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13/08/2017: Club Palermo 11/08/2017: "EL FESTÍN": Dinos faltantes, Dinos debutantes y el silencio del Pipi

Fuimos 100000 Dinos esta vez, o si lo prefieren en decimal, 32.
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Queridas Dinas, queridos Dinos,

Hoy me levanté con ganas de llamar Dinas a las Dinas y Dinos a los Dinos. De pronto fui atacado por una suerte de alergia contra la arroba, el símbolo que nos borra el sexo a todos, @..., @..., @...

No sé si el ataque me ocurrió antes o después de escucharlo al Profesor. Sí, me imagino que muchos, no todos, se quedarán en ayunas porque no tienen idea de quién es el Profesor. Tiempo al tiempo, porque lo primero es lamentarse por los ausentes, y mucho más todavía, si me permiten ser discriminador incorrecto, por las ausentes!! ¿Qué fue lo que ocurrió que las ellas de siempre nos abandonaron en patota? Huelga unánime y descorazonadora. ¿Cómo pudo ser que en un mismo día no quedara una de ellas? Juntaron coartadas y excusas de todos los colores pero tanta casualidad es, como dicen por ahí, bien rara. 

¿Será que el Dinobedel habló sólo de dinos en su payada la "primera" y ellas se sintieron marginadas?

¿Será que el Master Hofmann dijo QUÉ LES PASA A LAS NIÑAS DINAS? "Ninguna dina es una niña", dijo la Irene, pucherito en el tono, y fue una de las ausentes. "No podré asistir", dijo Liana, pero mandó a Jorge como atenuante, ojalá alcanzara. "Esta vez no podré asistir", dijo la Adriana multicultural, sintonizada en el desplante. "Lamentablemente no voy a poder", dijo Ana, sumando más desilusiones. "Hasta el próximo encuentro", escribió Marta Ratti, consumado el pecado del plantón. Y no sigo con la lista, salvo para decir que Lidia mandó en las vísperas un alentador y público: "Lidia Seratti  c2 p2 Gracias!!". Para terminar fallando, ella y ángel de la guarda incluido, i.e., Marcela Baffi, con un mensaje post mortem: "Siento mucho no poder ir. Ayer fuimos con Marcela almorzar y hoy estoy molesta del aparato digestivo. En la Clínica Zabala y bueno misión análisis no voy a poder participar. Besos a todos y en particular a los que no veo hace mucho. Adjunto fotos."

Elegí apenas una foto para compartir con ustedes. ¡Una puñalada al corazón! Un mensaje que me sonó a "qué bien que la pasamos sin ustedes". El Profesor dice que los hombres no lloran y que son insensibles. Pero algunas cosas se nos hacen difíciles. Va la foto:


Voy a averiguar de inmediato si mi prepaga cubre la Clínica Zabala. Es evidente que puede producir milagros.

Y la lista de Dinos ausentes fue también importante. Hace mucho que no pasaba que nos fallaban todos los Hugos de un saque: ni un Scolnik, ni un Strachan, ni un Castro. Ni siquiera un Padovani. O que el hombre que reparte felicidad con su sola presencia, Alberto Chochlac, de pronto desertara. O que un Cassino dijera que sí y no apareciera...

Bueno, basta de llanto. Porque a pesar de todas las ausencias, tuvimos algunas presencias extraordinarias. Por de pronto tres nuevas Dinas de novela y cuatro Dinos debutantes para alquilar balcones. Todas y todos se sometieron sin más al reportaje. Las preguntas elegidas para el día eran: 1. Cuáles son tus recuerdos más antiguos relacionados con la informática; 2. En qué ocupás tu tiempo por estos días: actividades, hobbies, familia, deportes??

Cristina Vélez
Qué placer volver a verla a Cristina, la hija del recordado Casco Vélez, hombre trabajador incansable, empuje infinito, humor inagotable, simpatía a raudales, tan querido por todos los mortales.

-Mi recuerdo más lejano es cuando mi viejo estaba haciendo su Master de Computación en Estados Unidos y yo lo ayudaba con las famosas tarjetas perforadas cuando iba al centro de cómputos. Ahí me metí en un mundo que yo desconocía. Estamos hablando de 1965. En el 68 terminé el colegio, entré en el CAECE. Me apasionó la Informática y de ahí no paré más. Seguí, seguí, seguí, trabajé en el exterior, estuve en Roma, trabajé en Informática Jurídica, casi trabajo con vos. Después me metí en el área docente, me encanta la docencia, en un colegio privado, el que yo había ido, el St. Catherine’s. En el colegio se enseñaba Basic, lo único que se hacía. Ayudé a cambiarlo todo con un sistema que luego se usó también en otros colegios.

-Ahora estoy jubilada. Mi familia consiste en un montón de sobrinada porque hijos no tengo, y algunos sobrinos nietos. De vez en cuando hago algunos trabajitos de computación como para no salir del rubro. Leo muchísimo, soy muy lectora. Me dedico a escribir, un poco. No publico porque me da vergüenza.

Por supuesto le pedí a la nueva Dina que mandara algo de lo que ella escribe para publicarlo en Clemente.

-Te voy a mandar algo, segurísimo.

Gracias, Cris!


María Cristina Ruiz
Lo más lejano:

-Manejar una tabuladora Bull. Era 1966, yo tenía 19 años.  Trabajé por años, Me metí en el CAECE pero empecé a tener chicos ...

Ya  se había convertido en María Cristina Ruiz de López de Lagar.

Ahora:

-Estudiando idiomas, repasando el inglés, haciendo pintura…
Tenemos dos hijos, Diego de 44 y Javier de 42. Cinco nietos, cuatro mujeres y un varoncito el último. Viven cerca, así que los vemos mucho.

Gracias, María Cristina!

Ida Bianchi
A Ida no hay que preguntarle sobre su recuerdo más lejano. Fue en 1959, ella misma lo publicó en el Blog. Lo encuentran en:

2016.11.16: Ida Bianchi: Algo inesperado irrumpe en mi futuro

Allí relata la emoción de lograr su primer tablero exitoso en una tabuladora Bull.

Increíble!: dos de nuestras Dinas debutantes en Club Palermo tienen como primer recuerdo una tabuladora Bull.

-Ida, he leído de tus actividades informáticas en el Blog. Hablás de IBM, de Bull, de NCR, de Unisys. ¿Vas a seguir escribiendo sobre eso?

-Sí, justamente ahora terminé con la etapa de IBM y ya empiezo la de Burroughs, que fue antes que la de Unisys.

-¿Qué hacés en esta etapa de tu vida?

-Ahora soy rotaria, dedicada al Rotary Club.

-¿Rotary es un hobby o un trabajo?

-Es hobby y trabajo. Es una necesidad que tengo. He trabajado mucho últimamente donando a través del Club y acompañada por el Club, de aquí y de todo el mundo. Por ejemplo, en mi presidencia hemos donado diez laboratorios de Ciencias completos.

-El Rotary es una sociedad poderosa, con muchos fondos.

-Tenemos un millón trescientos mil socios en todo el mundo y nos intercambiamos información, dinero, necesidades, ayuda.

Gracias, Ida!

Miguel Ángel Simoes
-Lo más lejano fue en 1965, cuando me empezaron a preparar con los cursos de IBM, porque ya pensábamos en traer la /360 30 en Alpargatas.

-¿Vos qué carrera tenés?

-Soy Contador y Licenciado en Administración, nada que ver con la Informática.

-¿Qué hacés en esta etapa de tu vida?

-Después de haber dejado ocho años el centro de cómputos de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, hace tres que estoy colaborando con el mismo con todo lo que es infraestructura de redes.

-Y en tu tiempo libre, ¿qué hacés?

-Leo ciencia ficción, policiales…

-Ciencia ficción, ¿qué autores?

-Los duros, por ejemplo Asimov.

-¿Familia, hijos, nietos?

-Tres hijos, dos enviciados como yo, informáticos. Dos nietos, coma algo.

-Felicitaciones por el coma algo y por todo lo demás.

Gracias, Miguel Ángel!

Carlos Vaneri
-Mi recuerdo más lejano es cuando tenía 22, 23 años. Comencé a trabajar en lo que en aquel momento se estaba formando, en la Dirección de Rentas de la Municipalidad de Buenos Aires, que había comprado una 1401 y estábamos en proceso de armar el departamento de Informática y de empezar a procesar algunas cosas en máquinas prestadas, porque en aquel momento la llegada de los equipos llevaba más de un año. Procesábamos en el centro de cómputos de IBM. Yo estuve a cargo del grupo de vuelco del Sistema de Patentes de Automotores del sistema convencional de tarjetas al nuevo sistema de procesamiento basado en archivos en cinta magnética. Año 1965.

Increíble!! Tres nuevos dinos, una ella y dos ellos, me hablan de 1965 como su recuerdo más lejano.

-¿A qué dedicás tu tiempo ahora?

-Fundamentalmente a vagar. A los amigos. Tengo muchos amigos, en muchos ambientes. Y algún poquitito de colaboración ad-honorem en la política, pero muy poco.

-¿Familia, hijos, nietos?

-Mi esposa murió hace siete años. Mis hijos viven en el exterior, uno en Estados Unidos, mi hija en Chile. Así que viajo para visitar a mis nietos, que son cinco.

Gracias, Carlos!

Juan Sabalain
-Mi primer recuerdo fue en un banco, el Argentino de Comercio.

-¿Qué pasó ahí?

-Me castigaron. Me pusieron a cargo del primer centro de cómputos.

-¿Qué méritos tenías para ese puesto?

-No creo que muchos.

-¿Vos tenés una carrera?

-Yo hice Análisis de Sistemas antes de que existiera la carrera. A raíz de ese shock que me dieron en el banco descubrí la Informática. Yo venía de Ciencias Económicas, con expertise en Economía.

-¿Qué hacés en esta etapa de tu vida?

Juan Sabalain en Segurinfo 2011
-Hace tres meses que dejé CYBSEC, que era mía, con otro socio. Hoy es Deloitte CYBSEC. Yo pasé a tener tiempo libre, en este momento lo estoy organizando, lo que me parece maravilloso.

-¿Qué te gusta hacer, por ejemplo?

-Lo que tengo pendiente es viajar. Cuando trabajaba en los que se llaman organismos multilaterales, Banco Mundial, BID y Fondo Monetario, me decían: “¡Que suerte tenés, cómo viajás!”. Sí, en cada viaje me quedaban libres apenas dos horas.

-¿Familia, hijos, nietos?

-Tengo dos matrimonios, tres hijas y un hijo. Tres nietos.

Gracias, Juan!

León Carp
-Mi recuerdo más lejano es un intento de racionalización en General Motors hace cuarenta y pico de años. Yo era un pibe, adscripto al Controller de la empresa. Ya era contador entonces.

-¿De qué años hablamos?

-De 1969.

-¿Y cómo siguió la historia?

-Después me fui a Impositiva, donde me hice cargo de la parte de Estudios, no de la Informática. Después me dediqué a desarrollar una empresa que se llamaba Modelos y Aplicaciones.

-Creo que hay otra gente acá que estuvo en Modelos y Aplicaciones.

-Sí, estaba Alfredo Pérez. También teníamos una empresa de búsquedas de personal. Eso duró hasta avanzados los 90, en que dejé todo lo relacionado con la Informática. Me dediqué a la profesión contable. Lo que sí seguí fue la SADIO, como treinta años.

-¿A qué te dedicás ahora?

-Aparte de ser jubilado, en la profesión atiendo Impuestos.

-¿A que dedicás tu tiempo libre?

-Básicamente a la lectura. Y a la caminata, por razones incluso médicas.

-¿Familia, hijos, nietos?

-Dos hijos, cuatro nietas.

Gracias León!

Me faltaba entrevistar uno solo de los Dinos debutantes, pero ya el almuerzo estaba a pleno. Por suerte, el hombre estaba sentado justo frente al lugar que había reservado para mí. Él a la izquierda de María Cristina Ruiz, yo a la derecha de Cris Vélez.

Apenas me senté le saqué la foto:

Antonio Martino
Lo siguiente era ponerme al día con la bebida, un poco de vino, un poco de agua, y arrancar con el aluvión de las cosas que aterrizaban en la mesa, en cantidades industriales. No hay caso, Dinobedel, Master Hofmann, amigo Luca Repossi, Club Palermo es un hallazgo. Multiprovisto y relojito. ¡Qué trabajo elegir por dónde empezar! ¿Los quesos, el jamón, los alcauciles o los palmitos? ¿El salame, la bondiola o la mortadela? ¡Se me complicó! ¡Llegaron las muzzarellitas empanadas! ¡Auxilio! ¡Se sumaron las rabas!

Antonio Martino es abogado. Uno más. Pero les aseguro que bien diferente. 

-Antonio, ¿cómo entraste en el mundo de la Informática?

-Fue cuando me pidieron que informatizara el Registro de la Propiedad. "No sé nada de Informática", dije. "No importa, estás a cargo y se acabó", me dijo el Director. Con una sola condición, pedí yo, que lo nombráramos al ingeniero Dolder, que era el que sabía.

-¿Herman Dolder?

Una vez más pensé qué será de la vida del gran Herman Dolder, para mí uno de nuestros próceres. Se agradecen datos e imágenes sobre su vida y paradero, que perdí hace años.

-Sí, Dolder. Ahí me gané una fama injustificada. El que hacía las cosas era él, yo era un ayudante, el que proveía la parte jurídica. Lo curioso fue que el Consejo Nacional de Investigaciones Italianas me dio un Instituto para que investigara el tema Informática Jurídica, que dirigí durante doce años. Tenía la plata del mundo. Me dediqué a la Inteligencia Artificial. Hice el primer sistema jurídico italiano, el SRL. Una aventura sensacional, todo porque todos creían que era un informático.

-Tenías una cruza interesante entre el Derecho y la Informática- dijo Cris.

-Yo me dediqué toda la vida a la Lógica.

-Que es la madre de nuestros diagramas de flujo -opinó María Cristina.

-O sea que sos un abogado, acusado de informático y fanático de la Lógica.

-¡Sí señor! Yo quería seguir Filosofía –continuó Antonio-. Pero mi padre dijo “¿De qué vas a vivir?”. Así que seguí Derecho.
Cuando di Filosofía del Derecho, el profesor, Ambrosio Lucas Gioja, me dijo:
-Yo quiero que trabaje con nosotros.
-Soy de una familia de pocos recursos, tengo que trabajar.
-¿Sabe qué va a pasar? Usted es un tipo inteligente, va a entrar en la profesión, va a hacer dinero, y cuando tenga cincuenta años va a venir y va a decir “¿Puedo entrar en el Instituto?”. ¿Por qué no acortamos esto treinta años?
Entré en el Instituto de Filosofía del Derecho de la UBA. Conocí gente importante, el más grande de todos Georg Henrik von Wright, alumno y sucesor en la cátedra de filosofía de Cambridge de Ludwig Wittgenstein.


Las dos Cristinas y yo pusimos caras de saber de quiénes nos estaban hablando. Bueno, en mi caso yo al menos conocía los nombres, por un mail que me había mandado Antonio, cuyo remitente decía Prof. Antonio A. Martino. Ahora saben los lectores del Blog a quién llamo Profesor. Encuentran la foto de Georg Henrik von Wright en 

-¿Por qué volviste a la Argentina? –preguntó Cris.

-Me casé por segunda vez en 1991 con una argentina, también abogada, que había sido alumna mía.

-Mi marido también se casó con una alumna –intercaló María Cristina.

-Estudió tres años de pintura en Italia –siguió Antonio- y ahora es una pintora profesional. Ella tiene una hija con dos hijos. O sea, por carácter transitivo, tengo dos nietos. Nos vinimos a la Argentina por los nietos.

-¿De tu primer casamiento tuviste hijos?

-No, eso favoreció mucho mi actividad subversiva.

Nos contó más y más pedazos de su vida. Sin un mango se fue de Italia a Francia y ganó un concurso como profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de Rouen, y relató peripecias para conseguir permiso de trabajo, con la ayuda del Rector.

Cristina contó que había estado en Roma justamente estudiando el tema de Informática Jurídica.

-Había un argentino muy capaz allí –dijo él.

-Sí, Fermín Bernasconi –dijo ella.

No tuve necesidad de preguntarle a Antonio cuál es su hobby favorito, a qué dedica su tiempo libre. Estoy seguro que son sus dos nietos.

Gracias, Antonio! Felicidades múltiples para el próximo 29 de agosto. No sólo por ser el día del abogado sino y en especial por tu Cumpleaños número 80!!

Todos los Dinos son distintos, pero algunos son más distintos que otros. La pasé fenómeno con Antonio Martino, el Profesor, y con las dos Cristinas.

Mientras tanto, los mozos cantaban los nombres de los Dinos, portando los respectivos platos humeantes. El Master Hofmann dirigía la operación, papeles en mano, a veces frunciendo el ceño, deberíamos aprobarle una asignación por el laburo. 

Mi plato tipo risotto llegó por fin pero ya mi hambre había desaparecido. 

Recorrí otros barrios felices, hablando dos palabras aquí y allá.
Cuando llegué a donde estaban Enrique Draier e Ida Bianchi me contaron sus encuentros y desencuentros informáticos, en especial los encuentros. 
-Tuvimos un enfrentamiento, él por un estudio, yo por otro -dijo ella.
-Estuvimos juntos en una una Comisión de Informática -dijo él.
-¿Tu estudio era CONORPE?
 -CONORPE y después Netsystems -me contestó Enrique.
-¿Y vos, Ida, estabas dónde?
-En Burroughs pero después estuve en Infonorte con él, éramos socios.
 -Después actuamos juntos en política. Creamos un partido vecinal en Vicente López -comentó Enrique.
En el barrio de mi tocayo Aguiar, del Coco Solanas, de Alfredo Pérez y de Horacio Borsani, se me dio por extrañar al hombre de la sonrisa. Espero nos acompañes en la próxima, Alberto Chochlac. 

Pasé a saludar y felicitar al trío organizador. Otro nuevo éxito, más de treinta asistentes.
 -Hubo algunos platos que se retrasaron más de la cuenta -me acotó el Master.
Yo acababa de hablar con uno de los "enrollados". "Estoy feliz de no haber comido nada", me había dicho, "estoy gordo y me viene bien". Realmente lo vi feliz y le creí. 


Ya saben que pueden hacer clic en cualquiera de las imágenes para verlas en todo su esplendor.



 


Di cuenta de mi zapallo en almíbar y me fui más que contento antes de las tres y media, pagando los $350, ¡ni siquiera veinte dólares!

Por la tarde me sorprendió un mail del Master Hofmann, la parte que decía:


NOTICIA PARROQUIAL: Algunos asistentes se han retirado y han olvidado objetos personales, no sabemos si a causa del famoso escabio o por halzaeimer avanzado, dichos elementos son un suéter negro y una bufanda negra a rayas, quien note su falta comunicarse con el Club Palermo al 4777 7647 ó 1558976395 y preguntar por Adrian (mozo que nos atendió).

Pero mucho más me sorprendió la respuesta siguiente:

Estimado Jorge:

El del sueter negro fui yo pero lo retiré pocos minutos después de salir del almuerzo; atribuyo mi “ocasional olvido” al hecho de que, lo podrán corroborar mis compañeros de mesa; HABLÉ POCO y lo que es más grave aún, HASTA ESCUCHÉ a los demás aunque no lo crean.

Tamaña novedad provocó mi “temporal olvido” dado que me retiré muy preocupado y tratando de analizar el porque de mi tan extraña actitud (MI SILENCIO).

Un abrazo. Pipi

No era exactamente mi recuerdo. Hablo del silencio del Pipi. Fui a revisar mis apuntes de la reunión, o sea las fotos. Comparto con ustedes el resultado. Hacen clic sobre la imagen y pueden ver EL SILENCIO DEL PIPI. 

EL SILENCIO DEL PIPI

Espectacular, Dinas y Dinos, Gran Dinobedel, Master Hofmann, Luca Repossi.

Ya me voy anotando para la próxima, el viernes 6 de octubre.

Un abrazo a todos.


Hernán

4 comentarios:

  1. Genial, Hernán. Con Pipi nos peleamos para ver quién hablaba menos (en fin...!). Juan Sabalain no se quedó atrás. Creo que en el grupo el más discreto fue Juan Carlos Cattaneo que se tuvo que enfrentar con tres mudos.
    Muy bueno todo y muy buenas las fotos.
    Quiero aprovechar para disculparme ante Leon Carp que no lo vi entre tanta gente. Espero verlo en otra ocasión porque le tengo estima y lamento no haberlo saludado. Sería porque estaba inmerso en conversaciones de alto vuelo.
    Gracias por todo lo que haces en tu Blog, del cual me he vuelto adicto lector.

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  2. luiggi pees labory19 de agosto de 2017, 9:33

    MASTER HERNAN: Una joya lo tuyo (disculpe mi abuso de confianza). Fue como estar presente y cuanta gente linda que se reúne en los almuerzosaurios...

    ResponderEliminar
  3. Estimados Dinas y Dinos:
    Releyendo el maravilloso Blog de Hernán referido a la última reunión en el Club Palermo, encontré la referencia que hace el Profesor Martino a sus inicios y me pareció muy lindo recordar las épocas del Registro de la Propiedad Inmueble.
    Allá por el año 66, Bull me mandó al RPI para conversar con el Sr Rodolfo César Galdós, Teniente de Navío Aviador retirado, a la sazón a cargo de sistemas de la entidad.
    Las oficinas del RPI en ese entonces estaban en el último piso del edificio de Tribunales y para mí era, por sobre todo, el palacio del papel archivado.
    Los techos de chapa hacían que el calor llegase a los archivos y el olor a la goma con que se pegaban los mamotretos, no era para nada agradable.
    Allí comenzó la aventura del Folio Real que se llevó a cabo inicialmente en Fichas Cuenta (tarjetones de cartón), que tenían los datos de la matrícula del inmueble, sus medidas, sus límites, los datos catastrales, sus dirección con calle, número y entre calles, los datos de la historia de compra-venta del inmueble así como los gravámenes que pudiera pesar sobre los mismos.
    Para comenzar con la carga de estos tarjetones, usábamos un batería de máquinas de registro directo. Tabuladoras, clasificadoras, intercaladoras y por supuesto perforadoras y verificadoras.
    Sobre la tabuladora, yacía majestuosa una máquina llamada IPC (Introductor Posicionador de Cuentas), que permitía imprimir esos tarjetones con los movimientos que se ingresaban en tarjetas perforadas de 80 columnas….
    Se trataba de una máquina de tortura, ya que a veces, se trababa un tarjetón y se rompían varias tarjetas que había que volver a armar o recuperar a mano.
    El Director del RPI Dr. Edgardo Scotti y el Sub Director, Dr. Francisco Fontbona eran los padres de la criatura. Ellos además, me desasnaron en los temas notariales de los cuales yo no conocía absolutamente nada.
    El Folio Real había comenzado su informatización.
    Tiempo después, el RPI compró el edificio de la Av. Belgrano 1130 para mudar todas las oficinas e instalar el computador que se convertiría en el Centro de Cómputos del Registro.
    Cuando el Sr. Galdós me invitó a conocer el nuevo edificio, fui entusiasmado pero, cuando llegamos, tomó una escoba, me dio otra a mí y me dijo: vamos a limpiar el lugar donde se va a instalar el Centro de Cómputos.
    Con nuestra opinión, la de técnicos de Bull y de dos arquitectos de RPI, se construyó el Centro de Cómputos donde se alojaría el Sistema GE415 y sus sucesivos modelos durante años.
    No había antecedentes en ningún lugar del mundo para este tipo de aplicación y tuvimos que imaginar todo.
    Me acuerdo que después vinieron de países como Alemania para ver lo que habíamos hecho.
    Fueron años fantásticos de creatividad, de equivocaciones y de aciertos.
    Además, conocí a mi esposa a la cual le di clases de programación y de algunos lenguajes.
    Hoy recordamos con mucho cariño todo aquello.
    Por eso, cuando el Profesor Martino mencionó su participación en la Informatización del Registro de la Propiedad, me trajo mucha nostalgia.
    Deberíamos habernos conocido en ese entonces, pero el destino quiso que nunca nos encontráramos en ningún pasillo u oficina a pesar de que, como se usaba en aquellos años yo, como Ingeniero de Sistemas a cargo del cliente, solía pasar casi todo el día en el RPI, participando de reuniones, ayudando con la programación, desarrollando rutinas especiales y demás.
    Un abrazo
    Pepe

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