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2015.09.21: Pepe López de Lagar: El primer Calculador BULL GAMMA 3

En mis comienzos en este trabajo tuve que lidiar con máquinas extravagantes, grandes en tamaño y no siempre fáciles de usar.
Sin embargo, hubo una en su momento que era espectacular. Creo que todas las compañías tuvieron un tipo de calculador así.
El BULL GAMMA 3 fue construido en 1952, aunque yo la conocí en 1966, un montón de tiempo después.
En esos días, tales dispositivos se dieron en llamar "Dispositivo de Cálculo Electrónico”, según una traducción literal del Manual de Bull, aunque los Representantes Comerciales la llamaban pomposamente "computadora electrónica" y en algunos casos "cerebro electrónico".
El dispositivo podía conectarse a varios dispositivos de tarjetas perforadas. Por ejemplo a la Tabuladora Bull BS o directamente a la Perforadora Recapituladora llamada PRD.
En su concepción, el equipo actuaba como una unidad de extensión de la máquina a tarjetas perforadas a que estaba conectado. Las tarjetas se leían en la estación de lectura del equipo que fuera y transmitía los datos al Gamma 3 para realizar los cálculos.
Una vez realizados los cálculos, devolvía los resultados a la máquina que le enviara los datos primitivamente, la cual era la encargada de imprimir y/o perforar en una tarjeta los valores resultantes del cálculo efectuado.
Independientemente de la tarea, el equipo era tan rápido que no se perdía ningún ciclo causado por los cálculos.
Cabe aclarar que el ciclo era algo así como el ritmo del equipo. Leía a razón de 150 tarjetas por minuto e imprimía a la misma velocidad.
Válvulas y más válvulas y un tablero para la
programación: BULL GAMMA 3

El equipo a tarjetas tenía como un distribuidor o rotor de 15 puntos. La lectura de una tarjeta necesitaba 12 puntos y quedaban 3 puntos entre tarjeta y tarjeta.
En el tiempo que llevaban estos tres puntos del rotor, se realizaban los cálculos.
Para nosotros era maravilloso en la época de las Tabuladoras


El Gamma 3 tenía un diseño exterior simple y era refrigerado por dos grandes ventiladores que hacía circular aire fresco entre sus circuitos.
El  GAMMA 3 de Bull podía operar con una capacidad de 12 dígitos decimales.
Para ampliar la capacidad podía extenderse con la instalación de hasta 24 unidades de almacenamiento, cada una con una capacidad de 12 dígitos decimales. Yo conocí solo la configuración básica.
Cabe acotar que la calculadora contaba con casi 400 válvulas.
Su programación era por cableado igual que una tabuladora.
Asimismo, utilizaba Tiratrones para poder conectar la calculadora con el equipo que había enviado los datos a calcular, ya que este tipo de válvula permitía conservar temporalmente los estados digitales usados en los cálculos.
Aquí se puede ver una parte de la enorme fuente de poder
La imagen muestra la fuente de alimentación del este aparato si así se lo puede llamar.
Treinta y nueve fusibles mantenían los circuitos eléctricos separados para mayor seguridad.
Este tamaño de esta fuente era necesario para alimentar los circuitos.
También tenía docenas de condensadores electrolíticos.
Todo este conjunto puede parecer un “Monstruo” casi mastodóntico, con los ojos de hoy en día.
Sin embargo, esta herramienta permitió dar un paso importante en los albores de la Informática, agregando el concepto del cálculo en un ruidoso escenario de cientos y cientos de riláis abriéndose y cerrándose simultáneamente, ruedas de impresora martillando duramente sobre los papeles continuos con varios carbónicos, equipos perforando tarjetas, al tiempo que otros equipos clasificaban e intercalaban archivos de miles y miles de tarjetas.
Todo con un ritmo tal que, cuando cambiaba algo en ese sonido o en el ritmo, nos dábamos cuenta que había lanzado un total o que algo andaba mal.
Era muy común que los operadores le explicasen al Técnico de Mantenimiento con sonidos lo que había hecho la máquina al fallar:
“Mirá, decían, estaba haciendo tracatrá, tracatrá, tracatrá y de pronto hizo tracatrá, traca, traca….”
Y aunque parezca mentira, eso servía para que el avezado Técnico supiera qué podría estar pasando.
Resulta muy difícil imaginar esto hoy cuando uno trabaja diariamente con una PC o una Tablet como algo muy normal pero…, como decía un amigo mío que ya no está, “Si todo aquello que parece tan antediluviano no hubiera existido, no sería posible todo lo que tenemos hoy”.

Creo que es cierto.

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