Autor del Blog: HERNÁN HUERGO

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09/10/2015: Esteban di Tada: Con la inconsciencia de la juventud

Ahora que Hugo Studnitz tocó el tema de la 1620 de ingeniería y del invento del piruleo para verificar los programas sin ejecutarlos, quiero agregar que el equipo que desarrolló el Load And Go estaba formado, además de por mí, por los que menciona Hugo en su blog. No teníamos documentación del Fortran PDQ desarrollado por la universidad de Waterloo. Ni sabíamos de lenguajes ni teníamos la documentación del programa. Solo teníamos los fuentes en Assembler. Con la inconsciencia de la juventud nos lanzamos a realizar el proyecto. Y lo finalizamos en marzo una semana antes del comienzo de las clases.

Pero quisiera agregar algo de otra época referente al uso de la 1620 que tenía 1K de memoria. Las operaciones aritméticas se realizaban por software y existían dos tablas, una de sumar y otra de multiplicar. Si mal no recuerdo estaban en la posición 100 a 199 la de sumar y 200 a 399 la de multiplicar.
Agregado por el autor del Blog,
con tu licencia, Esteban

Así como estaba convencido que los sistemas del futuro se basarían en la aritmética terciaria también estaba obsesionado por la optimización de expresiones booleanas. Y para ello aplicaba el algoritmo de Quine–McCluskey. Necesitaba operar con álgebra de conjuntos y no encontré mejor idea que cambiar las tablas de las operaciones aritméticas. Un conjunto estaba especificado por una serie de ceros y unos. Para cada conjunto elaboraba una cadena de 0 y 1 y lo representaba con el número decimal correspondiente. Entonces tenía dos tablas de suma: una para la unión y otra para la intersección. El problema no era simple porque esa misma tabla la empleaba el software para el cálculo de direcciones.  Pero la depuración del programa era diabólica. Finalmente logré que funcionara. Esto nos dio mucha experiencia en el manejo de las tablas de las operaciones aritméticas.

Uno de los proyectos que se llevaba a cabo era la implementación de un programa para la resolución de cálculo de estructuras por medio del método de elementos finitos. Estaba a cargo una ingeniera, Ángela Kuziora, con quien luego mantuve una excelente amistad. Ella trabajaba denodadamente en su programa. Un día Ángela  tenía que hacer una demo de los resultados obtenidos. En la 1620 el embrión de sistema operativo que tenía se cargaba por medio de tarjetas al iniciar el uso de la máquina. Dentro de ese lote de Hollerit estaban las famosas tablas de sumar y multiplicar. Con la complicidad de Guido Vassallo le cambiamos la tabla de sumar. Y por supuesto el programa daba cualquier resultado. Ella aseguraba que la computadora sumaba mal a lo que casi la totalidad de los asistentes le decían que no era posible. Cuando le contamos a Ángela nuestra travesura nos quería matar.  


Blogger Rodolfo Naveiro dijo...
¡Tan serios que parecían Di Tada y Vassallo!
No sé cómo sobrevivieron a esta broma.
Naveiro
9 de octubre de 2015, 18:52
Blogger Ricardo Forno  dijo...

También trabajé con Ángela Kuziora cuando fui docente en UBA Ingeniería.


9 de octubre de 2015, 21:31

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