Autor del Blog: HERNÁN HUERGO

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26/04/2020: Historias de cronopios y de famas... de nuestros Dinos (Capítulo 4: Anécdotas imperdibles de Ricardo Forno, mail del 25/04/2020)

Como saben unos cuantos Dinos existe un grupo de Whatsapp llamado DINAS Y DINOS. También Dinas y Dinos compartimos un Grupo Google llamado Bit40 Dinos de la Informática. Por último, a veces le llegan al autor del Blog algunas historias y anécdotas que vale la pena compartir.

Julio Cortázar sabrá perdonarme que le haya robado el título para bautizar esa colección de recuerdos.

Hoy tenemos:

Anécdotas imperdibles de Ricardo Forno, 
mail del 25/04/2020.

Espero que me sepan disculpar, pero me estoy manteniendo un poco alejado del blog, por exceso de problemas personales.

No obstante, quiero aportar algunas anécdotas de entre las que recuerdo, que dado el largo tiempo que llevo en informática no es extraño que abunden.

1: En casi los primeros tiempos de la 1401, nos llegó el primer compilador FORTRAN. Empezamos a programar en él con entusiasmo. Sin embargo, un día encontramos que fallaba en algunos casos. En aquellos tiempos era fácil ingresar al código de un compilador, así que me puse a estudiar la causa del problema. No lo recuerdo bien, pero creo que había una instrucción "Modify Address" que en ciertos casos fallaba, y el fragmento de código ocupaba quizá 5 caracteres (en la 1401 aún no los llamábamos bytes). Encontré una secuencia de instrucciones que arreglaba el problema, y que también ocupaba el mismo espacio. De modo que sin ponerle un parche al final y una bifurcación al parche dentro de la sección de código, lo que habría complicado las cosas, implemementé y probé con éxito la solución. Al poco tiempo, recibimos una corrección al FORTRAN desde EEUU, que era exactamente la que había hecho en Buenos Aires.

2. Esa instrucción Modify Address, cuyo código era #, también comenzó a dar problemas en otros casos. Allí no hubo forma de corregir el tema, porque era directamente el hardware el que fallaba. Lo llamamos a Jejcic, nuestro técnico en hardware, que quedó muy desconcertado y dijo que el asunto pintaba difícil. Por suerte, revisando los reportes de IBM Central, encontró uno que resolvía el caso. Un toquecito en algún circuito arregló el problema pocos días después. Hablando de Jejcic, no he vuelto a saber de él, que sería otro Dino.

3. De un cliente que no recuerdo llamaron un día porque los programas funcionaban mal. Tuve que ir yo, que jamás le había puesto la mano encima a una IBM 1130. Así que cuando me mostraron los resultados que obtenía un programa bastante complicado que ellos usaban, también en FORTRAN, quedé muy desconcertado. No tenía sentido analizar el programa, por lo que ahí mismo escribí uno sencillo que lo único que hacía era imprimir números desde 0 en adelante. En lugar de imprimir 0, 1, 2, 3, ... etc, el programa imprimía algo así como 0, 23, 17, 5, 8, 54, ... La IBM 1130 funcionaba refrigerada con aire acondicionado, como cualquier máquina de entonces, y al recalentarse, en lugar de señalar error, hacía esos desastres. Arreglado el aire acondicionado, todo volvió a la normalidad.

4. Esta divertida anécdota no la experimenté yo, sino Gladys Rizzo, que atendía al Instituto Geográfico Militar (ella seguramente recordará otros detalles). Le estaba enseñando a diagramar a un viejito (que tendría quizá la edad nuestra actual). El diagrama clásico de entonces incluía rectángulos para las acciones y rombos para las decisiones. En un rectángulo, Gladys había escrito: N = N + 1. El señor le dijo: "¿Pero cómo vamos a hacer que la computadora haga eso tan fácil? Mejor, en el momento, sacamos el valor de N, yo le sumo 1, y lo volvemos a poner".

5. Esta otra también es de Gladys, que tenía la curiosa facultad de atraer esos casos. Dado que Gladys se dedicaba a la estadística, nadie mejor que ella para que un militar le planteara cómo podía mostrar que las existencias de caballos en el Ejército irían tendiendo a cero. Gladys recibió los datos correspondientes a los años sucesivos, y usando alguna función (que ella recordará) dibujó una curva y los datos. Pero la curva, aunque tendía a cero al final, como era de esperar no pasaba por todos los puntos, sino que sólo se les aproximaba. El militar, sin embargo, quería que pasara por todos los puntos. Gladys utilizó seguramente la fórmula polinomial para una curva que pase por todos los puntos. Resultado, sí, lo hacía, pero para los años siguientes se disparaba hacia el infinito. Quizá ella recuerde cómo terminó el asunto.

6. En alguna oportunidad que no recuerdo bien, di un cursillo sobre aspectos generales de la computación. Un alumno preguntó cómo una computadora podía jugar al ajedrez. Le contesté con el método que se conoce, pero él no estaba de acuerdo. Estaba seguro de que la computadora tenía almacenadas todas las jugadas posibles. Pese a mostrarle la imposibilidad física de eso por la cantidad de datos necesaria, que ocuparían el Universo entero, no pude convencerlo.

7. Un día fui a la Caja de Ahorro Podal (luego cambió de nombre), y un programador me mostró una rutina que habían hecho, de "error de multiplicación". Multiplicaban dos cifras, y repetían la operación 10 veces. No recuerdo otros detalles. Habían trasladado a la multiplicación la rutina de error de lectura de cintas (que sí tenía razón de ser, porque esos dispositivos no eran muy fiables).

8. En el mismo lugar, me mostraron cómo comparaban algunos archivos. Los imprimían, los superponían, y los apoyaban contra un vidrio que recibía fuerte iluminación desde atrás...

9. La Franco Argentina de Seguros tenía unos monstruosos procesos que requerían un sort (me recuerda el caso que contó Jorge Reiter). En una ocasión, por causas que no recuerdo se quedaron sin poder procesar en su equipo, y acudieron al del Centro de Pruebas, que estaba bajo mi responsabilidad. El sort se hacía con cintas, porque todavía no habían llegado los discos. Vino el gerente con todos sus súbditos. Los sorts con cintas se hacen en varias "pasadas", en las cuales se intercalan los datos. Estábamon en la última pasada, cuando una unidad falló y dejó como un fideo un tramo de cinta. Desesperación del jefe. Vuelta a ordenar, y otra cinta hecha fideo... Ese día no se pudo completar el proceso, que duraba varias horas.

10. En la época en que todavía se usaban tarjetas, los clientes tenían asignadas cajoneras para sus tarjetas. Un empleado de una compañía (no recuerdo cuál) solía guardar sus tarjetas del seguro de vida en uno de los cajones, y sobre el lomo del conjunto pintaba VIDA. Algún bromista venía luego y lo completaba: VIDA MÍA. El primero, enojado, generaba otro lote, y de vuelta VIDA -> VIDA MÍA...

11. Quizá el mismo personaje solía pintar sobre el lomo de los lotes algo así como "To su neiskoristene kartice". Nadie los tocaba. Como Gerente del Centro de pruebas, tenía secretaria. Ana María X (no recuerdo su apellido) era hija de croatas, y me lo tradujo: "Éstas son tarjetas sin usar".


12. Un día recibí un lote de tarjetas desde Hawái. Tomando como base un programa compaginador de lenguaje de máquina 1401 (el famoso SPS), escrito por D. C. Lee, de Hawái, yo lo había modificado, y lo publicamos como colaboración. El lote de tarjetas en cuestión, por razones que no recuerdo, no lo podía retirar la compañía, sino sólo yo mismo. Tuve que ir a la Aduana. El empleado que me atendió abrió el paquete, examinó el contenido con curiosidad, y me pidió permiso para quedarse con una de las tarjetas. Le contesté que eso no era posible; me destruiría los datos, pues lo único valioso eran los agujeros...

1 comentario:

  1. Tengo una anecdota parecida a la 1. pero con una 1620, trabajando en Metropolitan Life, en New York, en 1965. Eramos muy pocos los que sabiamos usar FORTRAN, el trabajo bruto los hacian unas UNIVAC que estaban en los sotanos de las dos manzanas que ocupaba Met Life—con edificios de 25 y 27 pisos— y para los pocos que nos animabamos a usarlas, habian instalado una 1620 por piso, a ver que haciamos con ellas….. yo nunca habia programado, pero siendo matematica de Exactas te animas a aprender chino en groenlandia, asi que pedi que me den el manual y a la semana estaba programando mi trabajo (y el de mis 4 empleados): el calculo de la “dividend liability” para los proximos 18 meses, que, dado que en ese momento MetLife tenia 45 millones de asegurados, era un numero….

    Al poco tiempo IBM nos mando una nueva version de su compilador FORTRAN (que era un fajo de tarjetas) y empezaron a pasar cosas raras: los programas que antes andaban muy bien empezaron a dar numeros exoticos. Revisamos todo con otro programador que habia en el area y no dabamos pie con bola, hasta que nos dimos cuenta que, antes de llamar a una subrutina, el numero 2 valia 2, mientras que despues de volver de la subrutina, se habia convertido en 6 y que el numero 2 era uno de los argumentos que le pasabamos a la subrutina. Probamos con varios otros numeros naturales y a todos les pasaba lo mismo! era un error del compilador, les avisamos a los de IBM, lo arreglaron, nos dieron las gracias en su revista mensual, y todos felices….

    Para cuando volvi a Buenos Aires en 1967, aca habia muy pocos programadores y una gran demanda. Me contrato el Ing. Cavoti, de CITEFA, para resolver la trayectoria de un misil aire-aire, pero el problema era mi gran panza —ese anio nacio mi hija mayor— y la unica maquina que tenia disponible CITEFA estaba en el Ministerio de Guerra. Todavia no habia mujeres en las FFAA, de modo que en todo ese edificio enorme que esta al lado de la Casa Rosada no habia un solo baño de mujeres! Como puede atestiguar cualquiera que ha tenido un bebito en la panza, una necesita el baño con mucha mayor frecuencia que lo normal, de modo que el Ing. Cavoti puso un colimba a mi disposicion para que cada vez que hacia falta fuera a despejar el baño de usuarios varones, y asi pudimos resolver el sistema de ecuaciones diferenciales a derivadas parciales del misil aire-aire.

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