Autor del Blog: HERNÁN HUERGO

Podés enviar tus aportes y fotos a hhuergo@gmail.com.
Podés incorporarte como Dino o Dina de la Informática Argentina si has nacido con fecha igual o anterior a 1961 y tenés diez o más años de experiencia informática en nuestro país. Podés solicitarlo a hhuergo@gmail.com.

para Buscar en este blog

Ejemplo: Para acceder a las entradas que incluyan las palabras Sadosky y Clementina , basta colocar las mismas en la ventanita superior.

01/10/2015: Ricardo Forno: El Centro de Pruebas de IBM: nueve anécdotas y un colofón

Casi todo lo que diga acá debe estar precedido por un “si no me equivoco”, porque, como es lógico, los recuerdos se desvanecen o modifican con el paso del tiempo.

En una época, IBM me había agraciado con el pomposo título de “Gerente del Centro de Pruebas”. Ahí acudían los clientes para probar sus aplicaciones antes de la instalación, y a veces ejecutaban largos procesos para los que sus equipos carecían de capacidad. También lo usaban el Service, la Biblioteca (Susana Harriague), los programadores de IBM, etc.
Tuve como ayudantes a Alfredo Page y a Gustavo Pontnau, y luego a Hugo Castro, y quizá a algún otro de quien me estoy olvidando.
Tenía una Secretaria por la mañana y otra por la tarde. Una era Ana María Silverberg (de origen croata) y la otra Evelyn George, visitada asiduamente sin razón aparente por los empleados de IBM. En algún momento tuve otras secretarias, por poco tiempo; sólo recuerdo el apellido de una de ellas (Donnini).

1

Había un cliente que, entre otros lotes de tarjetas, guardaba unos en cuyo lomo se podía leer algo así como “Bedenoj er milina sznazna  cuasita”. Ana María me aclaró un día que la inscripción quería decir, en croata, “Lote de tarjetas en blanco”. El programador, también de origen croata, las identificaba así para que no se las robaran…
También había otro, de la compañía de seguros La Franco, que en el lomo de los lotes de programa de Seguro de Vida les escribía “Vida”. Un par de días después, alguno le había modificado la inscripción: “Vida mía”. El primero tiraba el lote, generaba otro, y le volvía a poner “Vida”, el segundo le volvía a poner “Vida mía”, y así siguiendo.

2

Creo que el Centro de Pruebas trabajaba también los sábados, pero ese día de la semana yo no solía ir a la oficina. Quedaban a cargo Page y Pontnau, en quienes delegaba la responsabilidad. Un sábado se presentaron inopinadamente en mi casa, cuando recién estaba levantándome. Se habían enfrentado con una situación que no sabían cómo manejar. No recuerdo cómo se resolvió el tema.

3

Un día hubo que mudar los escritorios a otro lado. Yo no estaba en el momento, pero sí Ana María, quien me refirió la situación. Al moverlo y ponerlo de costado, de un escritorio comenzó a salir un líquido, que luego se reveló como agua. El escritorio estaba cerrado con llave y, convocado su dueño (Pontnau), se descubrió que en el cajón inferior había un vaso que había tenido agua. Confrontado Pontnau con el hecho, dijo: “¿A ustedes no les gusta tomar un sorbito de agua cada tanto?”.

4

En el Centro de Pruebas se hacían demostraciones a menudo. La IBM 1401 era una máquina decimal, y se podía programar con unas 10 instrucciones la “duplicación sucesiva”. En la impresora IBM 1403 se imprimían a gran velocidad los números 1, 2, 4, 8, 16… hasta ocupar todo el ancho del carro, es decir, recontra-cuatrillones. Otra demostración imprimía la figura de una chica haciendo strip-tease, y cuando llegaba al final, aparecía tapada por dos carteles en lugares estratégicos que decían “La computadora puede hacer casi cualquier cosa… pero no todo”. Los impresos, con el texto explicativo, salieron publicados en la revista Primera Plana, y el Gerente General, Benito Esmerode, lo reprendió severamente a Gustavo Pollitzer, responsable de la publicación.

5 

De los EEUU nos llegó información de que se podía hacer música con la IBM 1401 de por lo menos dos maneras. Una consistía en ejecutar cierto programa que tomaba datos de las notas, y al acercar una radio fuera de sintonía a la CPU, la radio emitía sonidos. Recuerdo  haber escuchado así “Tico-tico no fubá”. Se usó en varias demostraciones.

6 

La otra manera de producir música era por medio de la impresora IBM 1403. Una cadena con los caracteres pasaba frente al papel, y unos martillos impactaban la cadena en determinada secuencia: cuando el carácter que se deseaba imprimir en la posición X pasaba frente al martillo, éste se disparaba. Con un programa, logré calcular qué secuencia de caracteres producía determinada nota, y así generé textos que, al ser impresos, permitían oír una melodía, y hasta armonías y golpes como de tambor.
Estaba preparada una demostración frente a Arturo Illia, entonces Presidente de la Nación (al final no vino). Decidimos tocar la marcha presidencial (Ituzaingó) en la impresora, para lo cual fui con Armando Heller a Casa América para solicitar una partitura. Nos recibió un amable señor que quiso saber para qué instrumentos la queríamos: piano, banda militar, etc. Le decíamos que no importaba, pero él insistía. Cuando al final admitimos que era para IBM 1403, renunció, y nos pasó una partitura cualquiera. Si bien no pudo oírla Illia, fue interpretada, con tambores simulados y todo, y se usó varias veces más. Gastaba cantidades ingentes de papel. Y con la muy improbable combinación adecuada de caracteres para que los martillos se dispararan todos casi juntos, la IMB 1403 quedaba “tildada” (luz roja).

7

Mi secretaria Evelyn George era muy quisquillosa con su trabajo. En aquellas épocas, uno escribía a mano un texto en un papel, y la secretaria lo pasaba a máquina. En una oportunidad, con la mejor intención de mejorarlo, Evelyn cambió algo en el texto, que no era lo que quería decir. Le indiqué que, en lo sucesivo, tipeara exactamente lo que yo había escrito. Resultado: con mi letra tipo imprenta, dejé muy juntas una “c” y una “l”, con lo que Evelyn escribió “diente” en vez de “cliente”, y la nota salió así.

8 

Quienes estábamos el santo día con el equipo teníamos un instinto especial para hallar las causas de un problema. Recuerdo que una vez vino un cliente con un lote de tarjetas que al pasarlo en la máquina daba un error. Tomé las tarjetas y (no me pregunten cómo; quizá la famosa X en 81) de entre medio del lote extraje una y dije: “Aquí está el problema”; y ahí estaba, nomás. El programador del cliente expresó: “¿Cómo lo hizo? ¡Parece magia!”. En efecto, “toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”, Arthur Clarke dixit.

9

La secretaria del Departamento, Lola (Dolores Rodríguez Bolaños) solía ser objeto de bromas pesadas. Una de ellas: alguien la envió a la oficina de “Lumumba” (si alguien recuerda su nombre real, que lo diga), mientras él estaba conversando con un cliente. Lola le dijo: “El ingeniero Magoya desea hablarle”. “Lumumba”, sin inmutarse, y conociendo el paño, le contestó: “Está bien, Lola. Luego lo atiendo”.

Colofón

La secretaria Ana María Silverberg, a quien mencioné antes, un día decidió dejarnos e irse a trabajar al Círculo de Lectores; creo que por entonces estaba ubicado en la calle Paraguay o tal vez Viamonte. Cada tanto venía a IBM a charlar y recordar viejos tiempos y, por mi parte, a veces la veía en el Círculo de Lectores, donde conocí a varias personalidades, entre ellas el escritor Alberto Vanasco.

Un día llegó Ana María a IBM, ansiosa por contar lo que le había ocurrido y asustado mucho. El comercio del Círculo de Lectores tenía unas puertas de vidrio grueso y templado que daban a la calle. Ella se había quedado a trabajar hasta tarde, sola, y en el momento en que estaba cerrando, se le presentó un individuo que metió un pie entre las dos hojas, impidiendo así que se completara el cierre. El hombre solicitó que le prestara el teléfono de la oficina, a lo que obviamente Ana María se negó. El tipo insistió, diciendo que iba a pagar lo que fuera necesario, mientras exhibía un rollo de billetes impresionante. La conversación siguió, así con la puerta medio atrancada, y Ana María muerta de miedo. “No saben los ojos que tenía; parecía como si se les revolvieran en las órbitas”. Recordaba algunas de las cosas que le había dicho, en especial que “era homosexual, pero que no se acostaba con hombres sino con mujeres machonas”.



Blogger Andres Pino dijo...
que bueno Ricardo, respecto de la 1403 recuerdo un dia en el CC de Sociedad Militar Seguros de Vida, vinieron a una visita previa a la inauguracion y como correspondia tocaron la marcha de Ituzaingo con la 1403. Sinceramente era impresionante como sonaba.
Recuerdo tu Motto, el de un vaso de agua, un pedazo de pan..
un abrazo, andy
1 de octubre de 2015, 10:24
 Eliminar
Blogger Ricardo dijo...
Para Andrés Pino.
Bueno, puede ser que yo lo haya dicho alguna vez, pero de quien lo oí primero fue Gustavo Pollitzer, y más de uno lo repetía, entre ellos Sergio Porter.
¡Cobarde! No publicaste la tercera opción de lo que no se le niega a nadie, y yo tampoco lo haré ahora, aunque este blog merece convocar más espíritu bromista y desinhibido.
Recuerdo que en aquella época yo tenía más contacto con tu hermano Carlos, y con tu padre, que vivía si no me equivoco en la calle Aguirre al 700. Tu padre solía atenderme el viejo Falcon, que conservé hasta el 2006.

Errata: no existe una IMB 1403, sino una IBM 1403.
1 de octubre de 2015, 17:00
Blogger Andres Pino dijo...
rigurosa verdad y muy preciso tu comentario, se ve que la memoria no te falla. :-)
Siempre pense que la frase la habias acuñado vos, viniendo de Pollitzer suena mas creible aun, y que mi socio Sergio Porter la repita no me extraña, la fauna del PB de Diagonal era muy especial, voy a tener que escribir una nota sobre mis mentores y guias de mi juventud.
Un abrazo, recuerdo tu falcon en la casa de mi viejo y su orgullo de hacerte las afinaciones.
Andy
1 de octubre de 2015, 17:08
Blogger Hernán Huergo dijo...



Cuando leí X en 81 pensé que Ricardo se había equivocado. Que había querido decir X en 80. Yo suelo leer los aportes y a veces me animo a poner algún acento donde no los hay. Estuve tentado de cambiar y poner lo que me parecía correcto, o sea X en 80. No lo hice por dos razones: la primera es porque no quiero parecerme a Evelyn -sí, ya sé algo imposible, había tantos que la visitaban sin motivo aparente-; la segunda es porque no recuerdan mis dos neuronas cuándo fue la última vez que Ricardo Forno cometió un error. Solicito ayuda a los DINOS y a las DINAS. Alguien recuerda que haya una X en 81???
Gracias desde ya a quien me ayude!!!
1 de octubre de 2015, 19:30


No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTARIOS SON MÁS QUE BIENVENIDOS. POR FAVOR CON NOMBRE Y APELLIDO. LOS COMENTARIOS AJENOS A LA TEMÁTICA DE ESTE BLOG SERÁN ELIMINADOS.