Estuve 13 años en IBM y la
sigo amando por todo lo que me dio. Creo además que tuve la suerte de vivir los
mejores años de la Big Blue. Comencé casi cuando arrancaba en la Argentina la
/360, 1967, y me fui en 1980, cuando terminaba una década extraordinaria. Fue
curioso vivir el desglose de IBM en dos divisiones, DP que vendía los
mainframes, y la otra, GS o sea Sistemas Generales, que vendía los nuevos
equipos, menos caros pero cada vez más poderosos. Y muchas veces encontrar que
en un mismo cliente había dos ofertas IBM. Y después comenzaron a aparecer los
plug compatibles. El mundo en un momento estaba muy ibemeizado.
Yo creo que un problema
paradójico para IBM era la gran rentabilidad que generaban los mainframes. Los
equipos más nuevos, más modernos, más económicos, estaban ya listos para salir
al mercado. Pero a veces se demoraban los anuncios, se los retaceaba, porque
cualquier anuncio demasiado anticipado e insuficientemente estudiado podía
producir una catástrofe en los revenues de la empresa a nivel mundial, por
cierta dependencia de la empresa en ese ingreso proveniente de los alquileres
de los mainframes. Algo que en laboratorios se tenía listo para salir al
mercado, con el nombre de Future Systems, demoró años en ver la luz, era el
Sistema /38. Era inevitable liberarlo para el mercado. Lo mismo que ya comenté
que pasó con la PC. El anuncio de IBM en 1981 fue una decisión impostergable. En
mi opinión, esos dos hechos, el sistema /38 y especialmente la PC, marcan el
arranque de una nueva época, una IBM más vulnerable y no tan dorada. No la que
me tocó vivir a mí.
SDI, mi nueva empresa, fue
para mí una aventura maravillosa, que duró menos de tres años. Fue como un
cometa que pasó a mi lado en el momento justo, para empezar un nuevo rumbo. El
cometa Halley nos visita una vez cada 76 años (Wikipedia dixit). Mi cometa me visitó en 1980 y me subí a él.
El cliente que más recuerdo |
Tuvo algunos pocos proyectos en el sector privado |
Empezó el downsizing de mi
criatura. Y llegó el momento de tomar la decisión de seguir o no, algo así como
empezar de nuevo. Lo conversé con mis socios, y en diciembre de 1982 SDI terminó los proyectos en
curso y decidí buscar nuevos horizontes.
Para mi inmensa fortuna,
en 1983 aparecería en mi vida un nuevo cometa, el último y definitivo. Se
llamaba Price Waterhouse.
Interesante... y doloroso....cerrar una empresa siempre es doloroso.... espero ansioso el siguiente capítulo.
ResponderEliminarAbrazo Hernán
Pepe Fernández Pernas me escribió:
ResponderEliminarCenso 80!
Que censo!
Que recuerdos!
Que proyecto!
Que grupo humano!
Que consultores!
Gracias, Pepe!
EliminarRecuerdos imborrables!