creado a partir de la incorporación de 2 computadoras IBM 360-30, tuve que abocarme a la organización del mismo. El Centro se inició con la integración del personal de la Dirección Económica-Financiera que trabajaba con los equipos IBM de registro unitario, y donde más de la mitad del total de aprox. 400 eran perfoverificadoras (recordar que anualmente debían procesarse varios millones de boletas de larga distancia). Unos pocos habían hecho los cursos de programación Assembler de IBM.
A los 80 todavía conservo algo del impulso para afrontar desafíos, aunque ahora también me acompaña la gratificación de disfrutar de mis 6 nietos. |
Dos anécdotas para mostrar el ambiente imperante:
- Poco tiempo antes de mi incorporación un chiste durante un apagón eléctrico significó la caída por el hueco del ascensor de uno de los empleados.
- El personal de perfoverificación tenia un premio por producción, para lo cual se medía la longitud de las tarjetas perforadas apiladas en la caja, mediante regletas marcadas con la cantidad de tarjetas. En una de mis recorridas por el sector descubrí que existían distintas regletas con diferencias del espacio entre marcas, lo que permitía favorecer a determinado personal.
Uno de los mayores desafíos que debimos asumir al poco tiempo fue el pasaje de la facturación del servicio telefónico plano al servicio medido, lo que implicó la captura periódica (fotografía mediante) y el ingreso de la información de millones de medidores individuales de abonado. También significó mi debut en radio y televisión, ya que fui entrevistado varias veces para explicar el cambio de sistema.
Un tema importante fue el refuerzo de la dotación de programadores. Es así que por un lado se realizó a través de la Escuela Técnica una selección de personal de la empresa que fue posteriormente enviado a realizar los cursos respectivos. Por otro lado se incorporaron estudiantes universitarios de carreras afines, especialmente de Computación Científica.
Asimismo y a efectos de ampliar la formación del personal del Centro, la empresa envió a varios profesionales al Curso de Posgrado en Ingeniería de Sistemas (2 años de duración) que comenzó a dictar la Facultad de Ingeniería de la UBA en 1969 y que estaba destinado a egresados de Ingeniería, Ciencias Exactas y Ciencias Económicas.
Es así que en mi caso, y luego de aprobar adicionalmente una materia de la carrera de Ingeniería, obtuve el título de Licenciado en Ingeniería de Sistemas.
Finalmente una mención al Proyecto “114” cuyos pasos se describieron en las entradas al blog del 30-08 y del 2-09. Tal como lo detallara anteriormente, la licitación para implementación de dicho proyecto se anuló luego de que un evidente acuerdo entre IBM y Olivetti dio lugar a que esta última no presentara su solución y quedara de hecho una única propuesta. Por supuesto, la empresa que en aquella época prácticamente monopolizaba la provisión del equipamiento informático del Estado no podía permitirse ese fracaso. Por ello, y apoyándose en parte del personal del CPD bajo su influencia, puso en marcha un operativo, del tipo popularmente denominado “movida de piso”, sobre el principal responsable de esa medida adversa. Fue así que decidí presentar mi segunda renuncia a ENTEL, también con una nota de fuerte tenor, aunque esta vez fue aceptada. Varios años más tarde un ex-funcionario de ENTEL que pasó por la conducción del CPD me confirmó dicho operativo e incluso me dio el nombre de la persona de IBM que lo motorizó (aclaro que no figura entre los participantes de este blog).
Nuevamente en la búsqueda de trabajo pude ingresar en Univac Argentina como analista en comunicación de datos. Allí me tocó implementar una aplicación de demostración que funcionó en el stand de la empresa en Expoficina 71 (en La Rural), donde una terminal se conectaba mediante un enlace directo arrendado a ENTEL con una computadora ubicada en la sede , usando un modem Milgo de 2400 bps. Esta creo fue una de las primeras trasmisiones a esa velocidad en el pais (sino la primera) ya que en esa época lo normal era 300 o 1200. Un recuerdo para los Ing. J. Wray y F. Marmorek, de la firma proveedora Westec en esos tiempos.
Una anécdota tragicómica: como fruto de esta implementación exitosa el Gerente General me anunció el ascenso a Subgerente de Comunicaciones, pero poco después fue transferido a Sudáfrica. Al poco tiempo nos comunicaron que la empresa levantaba sus operaciones en Argentina, dejando solo una dotación para mantenimiento del equipo instalado. El ultimo día, justo en el momento que me retiraba, un miembro de Personal me comunicó que había llegado la confirmación de mi ascenso. Por una de esas casualidades de la vida, el nuevo GG encargado del desguace, que había ingresado a la empresa poco tiempo atrás, provenía … de IBM!
Creo que he llegado ya a la era final de los dinosaurios por lo que doy por terminado el relato, aunque mi vida profesional activa prosiguió 33 años mas en múltiples lugares, alternando funciones de conducción en Centros de Cómputos con la de especialista en comunicación de datos, para finalizar con la docencia universitaria en la carrera de Sistemas de la Universidad Nacional de Entre Ríos.
En mérito a la cita que hizo Pees Labory sobre nuestra coincidencia en ALUAR en épocas, no ya de los dinosaurios, sino mas bien del “homo habilis” (1988/92), me permito mencionar lo que considero el mayor desafío tecnológico de mi vida profesional. En efecto, en mi carácter de Jefe del Dto Soporte Técnico y Telecomunicaciones, tuve a cargo el proyecto e implementación, tanto en Administración Central (Bs As) como en la planta de Pto Madryn, de 2 redes LAN Ethernet sobre fibra óptica (4 km de cableado en la planta), sobre las que estaban montados servidores DEC Vax interconectados mediante la red ARPAC.
Una última acotación: la lectura del blog me permitió descubrir la existencia de un virus que ha afectado a varios dinos, me estoy refiriendo a la actuación teatral. También yo estoy afectado desde hace 12 años, aunque en los últimos dos el virus ha sufrido una mutación importante ya que sigo intentando hacer lo mismo pero …. en idioma italiano. A los 80 todavía conservo algo del impulso para afrontar desafíos, aunque ahora también me acompaña la gratificación de disfrutar de mis 6 nietos.
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