En
1967, en Rosario, el Representante de Ventas que atendía los Grandes
Clientes era Néstor Ruiz Díaz. Venía de
Buenos Aires y pertenecía a la generación de profesionales que se habían
incorporado a principios de los 60’s. SOMISA era su Cliente y él era el hombre
justo en el momento justo. Creía firmemente en las aplicaciones que trascendían
las aplicaciones administrativas de
rigor, y se encontró con un cliente en esa sintonía. Organizó un viaje a Europa
con el cliente para visitar las instalaciones más avanzadas de aquel entonces.
Poco
tiempo después SOMISA contrata un sistema de control de producción 7 x 24
basado en dos 360 40 con todo duplicado: discos, controladores etc. Todo se
actualizaba simultáneamente, ya que de fallar una unidad el diseño era hacer el
switch manual a la máquina alternativa. Además de este “detalle manual” no
existía ningún software de administración de Base de Datos ni de Redes de
Telecomunicaciones, ni de Administración de sistemas duplicados.
Había
que desarrollarlo todo en Assembler, y resolver problemas como, por ejemplo, el
del deadlock que se producía al actualizar archivos, cuando desde dos
terminales se intentaba actualizar el
mismo registro en forma simultánea. Las terminales estaban instaladas a lo
largo de la línea de producción desde el primer tren laminador hasta el último
incluyendo la estación de recocido, la línea de decapado y el despacho de la
bobina, el riel o la palanquilla (hoy le llamaríamos a esto trazabilidad del
producto). La aplicación era una réplica, mejorada y modernizada, de una que
habían visto Néstor y el cliente en España.
Luis
Di Masi decide que él tiene el candidato para dirigir el proyecto, un ingeniero
cordobés con escasos dos años en IBM. Y a pesar de haber interesados con más
experiencia y credenciales en Buenos Aires, Luis dijo: “esta vez le toca al
Interior”. Convenció a toda la línea y me lo ofreció.
Era
una de esas oportunidades que se dan pocas veces en la vida, ¡Era Jugar en las
Ligas Mayores! Lo hablamos con mi mujer, y a mis 26 años, con ella y nuestros
hijos de 3 y 1,5 años, nos lanzamos a esta
aventura, que resultó ser sólo el comienzo de otra más larga y más
grande. Nos mudamos primero a Rosario por
unos pocos meses, y luego a San Nicolás.
IBM
me organizó un viaje a Europa para que visitara las instalaciones que el
cliente había tomado como referencia, por representar mejor lo que quería
replicar localmente. Esto me permitió contactarme no solamente con los
responsables de IBM que habían instalado los equipos sino también con los del
Cliente y tener una visión, desde ambas perspectivas, de los problemas y
desafíos de una instalación de esa envergadura y complejidad.
El
viaje comenzó por Gijón, España, donde estaba ENSIDESA, que era la aplicación a
replicar y mejorar. Luego a Düsseldorf, donde estaba el centro de IBM para
Aplicaciones Siderúrgicas, donde me informan algunas de las aplicaciones
informáticas más avanzadas de ese entonces en la industria. Visito ARBED en
Luxemburgo, donde usaban la computadora para Control de Procesos, y la empresa
SIDMAR en Gantes, Bélgica, que era otra instalación de referencia para el
cliente. Todas son hoy, según entiendo, parte del grupo Acelor Mittal.
Esto
fue otra lección que recibí en aquellos años: no sólo era necesario conocer el
hardware y el software para enfrentar instalaciones realmente complejas, y
SOMISA lo era, sino que también era importante conocer la Industria para poder
diseñar aplicaciones que expandían el uso de la informática.
Por
ese entonces ya habían ingresado ingenieros locales en la Sucursal Rosario y
según recuerdo Enrique Fernández Ivern (alias EFI) se incorpora al equipo y
queda a cargo cuando me voy.
En
junio de 1969, un trabajo sobre este desarrollo fue elegido para que lo
presentara en el Simposio de Ingeniería de Sistemas de Latinoamérica y el
Caribe en Ciudad de México, con el título: “Un Sistema de Control de Producción
en Tiempo Real”. Hernán Huergo y Jorge Reiter presentan un trabajo sobre la propuesta e
instalación del Hospital Escuela. Héctor Amato, Osvaldo García Ayala y
Guillermo Gerardi presentan un trabajo sobre el proyecto de un Sistema
Integrado (investigación, educación y administración) para la UNLP. Al Simposio
concurrieron más de doscientos participantes de diecisiete países.
En
noviembre de 1969 el gobierno organiza las Jornadas SCD (Sistemas de
Computación de Datos), y los Ingenieros de Sistemas de IBM presentamos 11
trabajos. Tanto los disertantes como los temas elegidos para presentar muestran
la filosofía con la que éramos dirigidos en aquel entonces los Ingenieros de
Sistemas en IBM Argentina.
Dos
de los presentadores tenían en IBM menos de 9 años, Pablo Koval y Pepe González
Corral; dos, Daniel Viñoli y yo, teníamos menos de 4; y los restantes menos de
3. Pepe, que yo recuerde, era el único gerente.
En
cuanto a los temas, eran desarrollos recientes como Multiprocesamiento y Time
Sharing, o bien herramientas conocidas o aplicaciones específicas también
conocidas pero poco difundidas.
Esta
es la lista de los 11 disertantes y los temas:
Héctor
J. Amato: Entrada Remota de
Trabajos: Medios y Objetivos
Hugo M. Castro: Lenguaje de Simulación GPSS
Osvaldo García Ayala: Time Sharing - Conceptos y Antecedentes en la Argentina
José M. González Corral: PICS: Sistema de Información y Control de Producción
Hernán A. Huergo: Sistemas de Administración para Hospitales (Hospital Escuela)
Pablo A. Koval: Programación Lineal (MPS/360 y LPS/360)
Miguel Ángel López: Un Sistema de Acceso Remoto a Archivos para facilitar Consultas
Juan Carlos Masjoan: Un Programa para la Simulación de Proceso Continuos (CSMP)
Jorge Luis Mendivelzúa: Generador de Lenguajes Orientados al Problema
Alberto F. Orcoyen: Multiprocesamiento - Tendencia Actual en Sistemas Confiables
Daniel Viñoli: Técnicas de Reconocimiento Óptico de Caracteres
Hugo M. Castro: Lenguaje de Simulación GPSS
Osvaldo García Ayala: Time Sharing - Conceptos y Antecedentes en la Argentina
José M. González Corral: PICS: Sistema de Información y Control de Producción
Hernán A. Huergo: Sistemas de Administración para Hospitales (Hospital Escuela)
Pablo A. Koval: Programación Lineal (MPS/360 y LPS/360)
Miguel Ángel López: Un Sistema de Acceso Remoto a Archivos para facilitar Consultas
Juan Carlos Masjoan: Un Programa para la Simulación de Proceso Continuos (CSMP)
Jorge Luis Mendivelzúa: Generador de Lenguajes Orientados al Problema
Alberto F. Orcoyen: Multiprocesamiento - Tendencia Actual en Sistemas Confiables
Daniel Viñoli: Técnicas de Reconocimiento Óptico de Caracteres
En
enero de 1970 IBM se reorganiza. Se redefinen las sucursales con una clara
orientación por Industrias. En el lenguaje de IBM no solo la Fabricación era
una industria, el Gobierno, la Educación, los Servicios, etc. también lo eran [*].
Entre
otras se crea la Sucursal Manufactura y Procesos, con Norberto Lopardo como
Gerente de Sucursal y a mí, con escasos 4 años en IBM, me ofrecen venir a
Buenos Aires como Gerente de Ingeniería
de Sistemas de la Sucursal. Acepto en el acto, la posibilidad de
continuar mi carrera en Buenos Aires ya lo habíamos analizado en familia, pero
venir como Gerente en una de las Sucursales más
importantes era soñado.
Una
palabra sobre Lopardo. Era un gerente que se apoyaba más de lo usual en los
Ingenieros de Sistemas, no sólo como técnicos en hardware y software, sino
también como conocedores de la Industria. Creo que traerme a Buenos Aires fue
una decisión de Luis, pero que recalara en la sucursal fue lobby de Norberto:
Propulsora se estaba instalando en Ensenada y Acindar se atendía desde Buenos
Aires.
En
la Sucursal Mercado Científico y Universidades, Hernán Huergo, con escasos tres
años en IBM, es nombrado Gerente de Ingeniería de Sistemas y Quique Chierasco
como Gerente de Sucursal.
Esto
era lo mágico de aquellos años: ingresabas, te hacían estudiar; si veían que
podías, al poco tiempo te daban un trabajo de responsabilidad; si andabas bien
te daban una instalación compleja (SOMISA, Hospital Escuela); te exponían ante
grandes auditorios de gente con más años que vos en la industria en Simposios y
Jornadas. Y si pasabas bien todas estas pruebas te nombraban Gerente, para que
hicieras ese trabajo con las nuevas generaciones, que en realidad tenían casi
tu misma edad.
Y
todo esto en una industria, la informática, cuyo horizonte se expandía
vertiginosamente no sólo en materia de equipos, velocidades y capacidades, sino
también en lenguajes y aplicaciones.
Mucho después, habiendo pasado por otras
experiencias y tratando de pensar en qué significó cada una de ellas en mi
vida, fue que pensé que la mejor manera de expresar lo que sentí en aquellos
años mágicos y otros que le siguieron fue decir: “Aquello era Camelot”.
_________________________________________________________________________
[*]
En ese mismo año de 1970 muchos de nosotros fuimos premiados con un Study Tour
en los Centros Europeos de Industria, que tenían que ver con las aplicaciones,
y en los Laboratorios de Desarrollo, que tenían que ver con el hardware. Y fue
en uno de estos últimos en el Laboratorio de La Gaude en los Alpes Marítimos en Francia, donde tenemos el
primer atisbo del futuro, cuando nos muestran
un prototipo de PABX inteligente basado en una /360-40 modificada. Ya
estaba comenzando la convergencia de informática y telecomunicaciones, aunque
personalmente sus verdaderos alcances no los entendería hasta marzo de 1974,
pero esa será otra historia.
Conrado Estol dijo...
Muy interesante la historia de Juan Carlos M. (como todas las que tiene y que a veces nos cuenta a algunos favorecidos por su paciencia).
Casi me cayó una lagrima cuando al comienzo nos habla del problema del "deadlock", porque me hizo acordar de lo que era un serio problema en ese entonces y que era también conocido como "deadly embrace" (en un curso de Price Waterhouse al que asistí en Ashridge, UK,- creo que en el siglo XVIII - los instructores británicos sólo se referían así al deadlock, seguramente porque la figura es más Shakesperiana).
Conrado Estol
Casi me cayó una lagrima cuando al comienzo nos habla del problema del "deadlock", porque me hizo acordar de lo que era un serio problema en ese entonces y que era también conocido como "deadly embrace" (en un curso de Price Waterhouse al que asistí en Ashridge, UK,- creo que en el siglo XVIII - los instructores británicos sólo se referían así al deadlock, seguramente porque la figura es más Shakesperiana).
Conrado Estol