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01/08/2017: Conversando con Arturo Regueiro - 4. Vicisitudes y achievements fuera del planeta NCR

4. Vicisitudes y achievements fuera del planeta NCR


HH: El 30 de junio de 1978 te fuiste de NCR. ¿Qué vino después?

AR: Lo primero que se me ocurre cuando me voy es ir a ver a la competencia.

HH: ¿No habías firmado ninguna cláusula de no competencia con NCR?

AR: No, la única lo que me habían pedido que si volvía tenía que devolver lo que me habían dado de reconocimiento.
Fui a ver a la gente de Burroughs y me dijeron que no.

Siempre recuerdo lo que me dijo Savanti [1], a quien conocía de IDEA.

-Regueiro, ¿cómo lo tomo? Usted tiene puesta la camiseta de NCR y para todo el mundo tiene puesta esa camiseta. ¿Cómo hago para que se entienda que ahora es IBM?

HH: Algo de razón tenía.

AR: Toda la razón del mundo tenía. Se me cerraban los caminos de lo que existía en ese momento. Empecé a pensar en ser consultor independiente.

El que me daba una mano era Julio Acero Jurjo.

HH: ¿Julio Acero Jurjo?

AR: Sí, con él habíamos hecho una relación de amistad muy entrañable. Un día me dice:

-Me llamaron a mí pero te lo paso a vos.

Era un proyecto de consultoría en Teleonce, lo que hoy es Telefe. Unos sistemitas que usaban una /32. Fue mi primer trabajo “independiente” como consultor.

Al mismo tiempo me llamó una gente que había conseguido la representación del equipo CADO. Era una mini con algunas características interesantes. Me llaman para armar la venta y distribución.

La verdad, no tuve éxito. Estuve como un año, haciendo un montón de cosas que creía que debía hacer. Pero yo venía de una empresa grande, que contaba con cosas: si hablás de publicidad había un tipo que se encargaba de hacerla; si hablás de hacer una charla en algún lado tenías la infraestructura armada. Acá era cero, yo tenía que hacer todo. Si bien tomé tres o cuatro personas de mi confianza para que me ayudaran, no arrancamos. Al año me junté con los tipos que tenían la representación:

-Realmente esto no va. Lo siento, no soy el hombre indicado.

De buenas maneras nos abrimos y otra vez volví a ser independiente.

Por esa época me hice socio de Fresco y Asociados. Fresco era profesor en Ciencias Económicas, de la cátedra de Sistemas. Además de escritor de libros, un personaje.

HH: ¿Te hizo socio?

AR: Me hizo socio. Era un estudio, Libertad 420. Pero por la orientación de Fresco era OyM.

HH: Vos tenías bastante experiencia OyM por esos manuales que habías trabajado.

AR: Pero nunca había hecho OyM sin equipos. Organización de papeles, estructuras. Por ejemplo, armar un Plan de Cuentas. Aprendí ahí el valor de lo que era, cómo puede ser una herramienta, aunque sea a mano. Lo importante es el Plan de Cuentas, no el método con que lo hagas.

El otro rubro en el que Fresco tenía buena penetración eran las Investigaciones de Mercado. Otra cosa que aprendí, que nunca había hecho. Por ejemplo, hice con él la investigación de una empresa que se quería instalar para la producción de aluminio, en competencia con Aluar.

En paralelo hacía alguna otra cosa. En CONSAD, con Cattáneo y Oshiro, me contrataron para algún trabajo en su momento.
Tenía libertad para moverme por las mías.

HH: ¿Esos trabajos eran aceptados por Fresco?

AR: Sí, el convenio era muy simple, si el negocio era OyM o de Encuestas de Mercado era de Fresco, si yo encontraba otra cosa no había problemas.

Por el 82/83 Cassino y Tomassino se separan. Cassino busca nuevos socios. Loly García Costero, Hugo Budkin –más inversor que otra cosa- y yo nos asociamos con Jorge, y la empresa pasó a ser Computación y Tecnología, usando las mismas iniciales.

HH: Te cambió el mundo de nuevo. ¡Volviste al barco!

AR: ¡No sólo volví al barco! Volví al barro, volví a todo.

Al tiempo Cassino se pelea con Loly y se va. Quedamos García Costero, Budkin y yo.

En 1983/1984 se empieza a plasmar el que era el negocio que estábamos buscando. Habíamos hecho pequeños negocios como Banco Hipotecario, etcétera, pero no daban lo suficiente como para sostener la estructura. Fue una licitación del Banco Provincia para 55 sucursales, con requisitos muy estrictos. Hicimos una UTE: Proceda, IBM y nosotros.

HH: Ganaron la licitación, ¿no es cierto?

AR: Sí. No recuerdo nada similar. Una de las condiciones de la licitación era que tenías que hacer una semana, todos los días, repetir el procesamiento de una sucursal tomada al azar por ellos. Al final del día, ver los balances.

HH: ¿Usaron el SAFE de IBM?

AR: No, no lo pudimos usar porque una de las condiciones era que los cajeros debían obtener respuesta en un plazo menor a 3 segundos.

Se hizo un simulacro por una semana con nosotros y con Bull, las ofertas que permanecían en carrera. Se procesaba durante todo el día en una oficina que alquilamos, Alem 1050. Presentábamos los resultados al banco que hacía las objeciones. A la noche nuestros programadores corregían los programas para que a la mañana siguiente eso estuviera arreglado.

Oscar Vélez
El director de proyecto de esa implementación era Oscar Vélez, el Comodoro, y el subdirector era yo.

HH: ¿Oscar Vélez era parte de Computación y Tecnología?

AR: No, fue contratado para esto.

HH: ¿Fue por el 84?

AR: Sí, 84/85. Como con las máquinas de contabilidad el tema no era la venta, sino la implementación. Armamos un equipo de gente para trabajar en cada sucursal. Generalmente iba yo primero, daba una charla, y asignábamos un fulano por lo menos durante 30 días, para que ayudara a los cajeros. Hay un pensamiento que me viene de un cartel que había escrito Miró en NCR: “La venta es una promesa, la instalación es su cumplimiento”.

HH: Este proyecto Banco Provincia ¿fue uno de los mayores éxitos de tu carrera profesional?

AR: No uno de los mayores. Para mí, como en el deporte, cada partido es un éxito. Prefiero llamarlo un logro, un achievement.

HH: El de Pirelli, por ejemplo, ¿no fue un achievement importante?

AR: Fue un achievement importante relacionado con Tomassino. Pero la historia de cómo le vendimos a FATE, por ejemplo, y muchas otras, también fueron achievements importantes.

HH: ¿Mejoraste económicamente en ese período de C y T?

AR: Empezamos a crecer, pero mayormente invertíamos en ese período para seguir creciendo. Falta la segunda parte.

HH: Vayamos a la segunda parte.

AR: El Banco Provincia, a raíz de que esto funcionó, lanzó una nueva licitación por otras ¡110 sucursales!

Otra vez nos juntamos para hacer la UTE pero IBM puso ciertas condiciones que no eran aceptables, tanto para Proceda como para nosotros. Buscamos otro proveedor, concretamente Burroughs, pero cuando analizamos los equipos del proveedor, resultó que no daban los 3 segundos. Había que cambiar el sistema operativo.
-No, el sistema operativo no se toca- nos dijeron de los HQ de Burroughs en Atlanta. 

Al final conseguimos que nos recibieran. Viajamos un  grupo de gente de nuestra empresa y de Burroughs Argentina –incluyendo a Simón, capo de sistemas. 

Nos atendieron unos hindúes, que tenían la característica de que ser sumisos con quienes los mandan y soberbios frente a los que ellos creían inferiores. Cada cosa era un problema, además del mal inglés latino e hindú. 

Conseguimos convencerlos y el grupo se quedó un mes trabajando. Volvimos y nos pusimos a trabajar en la licitación. 

Todo iba bien encaminado, hasta que en 1987 Cafiero gana la Gobernación y la gestión Armendáriz gobernador, Aldo Ferrer presidente del Banco Provincia se interrumpe. Eduardo Amadeo reemplaza a Ferrer, IBM hace lobby, se anula la licitación y se anula todo el Plan de Sistemas diseñado. 

Lo que teníamos todo invertido y apostado quedaba en el aire. Había que reconstruir C y T bajo otras condiciones. Al Loly se le ocurren nuevas ideas, por ejemplo radares en los barcos que están pescando.

HH: ¿Se va Loly?

AR: No, el que se va soy yo, vendo mi parte. Otra vez vuelvo a la calle y a empezar de nuevo. Otra vez la consultoría “independiente”. Trabajos que me van llegando.

HH: ¿Sumaban los trabajos o eran escasos?

AR: Eran escasos. No era una época de buen pasar, desde el punto de vista económico.

Hasta que en los 90 me contratan en Ciccone Cartográfica. Con Luis Felgueras, el que era de IBM. Él era mi gerente.

En esa época Ciccone estaba diversificado en varios negocios diferentes. Algunos innovadores como la “Raspadita”, o los números magnéticos de los cheques, o había conseguido ser el que procesaba el PRODE… Muchos negocios.

Uno de los negocios que les surge fue la representación de los cajeros automáticos Diebold. Que eran muy buenos.

HH: Sí. Recuerdo que competían muy bien con los cajeros NCR, justamente.

AR: Claro. En muchos lugares del mundo se vendían más que los NCR. Es más, el primer cajero que se instaló en la Argentina, lo instaló IBM en el Banco Alas, era un Diebold. IBM le puso la carcasa.

Dentro de la estructura de Ciccone no había una estructura como para vender Diebold, estaban armados para otra cosa, papelería, impresión, etc. 

Luis se amoldó mejor que yo. A mí me costaba insertarme, ponerme la camiseta. Finalmente me fui. Fueron tres años.

HH: ¿¡Tres años!?

AR: Tres años sin logros. Las Diebold no se vendieron nada. NCR dominaba el mercado de Bancos. Ciccone no tenía chapa en ese mercado.


HH: Antes de continuar con tu historia: ¿fuiste profesor de la UTN? Contame eso.

AR: En la década del 90, charlando con Tomassino, que era el Director de Sistemas de la UTN, y con Horacio Viña, que era profesor, el primero me dice: 

-Por que no nos venís a dar una mano en Sistemas. 

Me hizo nombrar Profesor Adjunto de Viña, en Sistemas de Información IV. Fui Adjunto durante 4/5 años.

HH: Volvamos a tus trabajos. ¿Qué pasó luego de Diebold?

AR: Por un contacto político voy a parar al Concejo Deliberante, como un Analista del área de Sistemas. La verdad, más de treinta personas, mucho no se hacía. Entré por un amigo del gerente de Sistemas, Horacio Viñas, quien me avaló. 

Con cada cambio de gobierno se van concejales y los asociados a ellos. Por el 95/96 primero paso a disponibilidad, después me voy.

Me contacto con Loly, había desarrollado un software para las escuelas rurales de la provincia de Buenos Aires. Muy completo y muy bueno, que cubría todos los contenidos de la CBG.

Fui contratado para implementarlo en decenas de escuelas rurales. La gran mayoría en el medio del campo, algunas hasta había que darles generación de electricidad. Loly me contrata para capacitar a las maestras y luego implementar. 

Fueron dos años que caminé la provincia de Buenos Aires, yendo a ciudades que en mi vida había ido. Pasaba el día con ellos, comía allí, una experiencia linda desde todo punto de vista. 

Este tema fue de presentación para una reunión de la OEA o de la Unesco. Fueron a presentarla una maestra y cinco alumnos. Yo me tomé el trabajo de prepararlas. 

Tengo como recuerdo cartas de chicos y de padres que me han escrito o agradecido.

En 1999 Loly consigue la representación de la Cisco Network
Academy. Una academia que enseñaba redes, en 4 niveles. El tema es que había que formar los instructores.

-Vas a tener que ser vos -me dijo Loly.

HH: Estuve tres semanas en Daytona, en Florida, a 300 km de Miami. Volví y armé los primeros cursos para poder otorgar franquicias. 

La academia central era la Fundación Proydesa, de Loly, que tenía varias franquicias, Colegio de La Inmaculada en Humahuaca, colegio Polvorín en Córdoba, Universidad de La Plata, etc. 

El negocio funcionó bien, redondo. Se entrenaba a los instructores de cada lugar y luego se revisaba el avance. En el año 2000 no nos pusimos de acuerdo con Loly sobre mis condiciones y me voy. Otra vez a empezar de cero.

HH: Loly se peleó con Cassino, ¿también con vos?

AR: Loly era un tipo muy especial. En el proyecto Banco Provincia tuvimos a un maestro, un real maestro, que nos ayudó muchísimo, que se llamaba el Tano Leandro Guerrini.

HH: ¿Guerrini no era un hombre de Bull?

AR: Estuvo en Bull mucho tiempo. Loly lo llamó para que nos ayudara a diseñar las estrategias y todo lo demás. Con el Tano yo me llevaba de maravilla. Hasta que Loly se peleó con él. 

No era un tipo fácil. Brillante en sus ideas, muy audaz en todo lo que intentaba, pero difícil.

Me voy. Lo voy a ver a Tomassino. En ese momento pergeñando la CACE.

-¿Por qué no me das una mano en esto?

Trabajo todo el 2001 armándola de cero, consiguiendo los primeros socios, organizando los primeros eventos. 

Tomassino era el presidente. Ratto, Maglione y otros formaban parte del grupo. Yo era el gerente general. Todo ese tiempo era sin cobrar, inversión pura. A fin de año vi que no cerraban los números, no tenía mucho sentido seguir.

HH: ¿Fue ad-honorem?

AR: No, cobré los honorarios por lo realizado. Aunque bastante después.

Cuando termina eso uno de los que había contactado para que fuera socio, que tenía una empresa llamada Certificado Digital, con un desarrollo sobre firma digital que me impactó, me invitó a trabajar con ellos. Primero ad-honorem, después más firme. 

Un tiempo después los dueños empezaron a darse cuenta de que no tenía demasiado futuro la empresa. Llegué a un acuerdo, me quedé en la empresa sin cobrar, haciendo mis cosas. 

Hasta el 10 de mayo de 2016, que tuve un incidente del corazón. Me desmayé por síndrome de baja frecuencia. Me internaron de urgencia, me pusieron un marcapasos. 

HH: ¿Vos no sabías que tenías problemas cardíacos? ¿No te hacías chequeos regulares?

AR: Sí, todos los años, pero no habían detectado nada que tuviera que ver con esto. Ahora me lo sigue un cardiólogo.

HH: ¿Fue el momento de tu retiro de la vida profesional? 

AR: Prácticamente sí, aunque mis problemas de la vista habían comenzado en 2010. 

Arturo e Inés, foto de Facebook

Continúa en Parte 5


[1] Víctor Savanti era el Presidente de IBM entonces.

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