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La empresa de electricidad SEGBA necesitaba una
manera de optimizar el uso de los generadores de acuerdo con la carga
según la hora. Cada generador tenía su curva de potencia entregada
versus combustible consumido. Me puse a programar, y encontré una
solución, que se implementó.Meses más tarde, cuando cayó en mis manos el
libro de Bellman y Dreyfus, descubrí que había usado el método de
Programación Dinámica, sin saber que tal cosa existía. En IBM me
pidieron que diera una charla explicándolo. Antonio Cavallari objetó
que, representando con fórmulas las curvas de rendimiento, se podía
hacer de manera mucho más fácil. No conseguí convencerlo de que eso era
imposible.
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A propósito de Cavallari: era (o
es, no he recibido más noticias de él) un tipo muy especial. Por
ejemplo, le compré mi primer auto, un Citroën 2CV, usado, a la que
entonces era su novia. Como yo no sabía manejar mucho... ni nada, a
decir verdad, Antonio me daba consejos. Uno de ellos se convirtió, para
mí, en lo que suelo llamar "el postulado de Cavallari", y es: "el de
atrás se jode". Creo que lo apliqué cuando, sin haber manejado nunca un
coche, ni tener registro (inconsciente de mí), traje el 2CV (desde
Retiro a través de todo el centro) hasta Flores.
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La IBM 1401 era "mi" máquina, pero a veces debí atender a algún cliente
que poseía la "científica" IBM 1130. El caso que más recuerdo era que
la 1130 no indicaba error, pero daba resultados insólitos. Pensando que
se trataba de un problema con el programa del cliente, la hice funcionar
con un loop en FORTRAN que lo único que hacía era imprimir los números
enteros desde 0 en adelante: 0, 1, 2, 3, 4... Para mi sorpresa, el
programa imprimió algo así: 1, 13, 2, 4, 3, 6, 9, 17... La solución la
dio el técnico que vino y comprobó que el aire acondicionado no
alcanzaba a enfriar bien la CPU.
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Ésta me la
contó Roberto Catenazzo. Lo llamaron de un cliente a quien se le detenía
el equipo (no recuerdo cuál era; creo que una IBM 1620). Revisada la
computadora, no se encontraba falla alguna. Roberto estudió el registro
de fallas, y vio que eran todas a las 8:00, 9:30, 14:00, etc., pero
ninguna a las 5:24 o 16:07, por ejemplo. Primero pensó que quienes
anotaban la falla "redondeaban" el horario. Pero unos días después, se
apersonó en lo del cliente y, mientras auscultaba el reloj y se
aproximaban las 18:00, dijo: "¡Ahora viene la falla!" y, en efecto, en
ese momento falló. El cliente estaba muy cerca de la emisora de Radio
Provincia, y el "pip" de la hora provocaba la falla.
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Un cliente tenía fallas recurrentes con la consola de un equipo. Los
técnicos estaban un poco hartos; iban y solucionaban el problema.
Alguien exigió que se anotara el tipo de falla. Fue un técnico y anotó:
"troleterio torcinado". El informe llegó a la jefatura, y el cliente
pidió aclaración a IBM, cuya contestación fue, más o menos: "Esa frase
designa un tipo de falla a la que los técnicos, en su lenguaje fuera de
lo común, describen así"; y por supuesto, levantaron en peso al
bromista.
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