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2016.10.20: Alberto Solanas: Anécdota en Pirelli, hace 50 años: ¡el 19.108!


Yo ingresé a Industrias Pirelli en el mes de Marzo de 1965. 

En Diciembre del 65 el Dr. Quarleri, Jefe de Contaduría, había adquirido todas las series del número 19.108 de la Lotería Nacional para repartirlas entre los empleados de Contaduría y los del Centro Mecanográfico (que era donde operaban las máquinas de Registro Unitario y a donde había ingresado nuestro Bedel Carlos Tomassino como programador NCR 315).

Ese año en particular, Luis Vacca, el Jefe del Centro Mecanográfico, estaba “de pica” con Quarleri. Así, alegando que no le gustó el número elegido, compró los billetes necesarios para repartirlo con su gente.

En Contaduría, con mucho fastidio, tuvieron que repartir los billetes sobrantes, incluso, asignando mayores proporciones “de prepo”.

¿Que número salió en la Navidad de 1964? ¡El 19.108!
(Si no hubiera sido así, no hubiera existido esta historia).


En Contaduría, la algarabía que provocó el haber ganado “la grande” y con el beneficio de tener una participación mayor que la original, provocó acontecimientos indescriptibles. Entre estos, la renuncia de varios empleados que decidieron encarar otros desafíos o, simplemente, para vivir sin trabajar.

En Marzo de 1965, el vaciamiento de personal, favoreció que yo ingresara a Pirelli al área de Costos Industriales.

Con Carlos Tomassino nos conocíamos desde 1958 por haber hecho, ambos, el ingreso a la Facultad de Ingeniería y éramos buenos amigos.

Él intercedió ante Vacca y logró que me dieran el pase al Centro Mecanográfico.

En ese momento el clima del Centro Mecanográfico era extraño. Había mucho resentimiento por parte de los operadores y las perfoverificadoras ya que no le perdonaban a Vacca lo de Navidad. Todos sostenían que debió haber consultado antes de “mandarse por sí”.

La oficina de Vacca estaba, pared de por medio, al lado de la oficina donde trabajabamos los programadores. Esa pared era delgada y hasta permitía escuchar las discusiones entre Vacca y otros. En la mitad de esa pared estaban los enchufes de ambas oficinas.

Loponto, Marchello y Regina, tres operadores que venían del equipo de Registro Unitario, me convencieron para que los ayudara a hacer una prueba de la resistencia de las cajas que almacenaban las resmas de papel con 500 originales y dos copias con carbónicos intercalados delante de cada copia.

Me pidieron que me parara arriba de mi escritorio y, ante una orden de ellos, debía tirar la pesada resma al piso.

No obstante no entender el sentido de la prueba, accedí ya que, recién ingresado, procuraba ser aceptado por el grupo de los viejos operadores.

Entiendo que Carlos tenía un sentimiento similar al mío. A él lo convencieron para que bajara la llave de paso de la luz de las oficinas. Como la llave estaba en el pasillo, Regina le iba a avisar el momento de la maniobra.

Yo, parado arriba del escritorio vi que Marchello había tomado con sus dos manos un matafuegos.

Y sucedió así:

Loponto me dio la órden y yo tire la resma con todas mis fuerzas. Pareció una bomba. Regina le dio la orden a Carlos quien apago todas las luces. Marchello abrió el matafuegos en la zona de enchufes que, previamente, habían sido desmontados y quedaba un agujero que daba a la oficina de Vacca.

Cuando escuché el alarido de Vacca tomé noción de todo el operativo.
Lo único que debo aclarar es que Vacca no murió por el síncope.

La venganza quedó consumada y todo el equipo logró la armonía.  


Alberto Solanas

1 comentario:

  1. Doy fe de todo lo dicho por Solanas (a quien los amigos llamamos Coco), aunque para la fidelidad perfecta de la nota debe decirse que el 19.108 salió en diciembre de 1965 (y no de 1964),y que Coco accedió al Centro Mecanográfico en marzo de 1965, justamente el año que se instaló el NCR 315/100 con dos CRAM (en lugar de cintas magnéticas). Ese equipo había sido vendido por Arturo Regueiro, según dicen las lenguas (ni malas ni buenas, él alguna vez contará cómo le ganó a IBM y a Bull), e instalado en la calle 25 de Mayo a pocos metros de Corrientes.
    La instalación había arrancado en mayo, pero parecía que el equipo había llegado con una pequeña falla y recién se inauguró en julio. La falla había finalmente quedado centrada en el ciclado de los conversores de 110 a 220V. un drama que atrasó casi dos meses y obligó a que viniese expresamente un técnico de EE.UU. pensando que era el equipo...
    Hablando de la instalación, se había decidido que la computadora se instalase sobre la vidriera de ese edificio, para que la gente viese una computadora en funcionamiento.
    (Ya IBM lo había hecho varios años antes en su local de Diagonal Norte, pero era la primera vez que lo haría una empresa no del rubro). A los programadores nos vistieron entonces con delantal blanco y la gente se amontonaba en la calle para vernos.
    A propósito, me gustaría que Coco contase acá cuántas minas se levantó en ese período, ya que aún sigo envidioso porque la verdad, siempre me ganó por goleada ( y que generó - para que los dinos sepan - a que este bedel desarrollase esa habilidad del verseado para aplicarla, porque, claro, a pinta, Coco siempre me pasaba el trapo...)
    De todas formas esto de la vidriera abierta no funcionó mucho tiempo, ya que en la semana anterior a la inauguración, Juan Carlos Onganía había derrocado al Presidente Arturo Illia, y a partir de ello, cada vez con más frecuencia ocurrían manifestaciones por Corrientes que se dirigían a la cas de Gobierno, y en Alem los paraba la policía con agua...entonces ´los muchachos´ la emprendían a piedrazo limpio (como ahora, bah!) contra lo que viniese, así que continuamente se empezó a bajar la cortina, hasta que en inmediaciones del Cordobazo, ya por el 68, no se abrió más.
    Pero hay algo curioso de mi vida que he señalado en algunas historias, pero nunca acá.
    Helo aquí. Los hechos narrados por Coco fueron en un local, casi depósito, que tenía Pirelli sobre la calle LAVALLE 333, pero como comenté más arriba, rápidamente nos mudamos a 25 DE MAYO 444.
    Pasados cinco años, a fin del 71, cumplido el ciclo me fui de Pirelli y pasé como analista de Sistemas a trabajar en la Obra Social Iose, en PASO 555.
    No estuve mucho tiempo: en 1973, semanas antes de la asunción de Cámpora, entré como Jefe del Departamento Sistemas al Registro Nacional de las Personas en CANGALLO (hoy PERON) 666. Por entonces me había licenciado y ya tenía banca en la UTN de Medrano.
    Al ingresar, pensé que con esta secuencia mi destino sería de acomodador en el cine Ambassador (LAVALLE 777) o similar... pero no. Me fui del RENAPER en 1976 a Siemens como Gerente de Sistemas en Diagonal Sur. Y allí por fin, rompí el maleficio...
    Aunque pudo haber seguido... Ya que alguna vez, años después y ya de socio con Jorge Cassino, fui a ver para alquilar un piso en la recién construida torre de SUIPACHA 1111 donde estaba Olivetti (y también después, el recordado Antonio Millé) pero mi socio prefirió alquilar el palacio de la calle URIBURU al 1200, que muchos conocieron y que fue digno de admiración por sus comodidades. Pero me parece que ya conté aquí esa historia...

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