Este relato
me recordó que poco y nada expuse en el blog sobre mi propia tarea docente. La
encaro ahora, pero lo haré lo más anecdótico posible por dos razones: falta de
memoria y de formalidad,
Ya tenía
experiencia en cursos, por ejemplo internos de IBM (como el que recuerda Hernán
y yo no) y para clientes.
Un día me
llamó a su oficina uno de los gerentes principales (no recuerdo si fue N.
Azpiazu o B. Esmerode). Lo primero que pensé fue “¿qué cagada me mandé?”, pero
no: la Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales de la
UBA se había quedado sin profesores de varias materias, por
los sucesos políticos de 1966, y el Decano había recurrido a IBM para suplirlos.
Eso representaba más trabajo después de las horas de oficina y un pequeño
sueldo adicional. Acepté el ofrecimiento pero la responsabilidad implicada (dos
días semanales, por la noche) me llevó a solicitar otro Ingeniero de Sistemas
para que me acompañara en la patriada. “¡Por supuesto! ¿A quién recomienda?”.
Se me ocurrió en el momento el nombre de Horacio Terrizzano, quien también
aceptó. Él comenzó, creo, una semana después.
El hecho es
que la primera clase debí darla yo. Como ayudante vino Hugo Castro, quien
entonces trabajaba conmigo en el Centro de Pruebas. La verdad, no tenía la
menor idea de lo que iría a decir, ni del escenario que me esperaba. Pero de
IBM llevamos un proyector, una pantalla, y una colección de diapositivas de
equipos IBM. Al llegar a la
Facultad , comprobé que nos habían asignado el Aula Magna, y que
estaba de bote en bote, hasta con gente de pie atrás, a quienes difícilmente
alcanzaría mi voz, pues no habíamos llevado equipo de amplificación ni la Facultad lo proveyó. No
quiero mentir, pero calculo que habría unos doscientos o trescientos alumnos (y
tal vez otros docentes). Era la primera vez que hablaba ante tal cantidad de
gente; pero el proyector salvó la situación. Como proveyendo una brevísima
introducción a la
Computación , Hugo Castro iba pasando diapositiva tras
diapositiva de CPUs, impresoras (con especial atención al misterio de la cadena
y los martillos impresores, que creo que fue lo que más fascinó a la
audiencia), memorias de núcleos, cintas magnéticas, y toda la parafernalia
imaginable, mientras yo daba las explicaciones pertinentes. Con el paso de los
minutos, fui tomando confianza e intercalando comentarios jocosos y tal vez inexactos.
Quizá Hugo lo pueda confirmar, pero creo que al final nos aplaudieron. Se
fueron, por supuesto, sin tener ni idea de los bits y bytes que luego, en las
clases de programación, deberían enfrentar. Ya saliendo, Hugo me comentó:
“Nunca me lo hubiera imaginado así”. Se refería a mi histrionismo.
Entre 1966
y 1971, Terrizzano y yo, a veces contando con ayudantes, dimos uno clases de
FORTRAN y el otro de COBOL, y un año decidimos intercambiarnos. Los insólitos
títulos de las materias eran “Programación” y “Programación en Máquinas
Comerciales”. Sobre el final, introduje APL, con el inimaginable título de
“Lenguajes de Tiempo Compartido” (sic). ¿Qué tenía que ver el nombre de la
materia con el APL? Pues que en IBM lo usábamos así, desde “terminales”
(máquinas de escribir adaptadas, con una bolita para los caracteres crípticos
del APL).
De izq. a der. Pepe Castells, Hernán Huergo,
Pablo
Bessega, Mercedes López Constanzó,
Hugo Castro, Miguel Ángel
López y
Enrique González Frutos (10/09/71)
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Esto termina
en 1971. Teníamos entonces dos ayudantes: Pepe Castells y… (¿creo que López?),
a quienes imprevistamente se sumó Savigliano, que era vendedor. El asunto es
que ¿López? tomó un parcial al que no sobrevivió nadie. ¡Rebelión de las masas!
La izquierda se coló, tuvimos reuniones para calmarlos (a un agitador que usó
la palabra “mancebo”, Terrizzano lo desconcertó preguntándole si sabía lo que
significaba, y no, no lo sabía), Savigliano (un grandote con cara de malo) era
denostado como nuestro “guardaespaldas", aparecieron carteles “IBM GO
HOME” y, como nuestro trabajo en IBM era mucho más importante, decidimos
renunciar en masa.
Tuvimos
alumnos con quienes luego compartimos algunas experiencias laborales. Me vienen
los nombres de Luigina Bertolutti, M. C. Munill, Roberto Boldrini, Manuel Bulwa,
Eva Junger… Este último nombre me hace recordar a algunos que luego fueron
modelos. Junger lo fue, y también estuvo en Pittsburgh, una metalúrgica (ahí
trabajó Mauricio Schoklender, de quien no necesito
comentar más). Un
alumno (jamás recordaré su nombre) era el modelo de una propaganda donde
interpretaba a un hombre primitivo, vestido de piel de tigre y portando un
garrote. Varios me han dicho que Graciela Alfano fue una de mis alumnas pero,
obvio, en aquel entonces no era famosa, y no recuerdo ni la centésima parte de
los nombres de quienes fueron mis alumnos. Wikipedia dice que no estudió
Ciencias Exactas sino Ingeniería Civil, pero quién sabe…
Seguirá…
No sé, Alfredo Pérez, si lo habrás notado. El cartoon insertado por el autor del Blog (c'est moi) dice algo sobre Cobol. Por fin veo que tenés razón, el pobre lenguaje tiene sus enemigos, pide a gritos que alguien salga a defenderlo.
si sufrí la expulsión no deseada por amenaza de vida.... que comenzó en 73 junio o julio... al salir de estadística en las Heras... escuché como una moneda golpear el piso.... y seguí hasta mi auto... rapidito.... lo raro es que escuché el ruido a pesar de los buses acelerando en Las Heras... alguno que sabe me dijo que podría haber sido un balazo de 22 ....
Luego siguieron loa años aciagos.... saludos
Completo algunas cosas: entiendo que Graciela Alfano no estuvo por Exactas, y sí por Ingeniería (recuerdo haber ido a uno de sus cumpleaños, creo que el de 15).
La del machete en las gambas casi seguro que se llamaba Silvia, me reservo el apellido... luego hizo cosas similares en Física I y logró aprobar muy bien dibujo técnico con la colaboración de un maravillado ayudante! No la ví más desde 1968...Recuerdo que fumaba mucho y ante cualquier recriminación al respecto su respuesta era "mirá si mañana me pisa un coche y no fumé..."
Quiero aclarar que yo estaba en el grupo de gente que fue de Ingeniería con Esteban di Tada y Luis Trabb, ya que me había cambiado de carrera desde Ingeniería y había dado muchas materias como libre.
Entiendo que el parcial fue idea de Pepi Castells y lo más complicado que tenía era comprender el enunciado, se resolvía con un producto de matrices, era una simplificación del "Travelling-salesman problem", tema que luego se veía con Isidoro Marín y Raúl Palma en Investigación Operativa. Al cuatrimestre siguiente Luis Trabb lo puso en las prácticas con otro enunciado y los propios "rebeldes" dijeron literalmente que era un ejercicio demasiado fácil para las prácticas! Luis entre sonrisas les explicó y hubo un súbito silencio...Es posible que Lito Bulwa sí haya estado en ese curso.
A Hugo Castro lo recuerdo como jefe de TP con Gustavo Pollitzer en Sistemas, quién mencionaba productos "raros" de la tecnología (recuerdo el CRAM y una mención a un disco que lugar de pistas circulares las tenía en forma de hélice).
Por un error de redacción, parece leerse que el grupo venido de Ingeniería daba Computación Analógica, pero esa materia optativa la dictó Hugo Rickeboer.
Viendo con cierta perspectiva, lo que ocurrió fue que hubo una identificación demasiado grande con IBM=computación y el clima no era favorable, ya que estaba muy cercano el recuerdo de la "noche de los bastones largos" y había demasiadas personas con poco aspecto de estudiantes que trataban de identificar a "revoltosos". Uno de los alumnos, que no era revoltoso, pero que su nombre había sonado mucho, ya no recuerdo cuál fue el motivo, tornó en ser llamado "el innombrable" luego de un apriete de esos visitantes!
En 1974 la intervención de Ivanisevich a la UBA completó la "limpieza" y ya nunca más volví a aparecer por esos pagos.
Si Benjamín Del Sastre, que está en la lista del blog, tiene voluntad de escribir podrá también aportar muchas anécdotas.