5. Las otras tres pasiones (Epílogo)
Estoy llegando al final de este Conversando con Arturo Regueiro. Entonces, cuando empieza diciendo...
Estoy llegando al final de este Conversando con Arturo Regueiro. Entonces, cuando empieza diciendo...
AR: A mí hay tres cosas que me gustan.
Una es leer, que como te
darás cuenta ahora estoy impedido de poder seguir… pero leía mucho. Era muy
buen lector.
Sofía Bozán y Juan Carlos Thorry |
La segunda cosa que me
gusta mucho es el teatro.
¿Por qué me gusta el teatro? Probablemente sea una vocación frustrada. Yo empecé a actuar a los tres años de edad. Cuando tenía tres años trabajé en el Maipo durante seis meses. En una obra que se llamaba Cómo se hace un bebé, con Sofía Bozán y Juan Carlos Thorry de primeras figuras.
¿Por qué me gusta el teatro? Probablemente sea una vocación frustrada. Yo empecé a actuar a los tres años de edad. Cuando tenía tres años trabajé en el Maipo durante seis meses. En una obra que se llamaba Cómo se hace un bebé, con Sofía Bozán y Juan Carlos Thorry de primeras figuras.
Seguramente los lectores estarán tan sorprendidos como yo. Arturo Regueiro ¿actor de teatro? ¿A los tres años?
Escuchen la historia contada por él mismo. El obelisco, nacido en 1936, tenía un año menos que Arturo, cuando...
AR: Ganaba muy bien, 90 pesos por mes, más que mi viejo, que ganaba 80. Solamente mientras duró la obra, seis meses.
Me quedó el bichito, me
gustaba el escenario… Tanto en la primaria
como en la secundaria no me olvidaba de eso.
Mi compañero de banco durante toda la primaria era Santiago Bal. Peleábamos los dos a ver a quién le tocaba hacer el versito, o la arenga de las fiestas patrias. El que lo decía mejor era el elegido por la maestra.
El último año de primaria, hicimos un sketch que escribió la maestra. Era una peluquería, Santiago era el peluquero y yo el cliente. Mi viejo, que se daba maña para todo, preparó en madera balsa tijeras y navajas gigantescas… Salió algo que debió ser gracioso.
Mi compañero de banco durante toda la primaria era Santiago Bal. Peleábamos los dos a ver a quién le tocaba hacer el versito, o la arenga de las fiestas patrias. El que lo decía mejor era el elegido por la maestra.
El último año de primaria, hicimos un sketch que escribió la maestra. Era una peluquería, Santiago era el peluquero y yo el cliente. Mi viejo, que se daba maña para todo, preparó en madera balsa tijeras y navajas gigantescas… Salió algo que debió ser gracioso.
En el secundario, en el
Joaquín V. González, en el último piso había una sala de teatro. Con las chicas
del Liceo 8, que quedaba cerca, se armaban conjuntos que dirigía Miguel Faust Rocha (1898-1961). Recién se podía ser miembro del grupo a partir de 4° año. La única actuación que tuve fue ser partiquino en un Martín Fierro. Pero seguía latente el gusto por la cosa.
Tan seguía el gusto por la
cosa que a raíz de alguien que conocí me fui a hacer Escuela de Arte Dramático.
Estaba en el secundario, fui un año y medio. La escuela se llamaba Las Dos
Carátulas, la dirigía Hugo Marín. Era teatro independiente, en un sótano en Cangallo
y Talcahuano.
Tenías materias y aprendías, cosas que me sirvieron muchísimo en mi vida profesional. Ejemplo, la impostación de voz. Teníamos de profesor a Rufino de Elizalde, un maestro en esto y en muchas cosas, un capo. Yo fui capaz de dar cursos de ocho horas sin que la voz se cascara ni nada. También el hecho de los ademanes. Cómo se pueden expresar cosas con la cara y las manos. Algo que en una venta es de suma importancia.
Tenías materias y aprendías, cosas que me sirvieron muchísimo en mi vida profesional. Ejemplo, la impostación de voz. Teníamos de profesor a Rufino de Elizalde, un maestro en esto y en muchas cosas, un capo. Yo fui capaz de dar cursos de ocho horas sin que la voz se cascara ni nada. También el hecho de los ademanes. Cómo se pueden expresar cosas con la cara y las manos. Algo que en una venta es de suma importancia.
Ahí hicimos Fedra de Racine, y otras, ambiciosas y clásicas. Era una época que ya estaba en Nobleza, que mantenía una biblioteca, donde una vez por año se hacía una representación teatral, con empleados de Nobleza. Allí me inscribí y participé en una obra.
No me acuerdo del nombre de la obra. Sí de la que hacía de mucama, que cuando entraba en escena se le caían las medias a todos. Era Violeta Courtois. Terminó siendo la esposa de Hugo del Carril.
No me acuerdo del nombre de la obra. Sí de la que hacía de mucama, que cuando entraba en escena se le caían las medias a todos. Era Violeta Courtois. Terminó siendo la esposa de Hugo del Carril.
Hugo del Carril y Violeta Courtois |
Cuando empiezo en NCR el
teatro queda para ir a verlo, ver actuar a otros.
NCR mantenía el Club NCR para los empleados que se sostenía con los aportes que los empleados y la empresa ponían por partes iguales. Mantenían una isla en el Tigre, se hacían eventos, bailes, etc. Hacia fines del 60 me eligen para estar en la Comisión Directiva del Club. Entonces se me ocurrió hacer una obra de teatro, tomando gente sin experiencia, a las que hice ensayar, ensayar y ensayar.
NCR mantenía el Club NCR para los empleados que se sostenía con los aportes que los empleados y la empresa ponían por partes iguales. Mantenían una isla en el Tigre, se hacían eventos, bailes, etc. Hacia fines del 60 me eligen para estar en la Comisión Directiva del Club. Entonces se me ocurrió hacer una obra de teatro, tomando gente sin experiencia, a las que hice ensayar, ensayar y ensayar.
HH: ¿Qué obra
representaron?
AR: Prohibido suicidarse en primavera, de
Alejandro Casona.
En abril de 1961 la representamos, en el teatro que hoy se llama el Globo, entonces Charcas. Con más de trescientos asistentes. En los palcos estaban los gerentes. Entre ellos estaba Miró, que mandó un ramo de flores. Salió bastante bien.
En abril de 1961 la representamos, en el teatro que hoy se llama el Globo, entonces Charcas. Con más de trescientos asistentes. En los palcos estaban los gerentes. Entre ellos estaba Miró, que mandó un ramo de flores. Salió bastante bien.
HH: ¿Vos eras el
director?
AR: Director y actor. Tuve que armar
todo, incluso entrenar
a un apuntador, preparar el traspunte, el tramoyista, el
tipo que tiene que preparar la escena… Me llevó tiempo. Un laburo.
Actores y director Arturo Regueiro saludando al finalizar la función de Prohibido suicidarse en primavera ( Teatro Charcas- Abril/1961) |
HH: Una cosa
divertida.
AR: Satisfactoria, no sé si tan
divertida, lo sufría. Satisfactoria cuando salió bien.
HH: Te falta la
tercera cosa que te gusta.
AR: La tercera es el
rugby. Yo fui deportista siempre, de fútbol, de básquet, etc. Un buen día empecé en el rugby. El rugby me
encandiló sobre todo por los valores que transmite. El respeto, la autoridad,
etc.
HH: ¿Dónde jugabas?
AR: Gimnasia y Esgrima. Yo era jugador de
básquet y era muy bajito. Sabía que no tenía futuro. Un amigo mío me
entusiasmó, “por qué no te venís”.
Calculo que debo haber empezado en 1953/54. Yo jugaba en Intermedia, o sea éramos los suplentes de Primera. Algún partido me tocó jugar en Primera.
Calculo que debo haber empezado en 1953/54. Yo jugaba en Intermedia, o sea éramos los suplentes de Primera. Algún partido me tocó jugar en Primera.
HH: ¿No te dejó
lesiones?
AR: Ya te cuento. Un poco mayor empecé a
jugar en la que llamábamos Tercera Borracha, o sea la Tercera de Veteranos, en
la que seguí jugando hasta los 42. Tuve una lesión fea, que me trajo problemas.
Fue en el tobillo izquierdo, donde tuve una lesión mayolar. Venía de hacer un
curso en Dayton y tenía que hacer el curso acá.
HH: ¿No habías hecho
el precalentamiento?
AR: En aquella época no se hacía. La
cuestión fue que hubo que postergar una semana el inicio del curso, con gente
que viajaba del exterior. Lo cual generó gran ruido en NCR.
Un día Miró me agarró en
un pasillo:
-Regueiro,
va a tener que elegir entre el rugby o su carrera.
Obviamente dejé el rugby.
HH: ¿Lloraste por
eso?
AR: No, lo que hice fue que engordé. Me
puse gordo como un chancho. El médico me dijo:
-Esto
así no va: fumás, engordás, ¡tenés que hacer algo!
Volví al club. Empecé
entrenando chiquitos en rugby. Los hacía jugar. Les transmitía que no importaban los resultados. Educaba a los padres. Hacía que los chicos fuera colaboracionistas. Los alentaba en el tercer tiempo a sentarse uno del equipo con uno de los adversarios. Los obligaba, no importa lo que hubiera pasado en la cancha. Inculcaba cosas. Que yo creo que les servirían después para mucho.
Al poco tiempo de eso, un
día estaba jugando una división superior. Un conocido se me acercó:
-Che,
no vino el referee, ¿no querés "referear" vos?
Lo hice y me divertí. Al
sábado siguiente volvió a pasar lo mismo para otro partido y fui otra vez
referee. Hasta que me dijeron:
-¿Por
qué no vas a hacer el curso?
Me fui a la UAR a hacer el
curso de referee, que duraba un año.
HH: ¿Seguías en
NCR?
AR: Ya no. Empecé a "referear" en 1985.
HH: Lo de referee,
¿era una actividad paga?
AR: En aquel momento te pagabas todo vos.
Después se empezó a pagar.
HH: ¿Cuántos años
fuiste referee?
AR: Veinte años, hasta el 2005.
Habíamos llegado al final de este Conversando con ...
Con esta imagen tan acertada para caracterizar muchas facetas de Arturo Regueiro, el rugby. Un deporte sinónimo de valores, de respeto, de generosidad, de entrega, de colaboración y de amistad.
Muchas gracias, Arturo. Un placer haberte conocido mucho mejor y haber descubierto esas tantas dimensiones desconocidas, algunas bien sorprendentes.
Arturo con sus seis nietos (Foto de Facebook, 2013) |
Esta entrega final recibió por título Las otras tres pasiones, porque me parece indudable que tenés como primera a tu familia. ¡Seguí disfrutando de ella y de tu vida! Nosotros seguiremos disfrutando de tu compañía, cuando te animes a acompañarnos.
Un abrazo para vos y para todos.
Hernán
Muy linda historia de vida. Me encantó. Lo único que leí las partes 1, 2 y 3 y ahora la 5. Es andina nomás?
ResponderEliminarMe siento muy emparentado por muchas cosas. Hasta el teatro y la inexplicable salida de la empresa.
Abrazo al Gran Gallego y al extraordinario periodista HH.
Con todo mi afecto.
Pepe: ponés en la ventanita de búsqueda vicisitudes y te lleva allí. Gracias y abrazo.
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