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25/11/2018: Club Palermo 23/11/2018: Cuentos e historias de dos Ingenieros

Queridos Dinos y Dinas,

¡Extraordinario, divertido, un broche de oro diez puntos para 2018! ¡La pasamos fenómeno! ¡Fuimos treinta y ocho!

Dicen los que estuvieron que la previa en el Planetario estuvo muy buena. ¡Felicitaciones para el presidente de la CPCI, Carlos Tomassino!

38 Din@s, ¡todo un éxito!
Lo ubiqué en seguida y lo llevé aparte para la entrevista de rigor. Trabajó en Consultoría de Price Waterhouse por unos cinco años así que nos conocemos y mucho.

Carlos Sturla
-Hola Carlos. Contanos a qué te dedicás en esta parte de tu vida y cuáles son tus hobbies. 
-Actualmente mi gran hobby es viajar. Hago en general dos viajes por año, uno al Caribe y otro a Europa. Aunque sigo en actividad.
-¿En qué actividad? 
-Liderar proyectos de Informática en BSS y OSS para empresas de telecomunicaciones. 
OSS/BSS - Wikipedia
 https://en.wikipedia.org/wiki/OSS/BSS
-¿BSS… OSS…? ¿Qué significan esas siglas? 
Si alguno al leer esos acrónimos sintió una ráfaga de complejo de ignorancia o de obsolescencia, doy gracias de no ser único en tales padeceres. Aunque me consolé cuando fui a Wikipedia. Son términos propios de la industria de telecomunicaciones. Nacieron hace pocos años y ni siquiera el mismo Carlos se acordaba en forma precisa del significado exacto de estos acrónimos disparados a mansalva.
-Hablame de tu familia. 
Mariana Sturla en Linkedin
-Mi esposa sigue trabajando en Telecom, en Personal. Tengo dos hijos grandes. Mi hijo mayor es Licenciado en Informática, del CAECE, como yo. Mi hija está en la Danza Aérea, tiene su academia, un grupo que hace shows en toda la Argentina. 
Me encantó lo de Danza Aérea. 

¡Bienvenido, Carlos!

Saqué un montón de fotos mientras la gente iba llegando y llegando.


CLIC PARA AMPLIAR
El Master Hofmann dio la voz de largada y todos a nuestras mesas. Comenzamos con un minuto de silencio en homenaje a nuestro querido Oscar Buzón.

A continuación le cedió la palabra al Dinobedel Carlos Tomassino, quien procedió a la entrega de los Premios Dino del día: Jorge Ardoino y Alfredo Pérez. 

Pero mejor que este relato es que los Dinos lo vivan. Tienen que ver el video preparado por nuestro artista especializado, Adolfo Drogue, una maravilla.



El video by the expert Adolfo Drogue es maravilla. Incluye imágenes previas, el minuto de silencio solicitado por el Master Hofmann para Oscar Buzón, la entrega de Premios Dino a Jorge Ardoino y a Alfredo Pérez, el recordatorio por Carlos del arranque del grupo hoy de Dinos -idea cuyos padres fueron Jorge España, Jorge Basso Dastugue, Tito Pasarello y el mismo Tomassino, que fue concretada en acciones para organizar los primeros encuentros por nuestro querido Oscar-, el brindis de cierre conducido por Jorge el Organizador. Y hasta los saludos de cierre del artista, bien especiales. 

¡Espectacular, Adolfo! Los que no estuvieron casi pueden vivir los mejores momentos de este Club Palermo, o sin el casi, gracias a tu video.  

Como pueden ver en el video el discurso de Jorge al recibir su Premio Dino fue algo breve, dos palabras, "Muchas gracias". ¡Quedás en deuda, Ardoino, esperamos tu speech! Alfredo, por su parte, destacó con emoción a dos personas que fueron esenciales en su inicio: Oscar Mattiusi y Jonás Paiuk, ¡palabras excelentes!


Entrevisté a Jorge Ardoino en su misma 
casa y cumplió con su speech, ¡bravo!

Por supuesto, saqué unas cuantas fotos más de la gente en las mesas.



Estos almuerzos incluyen el placer de conocernos mucho más, descubrirnos, sorprendernos. Héctor Coppola estaba sentado a mi derecha. Yo estuve 13 años en IBM, arranqué a mis tiernos 24 y decidí nuevos rumbos a los 37. ¡Héctor
Héctor Coppola, un Ingeniero
de Sistemas con mayúsculas
estuvo 32 años! Desde sus tiernos 25 hasta los 57. Para mí era sinónimo de Ingeniero de Sistemas con mayúsculas, un Experto en Aplicaciones para distintas industrias.


En particular lo recuerdo como un especialista en Producción, uno de los pocos que dominaban por ejemplo el MAPICS, un ambicioso software de IBM para planificación y control de producción en empresas de manufactura.

Me cuenta que se fue de IBM en 1993, "Hubo una reducción de personal de más de cien ese año". Pero la misma IBM, en acuerdo con la Universidad de Belgrano, lo eligió para conducir un proyecto que algunos deben recordar. La Escuela IBM para clientes se mudó a la UB y pasó a llamarse UBM, conducida por Héctor. 
John Naisbitt, famous 
author of Megatrends
-No encontrábamos qué nombre ponerle que no sonara trillado. "UBM" se me ocurrió a mí y prendió en seguida -me cuenta.
Como arranque para el proyecto a Héctor se le ocurrió una idea a lo grande: traerlo a John Naisbitt a la Argentina y organizar un ciclo de charlas/conferencias/talleres, de excelente nivel, incluyendo como audiencia a números uno de muchas empresas líderes de la Argentina. 

La idea funcionó, aunque costó una buena fortuna, la Big Blue opinó que demasiado. UBM fue como un cometa, deslumbró por un par de años (1993-1994) y no mucho tiempo después desapareció. 

Pero Héctor, el experto en MAPICS, ya estaba en un nuevo barco, una empresa llamada MARCAM. Me cuenta que estuvo en esa empresa por seis años, del 94 al 99.
-Pero MARCAM era el competidor de IBM en esa industria -comento, recordando mis tiempos como Gerente de Ingeniería de Sistemas de la Sucursal Producción de IBM. 
-MAPICS era para la industra discreta y MARCAM tenía el software para la industria de procesos -me desasna, contradiciendo mis recuerdos-. Cuando yo entré en MARCAM Argentina ya esta empresa le había comprado el MAPICS a IBM.
No recuerdo en mis tiempos de IBM -hasta 1980- ni un solo éxito relevante con MAPICS. Éramos muy buenos con los fierros, razonablemente buenos con los software de sistemas operativos, de base de datos, de comunicaciones, etc. Fuimos buenos con algunas industrias, como Bancos, pero no logramos domar -no en en mi época- ese ambicioso software para el área de Producción. Doy por seguro que Héctor debe haber alcanzado logros y satisfacciones con MAPICS que yo no llegué a ver, y que seguramente se habrán multiplicado en sus seis años de MARCAM.

Gracias por tus historias, Ingeniero.

Conversando con el CUPED
Frente a mí estaban sentados el Pipi Iglesias y Jorgito Mendivelzúa. Disfruté muchísimo de las historias del CUPED que me contaron.

Por de pronto, no sabía que Mendi es considerado parte de la familia CUPED. Honor que nunca recibió ningún otro IBMer, me aclara el Pipi.
-Es quien nos robaba todas las mujeres en el CUPED... Una pinta de la gran siete... Viene a las cenas de fin de año que organizamos, que a veces somos como trescientas o cuatrocientas personas.
Empiezan a contar aventuras y anécdotas, en las que aparece Mendiburu una y otra vez. En IBM todos le tenían pánico al Ingeniero, en eso coincidimos todos.
-Estábamos en una reunión con Mendiburu en la que yo hacía una presentación -cuenta Jorge-. De IBM estaban Viau, Viñoly, Luchetti, un gerente de Departamento Técnico... y de golpe Mendiburu me interrumpe para decir: "¡Señor Viau, quiero que ratifique o rectifique lo que acaba de decir el Señor Mendivelzúa!". Por supuesto que Julio no tenía la más mínima idea de qué había dicho yo y cuál era el problema. Nunca sufrí más en toda mi vida de IBM como ese día. Transpiré a reventar.
El Pipi estuvo seis años en el CUPED, desde sus inicios en 1968 hasta 1974, momento de su "punto máximo". Y cuenta mil historias. Él siempre le decía al Ingeniero lo que pensaba, para bien o para mal. A veces la secretaria lo llamaba: "Por favor venga, el Ingeniero lo quiere ver. Con el saco puesto". Señal de que podía ser la reunión final, la despedida. 
-José Luis -le preguntó en una cena, años después, ya amigos-. ¿Se
El Ingeniero y el Pipi en una cena
 puede saber por qué nunca me echaste? 
-No sabés la cantidad de veces que estuve a punto de hacerlo, nadie en mi vida me rompió las pelotas como vos. Llegaba seis y media a casa decidido a echarte, empezaba a tomar. A las ocho tenía los detalles para que nunca más tuvieras un puesto en toda la Administración Pública. Seguía tomando. A las diez y media de la noche, ya en p..., empezaba a buscar... y a encontrar... cuáles eran las razones por las cuales no te había echado todas las veces anteriores. A la una de la mañana hacía el balance. Tenías que seguir. ¡Tuviste mucha suerte!
¡Siempre ganaron tus ganas de trabajar!
Así llegó a ser el número dos del temido Ingeniero, el "Canciller", según él mismo aclara. 
-Pero había una persona en IBM que Mendiburu respetaba enormemente, de su total confianza, un amigo -dice el Pipi-. No recuerdo el nombre, luego se fue a Estados Unidos. 
-¿Gregorio Chaitín? -dice Mendivelzúa, algo que me suena bastante improbable. 
-No, no era él. 
-¿Terrizzano? -tira Jorge, algo que me suena más que imposible. Horacio era un genio, pero de otra frecuencia, inimaginable como amigo de Mendiburu. 
-No me suena -dice el Pipi, y de pronto se acuerda- ¡Antonioni!, así 
Nadal Antonioni, ex Presidente de IBM México
se llamaba. 
-Claro, Antonioni -digo yo-. El Chacho no le tenía miedo a nadie, me imagino que por eso Mendiburu lo respetaba.
El Pipi me mira y levanta un poco las cejas. Puede que esté pensando que él mismo era quizás el único del CUPED que nunca le tuvo miedo al Ingeniero. 

La imagen del Chacho la tomé de un artículo: Nadal Antonioni, the former president of IBM Mexico, recently joined I/O Digital, to lead the development and implementation of Blockchain. Publicado en enero de 2017. (
clic aquí)

La mención de Antonioni refresca otra historia en la cabeza de Jorge.
-Había trabajado toda la noche en el CUPED cuando me llama la secretaria. "Venga al despacho del Ingeniero. Por favor, con el saco puesto." Yo temblaba. Cuando llegué, la secretaria me dijo: "Por esa puerta no, debe usar la otra". Temblé más todavía, me había llegado el fin. Entré y me dijo, furioso: "Es inadmisible que no se haya solucionado el problema del VSAM". A lo cual yo le contesté, aliviado: "El problema del VSAM quedó solucionado anoche, Ingeniero". Lo cual lo desconcertó bastante y parecía más furioso todavía, aunque imagino que porque alguien no le había avisado la novedad. "¡Puede retirarse!". Pero mis problemas continuaron cuando llegué a IBM. Me llamó Antonioni, furioso, enterado de todo, pero no por mí: "¡¿Cómo se te ocurre no informarme de que teníamos un problema grave en el CUPED?! ¡Espero que sea la última vez!".
Las otras novecientas noventa y cinco historias se las debo. Me divertí como loco. 

Gracias vecinos de mesa. Gracias Dinas y Dinos. Gracias Master, impecable todo. Gracias Luca. Gracias Dinobedel, un 2018 de novela. Felicitaciones, Jorge Ardoino y Alfredo Pérez.

Felices Fiestas para todos y nos vemos en el próximo Club Palermo. 

Abrazos y besos.

Hernán
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