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01/10/2019: Conversando con Héctor Monteverde, Parte 3: Testimonios


Héctor Monteverde y un libro favorito: "Me lo regaló Martha, mi
señora. La historia medieval es una de mis pasiones".
Héctor Monteverde es un conocido de todos. Un Dino con fama de muchos años y amigo de todos. A la hora de buscar estos Testimonios con los que acostumbro a cerrar estos Conversando elegí tres personas que pueden contarnos algunas cosas más sobre él.

Se trata de Carlos Antonini, Alfredo Pérez y Alejandra Villa.

¡Muchas gracias a los tres por sus aportes!




      Carlos Antonini     
-Hola Carlos. Sé que trabajaste mucho con Héctor Monteverde en Acindar. ¿Me podrías contar algunas anécdotas que recuerdes?

-[Sonríe, encantado] Él tenía un pedacito mínimo limpio del escritorio, todo el resto lleno de papeles. Pero le pedías cualquier cosa y hacía así, ¡tac!, y la sacaba. Parecía desordenado pero estaba todo ordenado en la cabeza de él. Un día se fue de vacaciones, vino la empleada de limpieza. “¡No, no toque el escritorio!”. “¿No son cosas para tirar?”. “¡No!”. La gente preguntaba, “¿Dónde está Héctor?”. “Está de vacaciones”, yo les decía. “No puede ser, si tiene todas las cosas sobre el escritorio”.

En esa época programábamos en Fortran, todo en tarjetas. Él tenía una caja con los programas, la dejaba en cualquier lado, en el piso. Un día viene y pregunta “¿Dónde está la caja de tarjetas?”. La había tirado la empleada de la limpieza. Se fue a la empresa de la limpieza y se asombró, la tenían separada junto con otras cajas de tarjetas, perfecta y completa.

Disfruté muchísimo los viajes que hacíamos juntos a Rosario, justamente para ejecutar esos programas.

-¿Me podrías dar algunos adjetivos que lo definan a Héctor? 

-Muy inteligente. Buenísima persona, jamás le encontré un fallo. A las personas las trataba como personas. Nunca lo escuché hablar mal de ninguna persona.

-Gracias, Carlos.

Alfredo Pérez
Como dice HM, nos conocimos mientras cursábamos Exactas, que él terminó y yo discontinué por los distintos viajes al exterior y la paternidad. Coincidimos numerosas ocasiones en reuniones de SADIO y/o de SAC. Más tarde entré a formar parte de la CD de SADIO, primero Tesorero y luego Vicepresidente; momento en que comencé a apreciar la tarea de apoyo que realizaba Héctor, tanto en la toma de decisiones como en la organización de eventos.

Nuestras carreras profesionales estaban ubicadas “en ambos lados de mostrador”: HM como “cliente”, yo como “proveedor” y, por esa época, comenzamos a actuar en consultoría, en forma separada, lo que permitía un mayor intercambio de experiencias y, más tarde asociarnos en trabajos puntuales.

Finalmente, desde 1996 hasta 2016, coincidimos en INET, formando parte del mismo equipo de trabajo (ocasionalmente, separados), descubriendo una mayor cantidad de intereses comunes, que consolidaron nuestra amistad. Tantas horas compartidas me permitieron reconocer una gran cantidad de valores, como persona y como colega, de Héctor.

Una gran capacidad de planificación: ya se trate de un congreso con 900 asistentes, una serie de clases, o la redacción de un documento de trabajo, Héctor tiene un Pert mental instantáneo, previendo cuellos de botella, tiempo destinado a cada tarea, constantemente actualizado, lo que permite al resto del grupo cumplir con el compromiso.

La capacidad de “escuchar al otro”, no solamente lo que verbaliza, también lo que calla y omite, que potencia su capacidad de convencer, mediar, lograr consensos; que ya surge en su juventud desde la anécdota de la agrupación de estudiantes.
                               
Capacidad de “multitasking” que solamente puedo reflejar con un ejemplo vivido numerosas veces en trabajo en equipo. Tenemos que presentar un documento (20+ pág., desarrollo, informe, presentación, etc.) nos reunimos (2 a 4 personas), se hace un esbozo general, cada uno busca fuentes, un primer enfoque se expone con apuntes, Héctor escucha, recoge los apuntes y escribe un “1er borrador”, que distribuye. Nueva reunión, cada uno presenta verbalmente correcciones, Héctor escucha, interviene y, en un momento dado, participando, vemos que sus manos comienzan a teclear, cuando la charla se estabiliza, Héctor dice “A ver qué les parece", y nos lee un texto corregido, incorporando pareceres, reordenando puntos, desechando otros. Ya tenemos “el 2do. Borrador” que se itera un par de veces y se convierte en el documento conjunto.

Se me ocurren otras capacidades: honestidad, compañerismo, cumplimento de palabra, sin dobleces, no levanta la voz, etc.

Es un "gran tipo", un "porteño de ley", como dirían nuestros padres.


Alejandra Villa,
Gerente de SADIO
Qué puedo decir de Héctor? Primero que tiene una memoria prodigiosa, capaz de citar los más pequeños detalles de algo sucedido hace muchos años, aunque él diga que ya no es como antes...

Ese don, unido a su capacidad de análisis, lo hizo siempre de consulta obligada ante cualquier situación que pudiera salir de lo habitual y requiriera un estudio concienzudo.

Desde que empecé a trabajar en SADIO y a lo largo de los años, fue siempre una persona muy presente desde el rol que le tocara: miembro del Consejo Directivo, chair general de distintos congresos o enlace responsable para llevar adelante la organización conjunta de eventos internacionales. De asistencia casi perfecta a las reuniones, sin lugar a dudas su opinión fue decisiva para la participación de SADIO en todos los eventos internacionales co-organizados en estos últimos 15 años que son los que yo vi.

Con Héctor es un placer trabajar porque tiene gran sentido de trabajo en equipo y responsabilidad. Siempre criterioso, buena persona y con la camiseta de SADIO puesta, sin dudas!



¡Bravo, Héctor, mis felicitaciones!

Hernán Huergo

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