, etc. Realmente fue muy fuerte.
Y allí estábamos nosotros empezando a recibir
las municiones para una guerra competitiva que iba a ser larga, dura y siempre
peleada.
Y entonces empieza esa mi relación con la
informática que hasta hoy se mantiene. Muchas etapas he cruzado, con algunos
éxitos, otros no éxitos, pero siempre queriendo lo que hacía. Todo lo que viene
después de este comienzo es otra historia que en algún otro momento, les
contaré
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