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04/12/2015: Hernán Huergo: Conversando con Ricardo Forno 2015 (Parte II de II)

Ricardo es ingeniero civil, como yo, y cuando se recibió hizo una suerte de posgrado en la UBA en su especialidad, Caminos, becado por la Dirección Nacional de Vialidad. De modo que su primer trabajo fue hacer un curso. 

El curso se hizo bien interesante cuando como parte del mismo viajó a USA, para recorrer vía terrestre todo el trayecto entre Nueva York y San Francisco, ida y vuelta. Sin embargo, de regreso a Buenos Aires. con todo el entusiasmo de aplicar lo aprendido, le dijeron que lo necesitaban en Tandil para hacer ensayos. El alma se le fue a los pies. 

–A Tandil no voy –dijo, o cosa parecida.
–Bueno –fue la respuesta, la alternativa es que haga ensayos en el laboratorio, aquí en Buenos Aires.

El laboratorio era un lugar con un jefe, un subordinado llamado Forno y un ordenanza.

–Tenemos que apisonar material en estas probetas cilíndricas –dijo el jefe–, a mano.
–¿Nosotros? –preguntó el subordinado.
–En realidad lo debería hacer el ordenanza pero prefiero que lo hagamos nosotros.

El subordinado supo pronto la razón. El ordenanza era un hombre peligroso, solía emborracharse a cualquier hora y hacía saber que estaba armado de cuchillo. En pocas semanas la decisión del subordinado estaba tomada. Tenía que cambiar de trabajo.


Lo encontró por casualidad en la calle. Guillermo Canale (imagen de él a la derecha), ingeniero como él, se habían conocido en la facultad.

–Hola, Ricardo, ¿en qué andás? 
–Yo en Vialidad, una porquería, ¿y vos?
–En IBM.
–¿Y eso qué es?
–Son las computadoras, hacen el trabajo de la gente –contestó el Bocha, con cara de orgullo.

Ricardo había visto algo del tema en su viaje a USA. Se empezó a entusiasmar con la idea. Más cuando se enteró lo que pagaban.

–¿Cómo se hace para entrar allí?
–Te vas a Diagonal ... y decís que querés entrar en EDP.

Lo entrevistó Pepe Guerra, pasó el test psico técnico y entró en seguida, 17.000 pesos "mongo", era 1961. Recuerda los primeros cursos UR, a cargo de Sanjurjo. Nombra a varios compañeros de curso, Poods, Gladys Rizzo, Dellacanónica y cree que Pacecca. Y en especial recuerda el nuevo mundo que se le abrió a partir del curso de la 1401.

Es el momento de preguntarle: "¿Cuál fue el momento en que te sentiste mejor en IBM?"

–Fue en esos primeros tiempos, la década del 60.

Y entonces larga la frase, Forno puro:

–Yo era el genio de la 1401.

Y el relato se hace fluido y recuerda sus galardones con orgullo y nostalgia:
  • Hice un programa de optimización de generadores de energía para SEGBA, muy exitoso.
  • Otro gran éxito fue el programa de optimización de corte de papel para Celulosa.
  • Cuando hice el programa de optimización de energía usé sin saber conceptos de programación dinámica que había inventado Bellman.
  • Había un assembler para el 1401, el SPS, pero tenía muchos defectos, hice nuevas versiones mejores, que se hicieron populares. La usaban los clientes no sólo en la Argentina sino en otros países. La versión que llamé Scueb era tan reputada en Chile que la llamaban el "descueve", que para los chilenos es sinónimo de ser el súmmum.  
–Era la época de oro, éramos todos unos genios.

Le pregunto algún recuerdo de sus jefes.

–Javier Panich era un tipo que no te jorobaba, te dejaba hacer –dice, y su cara revela que lo admiraba.

Ricardo Forno se casó en 1961 con Ana, con quien tuvo dos hijos. Falleció de cáncer en 2002. 

Era un ángel. Soy ateo, pero pienso que Dios le concedió el privilegio de no sufrir demasiado. 

De su hijo mayor me comenta que está "casado con el perro, vive solo, juega al ajedrez, tendrá sus novias por allí". De su hijo menor, que le dio un nieto, dice que no terminó agronomía, se dedicó al paisajismo, pero empezó a vivir mejor cuando se dedicó a alquilar castillos inflables y cosas por el estilo. 

–No estudió mucho pero sabe todo. Tiene calle pero es una persona excelente.

Con su actual esposa, Susana, compraron "una casa en El Pinar, Ciudad de la Costa, Canelones, Uruguay, Sudamérica, Planeta Tierra". 

Los viejos amigos como vos están invitados a pasar por allí y hasta a quedarse unos días, pues contamos con una habitación adicional y una buhardilla habitable.

Por su nieto es evidente que se derrite.

–Hace poco descubrí que era un nerd. Estábamos en casa, donde tengo una biblioteca importante, y veo que mi nieto se prende de un libro... ¡de Control Mental! Ni me acordaba que lo tenía. No podía separarse de él. Al final no aguantó más y me dijo: "¿me lo podés prestar?". "Llevátelo, te lo regalo".

Le pregunto por su actual esposa, Susana, y otra vez me sorprende.

–Nos conocimos por Internet, un sitio que tenía Terra para conectar gente. Más serio entonces que el sitio que lo reemplazó, Badoo. Nos conocimos y congeniamos.

Ella divorciada con tres hijas. Cuando le pregunto un adjetivo para Susana, lo medita un rato y finalmente me dice:

–Orgullosa. Ella había largado la carrera de abogacía cuando se casó, pero al divorciarse decidió retomarla. El orgullo es haberla terminado. "Soy abogada", le gusta decir a quien la conozca.

Con Susana hacemos gimnasia acuática lunes, miércoles y viernes, en un club donde, tras la clase de gimnasia, jugamos volley acuático con unos cuantos mancos como nosotros. 

–Yo era antes un tipo de relacionarme poco con la gente, pero de a poco fui cambiando bastante.

Se me cruza de nuevo el pensamiento: "¡Qué distinto este Forno 2015 al Forno del otro siglo". Llego a la conclusión que Susana es factor decisivo del nuevo Forno. Me sale la pregunta: "¿Hay o hubo una persona fundamental en tu vida?". 

–No creo que haya nadie fundamental para mí salvo yo mismo.

Forno puro.

Fogwill
Entramos en el tema de Forno cuentista. Comenzó en 1976, escribía como catarsis. Los pasó a máquina y los consultó con escritores, el segundo que me nombra es bien famoso, Fogwill. Desbocado, transgresor, sin límites ni censuras, considerado por muchos a la altura de los mejores, hay gente que lo admira más que a Borges o a Cortázar, por dar un par de nombres. Es lo que aprendí de él en mi taller literario. Para ratificar estas condiciones pueden leer Muchacha punk.

–Me recibió Fogwill, le di a leer mis cuentos y le pregunté qué opinaba.
–¿Y qué opinó?
–No opinó nada. Me vendió tres libros. 
–¿Nada?
–Autografiados. Tres libros autografiados.

Desde el año 2000, Ricardo escribió y publicó en Editorial Dunken dos libros de cuentos. Del primero, "20 cuentos eróticos y otros cuentos", suele aclarar que lo de "eróticos" se aplica sólo a lectoras que sean monjas de clausura, pero pensó que tendría algún gancho y así lo tituló. El otro fue "Los crímenes pasionales del barrio de Caballito". También publicó un libro "de filosofía de la vida", que tituló "Mitos actuales". Dice que es casi imposible conseguirlos ahora, porque la gente se los arrebataba de las manos... Lo cierto, me cuenta, es que hoy en día él es la persona que más ejemplares tiene de esos libros. En este momento tiene presentado a concurso otro libro de cuentos en la Editorial Dunken. 

Ricardo se siente más cuentista que novelista, pero le pareció que el argumento de uno de esos cuentos –uno que ustedes conocen, Panangenicanos  era más para una novela que para un cuento, la escribió y la presentó en un concurso de España. Si eso no anda, piensa presentarla al Concurso de Novela del diario Clarín, 

–Aunque a decir verdad no me tengo mucha confianza.

Me encantó conversar con vos, Ricardo Forno 2015!!

3 comentarios:

  1. Ricardo, me acuerdo de cuando investaste una instrucción en lenguaje de máquina para la 1401, que no existía pero funcionaba, el "Branch on blank".Un abrazo, Davicho.

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  2. ¿Branch on blank? La verdad, no la recuerdo.
    Lo que sí descubrí fue una instrucción no documentada para manejo de cintas, que introduje en rutinas de error (por entonces los errores debía manejarlos el usuario). Cuando apareció la 1410, esas rutinas dejaron de funcionar. Moraleja: no usar "undocumented features"..

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  3. Gracias, Hernán. Muy bien logrado el resumen y la semblanza.
    Me lo dejás mal parado a Fogwill. No es cierto que no me haya dicho nada. Pero sí es cierto que yo no te lo conté. Leyó algunos de mis cuentos, en especial uno llamado "Babilonia, la nueva", y le gustó, entre otras cosas, un recurso retórico donde usaba la primera persona del plural. Siguió leyéndolo y de repente dijo "no, nadie habla así", refiriéndose a una frase de un diálogo, y se terminó la lectura. Era un tipo tal como lo describís, imprevisible.
    El otro escritor que mencioné fue Rodolfo Alonso, más editor que escritor, y tuvo su fama. También conocí a Alberto Vanasco, y a un excelente escritor, hoy del todo olvidado, del Grupo de Boedo (contrapuesto al Grupo de Florida, donde estaba Borges). Su nombre: Manuel Kirschbaum, quien también leyó algunos de mis cuentos.
    http://listado.mercadolibre.com.ar/manuel-kirschbaum (sólo en Mercado Libre lo van a encontrar). Los demás que menciono tienen artículos en Wikipedia.

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