Semanas atrás surgieron en el foro
comentarios respecto a lenguajes de programación y en particular al muy
especial APL. Me vino a la memoria mis experiencias con APL allá por 1972 a
1975/6. Mi primer trabajo profesional fue como práctica rentada en Establecimientos
Metalúrgicos Santa Rosa, mientras cursaba el último año de Ingeniería en 1972.
Después de eso continué ya en forma efectiva por algunos años más en Santa
Rosa.
Yo trabajaba en la planta de San Justo,
donde contábamos con un computador BULL en el que programábamos en COBOL, un
computador Digital PDP8 para control de procesos y una terminal conectada con
IBM (no se parecía en nada a lo que hoy llamamos terminal, era lisa y
llanamente una máquina de escribir), donde programábamos en APL.
Confieso que siempre me pareció un lenguaje
bárbaro. Con un solo comando se podían hacer cosas impensables,por ejemplo invertir
una matriz; todas las demás funciones que se podían encadenar me parecían
fantástico. El único problema era que si un programa complejo no funcionaba era
mejor empezar de cero otra vez porque ponerse a revisar donde estaba el error
era tarea casi imposible. Ni que decir de interpretar un programa que escribió
otra persona.
Sería por 1974 o 75. Como habíamos hecho
cosas de estadística bastante interesantes utilizando APL, la gente de
comercial (marketing no era todavía un término con el glamour actual), nos
pidió a partir de una base de datos históricos muy completa que nos suministró,
hacer proyecciones de como variaría la
demanda de los distintos productos que fabricaba Santa Rosa para distintas
alternativas de cambio de las variables macroeconómicas del país, presumiendo
un escenario económico en ciernes no favorable. Santa Rosa en ese momento
estaba en un proceso muy interesante de especialización en aceros especiales, a
diferencia de los llamados aceros de construcción que eran el fuerte de sus
competidores de entonces, Gurmendi y Acindar.
Nos pusimos a trabajar con otro novel
ingeniero teniendo todavía muy frescos los finales de estadística de la
facultad. Después de varias semanas de trabajo nos encontrábamos en una gran
disyuntiva. Las proyecciones para todos los escenarios nos daban pésimos para
la empresa. Tan mal daban que revisamos una y otra vez lo que estábamos
haciendo, cambiando criterios, lo que fuera. Finalmente no nos animamos a
presentar esos resultados (éramos chicos de veintialgo jugando con el futuro de
la compañía), y terminamos “suavizando” a mano los resultados, fueron malos
pero no “tan” catastróficos.
El final de la historia fue otra de las
crisis argentinas a las que lamentablemente estamos acostumbrados, el mercado de
los aceros especiales desapareció (estuvimos muy cerca en nuestras proyecciones
originales). Santa Rosa terminó volcada otra vez a los
aceros comunes pero con una estructura muy pesada diseñada para otra cosa, y
sumamente cara. Yo me fui por ese entonces de la empresa (era la época del
último apague la luz…). Al poco tiempo Santa Rosa fue comprada por Gurmendi, y
años después todo pasó a ser Acindar.
APL ya es historia, pero las crisis
argentinas lamentablemente no!
Ricardo dijo...
Como ya lo dije en otro comentario, el APL y el APL2 de IBM pasaron a la historia. Hoy existe el APL Dyalog (www.dyalog.com/), que es pago.
Una de los principales problemas del APL era (y creo que sigue siendo) su juego especial de caracteres, que precisa un teclado especial o, por ejemplo, pegar etiquetas sobre las teclas.
Sin embargo, el hijo de Iverson creó el lenguaje J (www.jsoftware.com), gratuito para uso personal, que usa sólo los caracteres normales, y es un desarrollo del APL mucho más poderoso aún, si esto fuera posible...
Es muy fácil para arrancar y realizar los primeros cálculos. Diría que hasta el nivel del viejo APL no hay problemas. Pero si uno quiere aprovechar toda su potencia, podría pasarse la vida entera estudiándolo y experimentando.
Una de los principales problemas del APL era (y creo que sigue siendo) su juego especial de caracteres, que precisa un teclado especial o, por ejemplo, pegar etiquetas sobre las teclas.
Sin embargo, el hijo de Iverson creó el lenguaje J (www.jsoftware.com), gratuito para uso personal, que usa sólo los caracteres normales, y es un desarrollo del APL mucho más poderoso aún, si esto fuera posible...
Es muy fácil para arrancar y realizar los primeros cálculos. Diría que hasta el nivel del viejo APL no hay problemas. Pero si uno quiere aprovechar toda su potencia, podría pasarse la vida entera estudiándolo y experimentando.