En
mi infancia, en los primeros grados de primaria, era el seudónimo del autor de
un libro cuyo nombre no recuerdo, consistente en una recopilación de errores (y
horrores) gramaticales, aparecidos en diarios y revistas. En cada caso incluía
la discusión del uso correcto de la regla violada. Tradición que mantuvo LA
NACION cada lunes, con el desaparecido “Diálogo con los Lectores” y actualmente
con Graciela Melgarejo difundiendo los consejos de Fundeu en
su “Línea Directa”.Con los años de profesión mi mirada se amplió a detectar
también errores conceptuales y técnicos.
La
segunda acepción es la más tradicional, la del hombre que bucea, recorre y,
súbita y repentinamente, encuentra un perla digna de admirar.
Lo
que sigue no es un recuerdo del pasado, sino de hace varios días, y de cómo
empecé con el primero y me convertí en el segundo.
Todo
comenzó en el programa radial de Lanata, que oigo (más que escucho) esporádicamente. Los días miércoles lo
acompaña un joven que yo califico de “tecnólogo de internet y celulares” que
comenta nuevas aplicaciones, sitios, etc. Dos o tres semanas atrás anunció que
USA estaba construyendo un supercomputador de 1000 petaflops; mi interés se agudizó…
comencé a escuchar, Lanata le preguntó qué medida era esa, si siempre hablamos
de Megabytes… el joven no pudo responder, apagué la radio y me fui.
Un
par de días después me sumergí en Internet para buscar alguna referencia. Los
primeros puestos de la lista de los 500 supercomputadores tenían velocidades
del orden de decenas de petaflops. Un salto de esa magnitud sonaba raro.
Finalmente la noticia era que el presidente Obama había firmado una “iniciativa
para comenzar a estudiar tecnologías que permitan construir un exacomputer”
(exa = 1000 peta). Enigma resuelto, pero…
Navegar
en Internet no es gratuito, una artículo de divulgación sobre la decadencia del universo, consistente en un esfuerzo conjunto para combinar fotografías de
galaxias en distintas longitudes de onda y calcular la curva de emisión, para
calcular el aumento de entropía, por un lado; un artículo sobre las primeras
pruebas de “flip-flops” cuánticos, si se divulga que están probando conjuntos
de 4 bits, el desarrollo debe ser de un orden mayor , por otro. Había pasado un
par de horas sumergido en la web cuando un “brillo” atrajo mi atención, en
alguno de esos listados de temas afines había aparecido un título “Thelastquestion”.
Yo lo conocía.
“La
última pregunta” es un cuento de Isaac Asimov, que apareció en
ScienceFictionQuarterly en Noviembre de 1956 y que trata este conjunto de
temas.
Como
me siguió pareciendo tan bueno como cuando lo leí por primera vez, quise
compartirlo con ustedes.
Lo encuentran en: http://www.physics.princeton.edu/ph115/LQ.pdf
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