Un desarrollo complejo….
(O la frustrada historia de un encriptador argentino)
Yo no sé si esta historia, absolutamente
verídica, es tan graciosa como me parece a mí, o tiene algo de grotesco en el
sentido del género literario al que hace alusión.
Me animo a contarla porque se trata de algo
que pasó hace muchos años, casi cuarenta que, en la historia no parece mucho
pero en nuestra actividad es un montón.
*****
Uno de los proyectos más importantes en que yo
participé desde el punto de vista comercial, se trató de una venta de
equipamiento por poco más de veinte millones de dólares.
Yo era responsable de Grandes Cuentas en Bull
(en ese entonces Honeywell Bull), y debía competir en un negocio enorme que
tenía, por un lado, a la impresionante potencia de IBM, casi imbatible en la
mayoría de las oportunidades y a Burrouhgs, que estaba en el cliente desde
hacía muchos años.
Yo estaba por la parte comercial y Quique
Simón era el inestimable soporte técnico-comercial.
La licitación pedía cuatro Mainframes muy
importantes, dieciocho computadores de rango medio para estar distribuidos, varios
cientos de terminales, módems y encriptadores por hardware.
La cosa para Bull estaba muy difícil, al punto
que mi Director Comercial y mi Director General me pidieron o me ordenaron que
no fuera más a ese cliente –que no voy a nombrar para mantener el anonimato de
los participantes de esta historia-, porque entendían que mis chances eran
nulas.
Sin embargo, yo seguí yendo y, además, se me ocurrió
ir por mi cuenta a la Embajada Francesa para ver al agregado comercial y
pedirle consejo y ayuda.
Ahí me enteré que existía una famosa Enmienda
Humphrey-Kennedy, que prohibía a las empresas americanas vender armamento y
material logístico que se considerase estratégico, a los países con gobiernos
no democráticos. Caso Chile y Argentina.
Con esta excusa, siendo que nuestro material
venía de Francia –no tan cierto porque armamos una triangulación para algún
material que después se prohibió-, pudimos ganar esa Licitación tan importante.
Nosotros, sin haber armado una UTE, fuimos con
una oferta que componían, Bull Argentina –Main Frames y computadores rango
medio-, Olivetti –Terminales-, y Transistemas –Modems Racal Milgo-, que era
manejada por los queridos amigos Jimmy Wray y Franklin Marmorek.
Todo iba bien, hasta que el cliente nos dijo
un día:
-Van a proveer todo menos los encriptadores. Lo cual era lógico porque los encriptadores
Racal-Vadic que vendían los muchachos, eran americanos y estaban alcanzados por
la famosa enmienda.
Así fue que se hizo la operación y todos tan
felices.
La gran incógnita era: quién iba a proveer los
encriptadores?
La respuesta la logré por una infidencia. Los encriptadores
iban se ser desarrollador y fabricados a través de una empresa de tecnología
que tenía el cliente.
Tanto Jimmy como Franklin me manifestaron su
sorpresa e incredulidad, ya que hacer un encriptador por hardware era algo muy
complejo que requería de muchísima experiencia y conocimiento.
Pero la cosa quedó así.
Pasó el tiempo y unos años después fui a
visitar al dichoso cliente.
Vimos las instalaciones y lo que estaban
haciendo.
De pronto, me vino a la cabeza el tema de los
encriptadores y muy inocentemente le pregunté a la persona que tenía a cargo
dicho proyecto:
-Y, fulano? Cómo anduvo el tema de los encriptadores?
El, muy suelto de cuerpo de dio la respuesta
que da lugar a esta nota:
-Vea, Pepe. Tenemos desarrollado el 50%.
-Cómo es eso?, repregunté.
Y me dijo:
-Logramos la encriptación de los datos…… Pero no logramos
desencriptarlos del otro lado.
A mi terrible tentación de risa traté de
disimularla con una fuerte tos provocada adrede para no quedar tan mal.
No podía parar de reírme y, cuando estuve en
la calle, me sentí mal porque, como dije al principio, lo que había vivido
tenía más de grotesco que de comedia.
¡Muy bueno! Encriptar, en realidad, significa ambas acciones. Y también significa que si encripto A y da C, y luego encripto B (!= A) y me vuelve a dar C, el encriptado ese no funciona. ¿Sabés si esa encriptación cumplía tal condición?
ResponderEliminarIncreíble pues ya en esa época se sabía bastante acerca de la criptografía, al menos para hacer algo aceptable aunque no inquebrable
ResponderEliminarNo puedo garantizar que el encriptado haya sido unívoco. En cuanto al hecho, prometo que cuando nos veamos personalmente, contaré los detalles que ahora no lo quiero hacer para no ofender. Me causó gracia con la soltura que definió que habían logrado el scrambling y a esa etapa la llamaba el 50%. Abrazo a todos
ResponderEliminarAbrazo a todos