El último sábado, como todos los meses, en mi calidad de profesor consulto de la facultad Buenos Aires de la UTN, me tocó presentar otro seminario para los jóvenes próximos a graduarse como ingenieros en Sistemas de Información.
Y en ese inicio me encontré diciendo algo, que me gustaría compartirles.
Como todos ustedes saben, yo provengo de la época del procesamiento de datos, en donde hablábamos de grandes computadoras en ambientes refrigerados, de tarjetas perforadas, Assembler y Cobol.
A esa época, que fueron los años 60 y 70 se conoció como la "era de los datos". Pero ya en la mitad de esta última, cuando los conceptos de sistemas se habían arraigado, empezamos a hablar de información. Y fue ésta, la que conjuntamente con la aparición de la PC, el mouse y el CD-Rom transformaron las dos siguientes décadas, 80 y 90, convirtiéndose en la que se denominó "era de la información".
Pero sobre el final de los 90, apareció internet, con sus paradigmas: la educación a distancia, el teletrabajo y el comercio electrónico, revolucionándonos e incluso dando origen a Google, el wi-fi y las redes, y entonces, a esa era se la denominó "era del conocimiento".
Esta era del conocimiento nos acompañó las dos décadas iniciales del siglo hasta la pandemia y allí fue cuando abruptamente nos encontramos con la Inteligencia artificial, la que hoy está alterando nuestras vidas, y evidentemente, esta es una nueva época, que empezamos a llamar "era de la inteligencia".
Así fue como este amigo de ustedes se encontró viviendo cuatro eras distintas, la de los datos, la era de la información, la del conocimiento y hoy, la era de la inteligencia...
Es por esto de las eras, que suelo apuntar a la educación inteligente, el trabajo inteligente y el comercio inteligente, como paradigmas de base de la IA (y también, las incipientes "salud inteligente" y "entretenimiento inteligente", siempre y cuando podamos contar con un basamento ético para su desarrollo.
Y mientras mis preocupaciones actuales apuntan a cómo satisfacer estas demandas, no dejo de preguntarme (seguramente cuando yo no esté), cuál será la siguiente era...
¿Será la "era de la imaginación"...?.
¿O será la "era de la post verdad"...?.
Carlos Tomassino
Así es nuestra historia, Carlitos. Pero la estás iniciando con los assemblers, con Cobol, con Fortran.
ResponderEliminarVuelvo un paso más atrás, con los primeros mainframes que llegaron al país en 1960 y 1961. No traían lenguajes simbólicos. No tenían assemblers. No se conocía el Cobol. Y desarrollamos nuestros primeros programas en el lenguaje absoluto de las máquinas, totalmente numérico, que era el único lenguaje que las máquinas entendían. Así fue con las dos UNIVAC Solid State 90 que ingresaron a Ferrocarriles Argentinos en 1960. Y que no utilizaban tarjetas de 80 columnas sino de dos campos de 45 (o sea 90 columnas).
Han pasado 65 años. Y hoy la inteligencia artificial genera programas sin necesidad de los programadores. Y conversamos con Gemini, con Copilot, con GPT4, con Claude, como si fueran nuestros compañeros de mesa en los almuerzos de Dinos y Dinas...
Fuerte abrazo.