Casi todo
lo que diga acá debe estar precedido por un “si no me equivoco”, porque, como
es lógico, los recuerdos se desvanecen o modifican con el paso del tiempo.
En una
época, IBM me había agraciado con el pomposo título de “Gerente del Centro de
Pruebas”. Ahí acudían los clientes para probar sus aplicaciones antes de la
instalación, y a veces ejecutaban largos procesos para los que sus equipos
carecían de capacidad. También lo usaban el Service, la Biblioteca (Susana
Harriague), los programadores de IBM, etc.
Tuve como
ayudantes a Alfredo Page y a Gustavo Pontnau, y luego a Hugo Castro, y quizá a
algún otro de quien me estoy olvidando.
Tenía una
Secretaria por la mañana y otra por la tarde. Una era Ana María Silverberg (de
origen croata) y la otra Evelyn
George, visitada asiduamente sin razón aparente por los empleados de IBM. En
algún momento tuve otras secretarias, por poco tiempo; sólo recuerdo el
apellido de una de ellas (Donnini).
1
Había un
cliente que, entre otros lotes de tarjetas, guardaba unos en cuyo lomo se podía
leer algo así como “Bedenoj er milina sznazna cuasita”. Ana María me aclaró un día que la
inscripción quería decir, en croata,
“Lote de tarjetas en blanco”. El programador, también de origen croata, las
identificaba así para que no se las robaran…
También había
otro, de la compañía de seguros La
Franco, que en el lomo de los lotes de programa de Seguro de
Vida les escribía “Vida”. Un par de días después, alguno le había modificado la
inscripción: “Vida mía”. El primero tiraba el lote, generaba otro, y le volvía
a poner “Vida”, el segundo le volvía a poner “Vida mía”, y así siguiendo.
2
Creo que
el Centro de Pruebas trabajaba también los sábados, pero ese día de la semana
yo no solía ir a la oficina. Quedaban a cargo Page y Pontnau, en quienes delegaba
la responsabilidad. Un sábado se presentaron inopinadamente en mi casa, cuando recién
estaba levantándome. Se habían enfrentado con una situación que no sabían cómo
manejar. No recuerdo cómo se resolvió el tema.
3
Un día
hubo que mudar los escritorios a otro lado. Yo no estaba en el momento, pero sí
Ana María, quien me refirió la situación. Al moverlo y ponerlo de costado, de
un escritorio comenzó a salir un líquido, que luego se reveló como agua. El
escritorio estaba cerrado con llave y, convocado su dueño (Pontnau), se
descubrió que en el cajón inferior había un vaso que había tenido agua.
Confrontado Pontnau con el hecho, dijo: “¿A ustedes no les gusta tomar un
sorbito de agua cada tanto?”.
4
En el
Centro de Pruebas se hacían demostraciones a menudo. La IBM 1401 era una máquina
decimal, y se podía programar con unas 10 instrucciones la “duplicación
sucesiva”. En la impresora IBM 1403 se imprimían a gran velocidad los números
1, 2, 4, 8, 16… hasta ocupar todo el ancho del carro, es decir,
recontra-cuatrillones. Otra demostración imprimía la figura de una chica
haciendo strip-tease, y cuando llegaba al final, aparecía tapada por dos
carteles en lugares estratégicos que decían “La computadora puede hacer casi
cualquier cosa… pero no todo”. Los impresos, con el texto explicativo, salieron
publicados en la revista Primera Plana, y el Gerente General, Benito Esmerode,
lo reprendió severamente a Gustavo Pollitzer, responsable de la publicación.
5
De los
EEUU nos llegó información de que se podía hacer música con la IBM 1401 de por lo menos dos
maneras. Una consistía en ejecutar cierto programa que tomaba datos de las
notas, y al acercar una radio fuera de sintonía a la CPU, la radio emitía sonidos.
Recuerdo haber escuchado así “Tico-tico
no fubá”. Se usó en varias demostraciones.
6
La otra
manera de producir música era por medio de la impresora IBM 1403. Una cadena
con los caracteres pasaba frente al papel, y unos martillos impactaban la
cadena en determinada secuencia: cuando el carácter que se deseaba imprimir en
la posición X pasaba frente al martillo, éste se disparaba. Con un programa,
logré calcular qué secuencia de caracteres producía determinada nota, y así
generé textos que, al ser impresos, permitían oír una melodía, y hasta armonías
y golpes como de tambor.
Estaba
preparada una demostración frente a Arturo Illia, entonces Presidente de la Nación (al final no vino).
Decidimos tocar la marcha presidencial (Ituzaingó) en la impresora, para lo
cual fui con Armando Heller a Casa América para solicitar una partitura. Nos
recibió un amable señor que quiso saber para qué instrumentos la queríamos:
piano, banda militar, etc. Le decíamos que no importaba, pero él insistía.
Cuando al final admitimos que era para IBM 1403, renunció, y nos pasó una
partitura cualquiera. Si bien no pudo oírla Illia, fue interpretada, con tambores
simulados y todo, y se usó varias veces más. Gastaba cantidades ingentes de
papel. Y con la muy improbable combinación adecuada de caracteres para que los
martillos se dispararan todos casi juntos, la IMB 1403 quedaba “tildada” (luz roja).
7
Mi secretaria Evelyn George era muy
quisquillosa con su trabajo. En aquellas épocas, uno escribía a mano un texto
en un papel, y la secretaria lo pasaba a máquina. En una oportunidad, con la
mejor intención de mejorarlo, Evelyn cambió algo en el texto, que no era lo que
quería decir. Le indiqué que, en lo sucesivo, tipeara exactamente lo que yo había
escrito. Resultado: con mi letra tipo imprenta, dejé muy juntas una “c” y una “l”,
con lo que Evelyn escribió “diente” en vez de “cliente”, y la nota salió así.
8
Quienes
estábamos el santo día con el equipo teníamos un instinto especial para hallar
las causas de un problema. Recuerdo que una vez vino un cliente con un lote de
tarjetas que al pasarlo en la máquina daba un error. Tomé las tarjetas y (no me
pregunten cómo; quizá la famosa X en 81) de entre medio del lote extraje una y
dije: “Aquí está el problema”; y ahí estaba, nomás. El programador del cliente
expresó: “¿Cómo lo hizo? ¡Parece magia!”. En efecto, “toda tecnología
suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”, Arthur Clarke dixit.
9
La
secretaria del Departamento, Lola (Dolores Rodríguez Bolaños) solía ser objeto
de bromas pesadas. Una de ellas: alguien la envió a la oficina de “Lumumba” (si
alguien recuerda su nombre real, que lo diga), mientras él estaba conversando
con un cliente. Lola le dijo: “El ingeniero Magoya desea hablarle”. “Lumumba”,
sin inmutarse, y conociendo el paño, le contestó: “Está bien, Lola. Luego lo
atiendo”.
Colofón
La
secretaria Ana María Silverberg, a quien mencioné antes, un día decidió
dejarnos e irse a trabajar al Círculo de Lectores; creo que por entonces estaba
ubicado en la calle Paraguay o tal vez Viamonte. Cada tanto venía a IBM a
charlar y recordar viejos tiempos y, por mi parte, a veces la veía en el Círculo
de Lectores, donde conocí a varias personalidades, entre ellas el escritor
Alberto Vanasco.
Un día llegó
Ana María a IBM, ansiosa por contar lo que le había ocurrido y asustado mucho. El
comercio del Círculo de Lectores tenía unas puertas de vidrio grueso y templado
que daban a la calle. Ella se había quedado a trabajar hasta tarde, sola, y en
el momento en que estaba cerrando, se le presentó un individuo que metió un pie
entre las dos hojas, impidiendo así que se completara el cierre. El hombre
solicitó que le prestara el teléfono de la oficina, a lo que obviamente Ana María
se negó. El tipo insistió, diciendo que iba a pagar lo que fuera necesario,
mientras exhibía un rollo de billetes impresionante. La conversación siguió, así
con la puerta medio atrancada, y Ana María muerta de miedo. “No saben los ojos
que tenía; parecía como si se les revolvieran en las órbitas”. Recordaba
algunas de las cosas que le había dicho, en especial que “era homosexual, pero
que no se acostaba con hombres sino con mujeres machonas”.
Andres Pino dijo...
Ricardo dijo...
Andres Pino dijo...
Hernán Huergo dijo...
que bueno Ricardo, respecto de la 1403 recuerdo un dia en el CC de Sociedad Militar Seguros de Vida, vinieron a una visita previa a la inauguracion y como correspondia tocaron la marcha de Ituzaingo con la 1403. Sinceramente era impresionante como sonaba.
Recuerdo tu Motto, el de un vaso de agua, un pedazo de pan..
un abrazo, andy
Recuerdo tu Motto, el de un vaso de agua, un pedazo de pan..
un abrazo, andy
Para Andrés Pino.
Bueno, puede ser que yo lo haya dicho alguna vez, pero de quien lo oí primero fue Gustavo Pollitzer, y más de uno lo repetía, entre ellos Sergio Porter.
¡Cobarde! No publicaste la tercera opción de lo que no se le niega a nadie, y yo tampoco lo haré ahora, aunque este blog merece convocar más espíritu bromista y desinhibido.
Recuerdo que en aquella época yo tenía más contacto con tu hermano Carlos, y con tu padre, que vivía si no me equivoco en la calle Aguirre al 700. Tu padre solía atenderme el viejo Falcon, que conservé hasta el 2006.
Errata: no existe una IMB 1403, sino una IBM 1403.
Bueno, puede ser que yo lo haya dicho alguna vez, pero de quien lo oí primero fue Gustavo Pollitzer, y más de uno lo repetía, entre ellos Sergio Porter.
¡Cobarde! No publicaste la tercera opción de lo que no se le niega a nadie, y yo tampoco lo haré ahora, aunque este blog merece convocar más espíritu bromista y desinhibido.
Recuerdo que en aquella época yo tenía más contacto con tu hermano Carlos, y con tu padre, que vivía si no me equivoco en la calle Aguirre al 700. Tu padre solía atenderme el viejo Falcon, que conservé hasta el 2006.
Errata: no existe una IMB 1403, sino una IBM 1403.
rigurosa verdad y muy preciso tu comentario, se ve que la memoria no te falla. :-)
Siempre pense que la frase la habias acuñado vos, viniendo de Pollitzer suena mas creible aun, y que mi socio Sergio Porter la repita no me extraña, la fauna del PB de Diagonal era muy especial, voy a tener que escribir una nota sobre mis mentores y guias de mi juventud.
Un abrazo, recuerdo tu falcon en la casa de mi viejo y su orgullo de hacerte las afinaciones.
Andy
Siempre pense que la frase la habias acuñado vos, viniendo de Pollitzer suena mas creible aun, y que mi socio Sergio Porter la repita no me extraña, la fauna del PB de Diagonal era muy especial, voy a tener que escribir una nota sobre mis mentores y guias de mi juventud.
Un abrazo, recuerdo tu falcon en la casa de mi viejo y su orgullo de hacerte las afinaciones.
Andy
Cuando leí X en 81 pensé que Ricardo se había equivocado. Que había querido decir X en 80. Yo suelo leer los aportes y a veces me animo a poner algún acento donde no los hay. Estuve tentado de cambiar y poner lo que me parecía correcto, o sea X en 80. No lo hice por dos razones: la primera es porque no quiero parecerme a Evelyn -sí, ya sé algo imposible, había tantos que la visitaban sin motivo aparente-; la segunda es porque no recuerdan mis dos neuronas cuándo fue la última vez que Ricardo Forno cometió un error. Solicito ayuda a los DINOS y a las DINAS. Alguien recuerda que haya una X en 81???
Gracias desde ya a quien me ayude!!!
Gracias desde ya a quien me ayude!!!