Autor del Blog: HERNÁN HUERGO

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25/05/2018: Eduardo Vila Echagüe: El edificio inteligente

[Capítulo 27 de La Informática y yo]

El edificio inteligente

Edificio IBM en Providencia 655
Nos trasladamos al nuevo edificio algunas semanas antes de la inauguración. Era una torre de 8 pisos, con el Centro de Computos en el primero, el casino (comedor) en el segundo, la Gerencia General en el último y los demás pisos todos iguales. En las ventanas estaban las oficinas gerenciales. En el centro, alrededor de la caja de ascensores y escaleras, estaban las salas de reunión y los baños, dos para los varones, sólo uno para las mujeres, se ve que eran otros tiempos. En el medio estaban los cubículos del perraje (forma despectiva de llamar a los no gerentes), salvo unos pocos privilegiados como yo que teníamos uno con ventana. Las plantas eran tan simétricas que alguna mañana de neblina amanecí del otro lado del edificio preguntándome qué había pasado con mis cosas.

Por fin teníamos cubículos individuales con un mueble propio con lugar hasta para colgar la chaqueta (saco). En cada uno teníamos un conector para el teléfono y otro para el coaxial de la terminal. No pregunten si había punto de red porque eso aún no se usaba, al menos en IBM. Nos dijeron que se trataba de un edificio inteligente. ¿En que consistía la inteligencia? Fuera de estar cableado, hasta donde recuerdo todo lo que había era control de acceso en las puertas de cada piso. Del lado en que pegaba el sol la temperatura subía, especialmente en las oficinas de los gerentes. Podías llamar a alguien de servicios generales para que te aumentara el flujo de aire, lo que hacían metiéndose en el entretecho. Pero como el sol tenía (y tiene) la mala costumbre de salir por un lado y ponerse por el otro, al día siguiente amanecías congelado.

Por ese motivo las puertas de las oficinas permanecían abiertas (nada que ver con nuestra política IBM de 'Puertas Abiertas'). Nuestro gerente era de los que prefería llamarnos a viva voz, sin usar el teléfono. Si te llamaba por el nombre, la cosa iba bien, pero si por el apellido, seguro que te ligabas un reto (¿sucede algo parecido en nuestros hogares?). Aunque era excelente persona, tenía un trato más bien áspero. Recuerdo una reunión con su grupo, en que se lamentaba de que en la encuesta de opinión su persona no había sido tan bien evaluada. Uno de nosotros hizo uso de nuestro política de 'Hable Francamente' y le comentó: — Perdóname, pero es que tienes un gesto algo 'ríspido'. — Apenas salimos corrimos todos al diccionario. También era un fumador empedernido, lo que pronto descubriríamos que era un factor a nuestro favor. Como en las salas de reunión estaba prohibido fumar, durante la primera parte de la reunión nos daba duro, pero a medida que pasaban los minutos se iba poniendo nervioso y en el segundo tiempo ganábamos por goleada, aceptándonos todo con tal de poder salir a prender un cigarrillo.

El 'miguelote' frente a la entrada
El nuevo edificio también tenía pretensiones culturales. En todas las salas había cuadros de artistas chilenos contemporáneos. Frente a la entrada le habían encargado a un escultor una obra seguramente alusiva a nuestra industria informática. El resultado fue el objeto que aparece en la foto adjunta, tal vez inspirado en el asterisco que usamos tan a menudo en nuestra profesión. Algunos lo llamábamos el 'miguelote' por su evidente parecido a los 'miguelitos' que se sembraban entonces en las calles durante las manifestaciones contra el gobierno. En fin, sobre gustos no hay nada escrito.

Terminada esta breve y parcial descripción del nuevo edificio, prosigamos con su inauguración. Se planificó hacerla en dos tardes consecutivas, la primera con los empleados y la segunda con los clientes y autoridades. ¿Recuerdan que en el capítulo anterior les conté que los visitantes extranjeros y sus familiares también querían ver el Halley? Decidieron que el safari astronómico se haría a continuación de la inauguración con los empleados. Después del cocktail de rigor, un enorme bus partiría hacia Portillo con los ilustres visitantes acompañados por los principales gerentes y, naturalmente, el experto. También irían las respectivas señoras aunque la mía prefirió borrarse para dejarme mayor libertad de acción.

Todo sucedió como estaba planeado. Hacia las 9 de la noche en forma más o menos subrepticia el Gerente de LAMA y su hijo, el de IBM Chile y varios de los que le reportaban más sus respectivas señoras junto con este humilde servidor nos escapamos hacia el bus. El Gerente de IBM Latinoamérica había cancelado su participación a último momento. La celebración de los empleados continuó a cargo del principal gerente que no fue de la partida.

El cocktail había estado bien regado en la parte líquida pero no tan consistente en la parte sólida. No se olviden que éste estaba destinado a los empleados, el de los clientes sería al día siguiente. Lo cierto es que como a la media hora de viaje nos empezó a dar un poco de hambre, pero no había motivos para preocuparse. La madre IBM había pensado en todo. En el bus habían puesto bandejitas con comida como las que se dan en los aviones. Pero cuando las íbamos a abrir nos percatamos de un detalle. ¡Faltaban los cubiertos! Pero que no cunda el pánico. Detrás nuestro venía el auto de Seguridad velando por nuestra integridad física. ¿O sería una ambulancia? Lo cierto es que nuestro encargado de seguridad a bordo inmediatamente se comunicó con dicho auto y lo instruyó para que volviera a Providencia 655, buscara el servicio faltante y luego nos alcanzara. Para que vean que IBM no hacía las cosas a medias, nuestro encargado de seguridad también tenía el valor agregado de ser de la patrulla de Socorro Andino, lo que hubiera sido de gran utilidad si alguno de los visitantes se aburriera del cometa e intentara esquiar a la luz de las estrellas.

A poco andar se hizo evidente en nuestros estómagos que el auto de seguridad no era un Fórmula 1, por lo que probablemente nos juntaríamos con los cubiertos recién llegando a Portillo. Se tomó la decisión de olvidarnos del protocolo y comer con la mano, en medio de un ambiente ya bastante
festivo. Recuerdo con claridad a la señora del Gerente de Administración y Finanzas repartiendo trozos de papel higiénico (del que había una buena provisión) para que pudiéramos limpiarnos los dedos. De paso esto sirvió para darle a los ilustres visitantes un ejemplo práctico de los problemas que teníamos en los países subdesarrollados.

Una vez satisfechos nuestros apetitos corporales, ahora llegaba el turno de los intelectuales, es decir la contemplación del famoso cometa. Creo que a esa altura yo era el único que se preocupaba del tema. A cada rato miraba por las ventanas del bus para ver cómo estaba el cielo. A poco de pasada la ciudad de Los Andes vi con horror que se estaba empezando a nublar. Me imaginé lo peor. ¡Qué bochorno si tenían que volver a su país sin haber visto nada! ¡Puro gasto inútil! ¡Qué mala imagen para Chile! En fin, en los momentos críticos se conocen los espíritus audaces. ¡Zafarrancho de combate! Inmediatamente di la orden de detener el bus en la berma (banquina). Bajé e instalé un telescopio portátil al lado del vehículo, apunté al cometa que aparecía entre los claros de las nubes y permití a los visitantes que echaran un vistazo al famoso visitante celeste. Una vez ejecutado el plan de contingencia, continuamos el ascenso.

Finalmente llegamos a Portillo, nos instalamos en la cabañas, que ahora eran mucho más de dos, y salimos a tomar frío mientras mirábamos el cielo. Pero el espectáculo no era el mismo que dos semanas antes. Afortunadamente estaba relativamente despejado, con sólo algunas nubes por aquí y por allá, pero había una luna creciente que iluminaba el cielo y dificultaba la visión de estrellas y nebulosas. Sin embargo lo peor era el cometa. ¡Ya no tenía cola! Sólo se veía una nubecita redonda y difusa, que en nada se distinguía de otros objetos de la misma apariencia que se ven en el cielo. En realidad, no es que no tuviera cola, sino que ésta estaba apuntando justamente en la dirección opuesta a la Tierra, por lo que quedaba oculta por la cabeza del cometa. Un verdadero fiasco para quien había viajado 10.000 km para ver el espectáculo más maravilloso de su vida.

Felizmente a esa altura de la noche era más importante para todos la aventura de haber subido a la Cordillera en medio de la noche que la apariencia del famoso cometa. También para mí, ya que fue una experiencia irrepetible. He visto muchos otros cometas, pero nunca más estaré en Portillo en medio de la oscuridad admirando el cielo. Conversamos y nos reímos un rato y finalmente nos fuimos a dormir, cada uno con su pareja y yo con mi telescopio.

Al día siguiente nos subimos al bus y regresamos a Santiago. Nuestro Gerente
El Halley en abril de 1986
General nos convidó a 
todos a almorzar al Sheraton San Cristóbal y después cada uno para su casa. Fue algo muy entretenido y supongo que lo que se gastó en dinero se ganó en camaradería. Más adelante verán si esto me ayudó en mi carrera. Por lo menos el Gerente de Personal pudo conservar su puesto.

Aquí termina la historia de la inauguración del nuevo edificio de IBM bajo los auspicios de un astro tan famoso como el Cometa Halley. Sólo me falta decir que me hubiera gustado escuchar al hijo del Gerente de LAMA de vuelta en EEUU contándole a sus amigos cómo había visto el cometa. Quizás en su relato la nubecita informe se convirtió en un astro espectacular cuya cola iba desde la Cordillera de los Andes hasta el Océano Pacífico. ¡Así de mágica es nuestra querida América Latina!





17/05/2018: Carlos Tomassino: El origen de la Informática - EPISODIO 2


Estos videos fueron producidos, dirigidos y conducidos por miembros del staff de la Fundación para el Desarrollo del ConocimientoFundesco, con la  colaboración de miembros de las siguientes instituciones:
Consejo Profesional en Ciencias Informáticas a.c., CPCI, 
Red METRO+, red de Directivos y Decanos de Carreras Informáticas del Área Metropolitana de la CABA, Argentina, 
Departamento de Ingeniería en Sistemas de la Facultad Regional Buenos Aires de la UTN.
Se han realizado en dos capítulos de 13 minutos para que en cada hora de clase  que se emita, pueda luego haber una discusión con alumnos sobre el tema. 

Se entregan gratuitamente a los colegios que lo soliciten a escuelas@fundesco.org.ar

14/05/2018: Carlos Tomassino: El origen de la Informática - EPISODIO 1


Estos videos fueron producidos, dirigidos y conducidos por miembros del staff de la Fundación para el Desarrollo del ConocimientoFundesco, con la  colaboración de miembros de las siguientes instituciones:
Consejo Profesional en Ciencias Informáticas a.c., CPCI, 
Red METRO+, red de Directivos y Decanos de Carreras Informáticas del Área Metropolitana de la CABA, Argentina, 
Departamento de Ingeniería en Sistemas de la Facultad Regional Buenos Aires de la UTN.
Se han realizado en dos capítulos de 13 minutos para que en cada hora de clase  que se emita, pueda luego haber una discusión con alumnos sobre el tema. 

Se entregan gratuitamente a los colegios que lo soliciten a escuelas@fundesco.org.ar

13/05/2018: Club Palermo 11/05/2018: Somos Dinos


Queridos Dinos y Dinas,

Ante todo les anuncio que mis años diamantes que cumplí el pasado 30 de abril significaron que hoy tenga, gracias hijos, una nueva maravilla galáctica, el Galaxy S8+. Ya lo verán en la calidad de las fotos que saca el nuevo bicho. 

Todo esto dicho sin querer provocar ninguna furia en los leales y fanáticos
seguidores del iPhone, que nos miran con lástima indisimulada a nosotros, pobres androides.

Ahora bien, los años no vienen en vano. Porque eso que siempre me dice Silvia, mi mujer, cuando salgo de casa, "No se te ocurra perder el celular en el taxi o en ningún lado", créase o no, aconteció el martes pasado, justamente un día antes de que yo estrenara el nuevo chiche. Para mí que mi noble Galaxy S4 se ofendió y decidió pasar a nuevas manos. Lo perdí el 8 de mayo a las 15:40 en un taxi.

Antes que me olvide, quiero aclarar que NO CREO EN LAS BRUJAS PERO QUE LAS HAY... LAS HAY. Y ya sé que en el futuro la frase de Silvia va a ser un poco diferente, con seis caracteres más: "¡¡¡No se te ocurra perder el celular en el taxi o en ningún lado!!!".

Así que cuando llegaba a la casa de Conrado para llevarlo y llegué un minuto antes de la hora acordada no tuve dudas: tomar el Galaxy S8+, hacer clic en Contactos, buscar Estol, etc. Pero el cuasi estreno no pudo ser peor, el aparato se empacó. Por favor suplico a los iPhone Fans que no sonrían

Ustedes saben, porque hemos sido en gran mayoría entrenados por Bill Gates, que cuando la computadora no funciona lo que hay que hacer, recurso burdo pero seguro, es apagarla y comenzar de nuevo. Fue por supuesto mi primera reacción, luego de luchar con deditos aplicados de a uno, de a varios, aquí y allá sobre el aparato que insistía en decir una frase tipo Samsung no network connection o parecida. ¡Agua!

Entrenado por mi amado Galaxy anterior que cada tanto me daba disgustos parecidos -no sonrían los iFans- decidí abrir el bicho y desconectar la batería. Yo ya manejaba rumbo al siguiente destino y le pedí la tarea a Conrado.
-Este celular no se puede abrir por ningún lado -me dijo Estol, luego de explorarlo.
Somos Dinos.

Cuando llegué a Rond Point y subió Juan Carlos Masjoan al auto, la lucha, los deditos y la resistencia del empacado continuaba. Imposible para los tres cortar el loop de la presunta maravilla. Ya los deditos de seis manos se sumaban. La insólita idea de estamparle un golpe no menor a mi bicho contra el volante apareció en mi cabeza.

Mientras tanto el tema que salió fue el de la conveniencia de hacerse análisis neurocognitivos. Pronto me di cuenta que el único virgen en el tema era yo.
-¿Para qué sirven? -pregunté. 
-Para saber si estás mejor o peor que el anterior -entendí como respuesta.
Somos Dinos. 
-Ah, bueno. Es posible que yo me haya hecho ese análisis que dicen, pero en tal caso lo olvidé -dije, con el sarcasmo que a veces se apodera de mí.
Llegamos al estacionamiento. Me bajé del auto y miré con furia al empacado: "Mierda, te necesito". Apliqué como once dedos en todos lados más los rayos rabiosos de mis dos ojos, que aclaro que el nuevo bicho conoce en forma unívoca. Cuando está en sus cabales, claro. Y de pronto se apagó solo y comenzó solo. Para mí que estas bestias vienen con ceremonia de iniciación para novatos.


La receta la encontré después, pero estoy seguro que en ningún momento aguanté siete segundos ninguna cosa. No creo en eso de las brujas, pero que las hay por todas partes, las hay.

Justo a tiempo. 

Allí van mis primeras fotos:


Éramos un poco pocos, apenas 20 almas, y lo digo en decimal. Quizás alguna polémica espantó a algunos, mea culpa, si es que recuerdo bien cómo pasaron las cosas. Lamento en serio el fallecimiento del cantinero Pepe amigo de Carlos T., un aliado invalorable de las aventuras de nuestra cofradía.

Pipi, por favor, no podés dejar de venir a estas fiestas de guardar. No sabés la cantidad de Dinos que perdemos cuando una de nuestras figuras estelares se baja del cartel. Sí, la tarjeta amarilla es para vos, por supuesto!!

Estuvo algo más frugal pero el placer fue el de siempre. Y hasta creo que conversé con todo el mundo, cosa imposible cuando somos más legión.


Parecía algo apartado y solitario y me acerqué a él. No recordaba haberlo visto en reuniones anteriores. 

-Creo que no te conozco, ¿quién sos? 
-Me llamo Andrés Magré. 
-Bueno, te saco la foto y te hago el reportaje.


Cuando me puse a investigar este grupo en el que canta Andrés Magré, fue una sorpresa llena de placer. El Coro Lagun Onak es una auténtica maravilla. 

Por ejemplo el Kyrie de Mozart que encuentran en 
https://www.youtube.com/watch?v=GRQgXhDLwz4
me dejó atónito, es algo fantástico.

Más fotos:


"A mí no me gusta mucho escribir", contaba Eduardo Basseterre, "pero a veces doy conferencias y las graban, y las convierten en artículos. Esta tarde, por ejemplo, voy a hablar de las maniobras Blietzkrieg que se realizaron en la Argentina en 1936. Es un tema del que nadie sabe nada y yo conseguí un montón de fotos únicas de las mismas". 

Me impresiona más y más nuestro  inminente nonagenario (se acerca el 24 de agosto). No sólo tiene la colección de soldaditos más importante de esta parte del mundo, sino que sabe un montón de historia, muy en especial de historia militar. Este término Blietzkrieg es la denominación alemana de "Guerra Relámpago". Lo notable del caso es que parece que el término recién alcanzó su fama en 1940, cuando los alemanes aplicaron esas nuevas técnicas en su arrollador avance en Francia. Bravo, Eduardo, esperamos el artículo.

El primero de los homenajeados del día fue nada más y nada menos que mi amigo y en un buen tiempo también gran mentor Conrado Estol. Gracias por pilotear mi celular para sacar el video, Master Jorge.





Tiranosaurio te llamó Tomassino,
Arcosaurio te calificó Masjoan,
yo te tildé como prehistórico.
Perdonanos, Conrado,
siempre fuiste sinónimo de futuro,
y lo seguirás siendo por mucho tiempo.
Fue notable para mí que no menos de tres Dinos debatieran si el dinosaurio más antiguo era el Tiranoasaurios Rex o bien el Arcosaurio o bien no me acuerdo cuál otro. Si hubo una materia en la secundaria llamada Dinosaurios confieso haberla olvidado de cabo a rabo. Ni por supuesto pienso hacerme el famoso análisis neurocognitivo, que no haría otra cosa que potenciar mis complejos de ignorancia en temas aparentemente tan dominados por colegas que gozan de mis respetos. Me consuela un tanto pensar que más que ser buenos alumnos de una materia aprendida con rigor científico, mis respetados colegas podrían ser víctimas de esa película disfrazada de veraz llamada Jurassic Park y hasta de sus frustradas plagiadoras. 

Suelo en mis ataques de ignorancia recurrir a la deidad que idolatramos por darnos todas las respuestas. Aunque tengo pruebas sobradas de que la tal Wikipedia no es del todo fiable. Más de una vez he sospechado que inventa las millones de cosas que no sabe. O, por decirlo de otra forma, de vez en cuando me da la impresión de que hay ventrílocuos irresponsables que ponen en sus labios montones de disparates. Tengo que preguntarle a Alfredo Pérez sobre el tema, porque me consta que él sabe de todas estas cosas desde los tiempos en que Wikipedia ni siquiera había nacido en los cerebros más imaginativos. 

Por el momento lo que creo haber descubierto es que el arcosaurio es un antecesor del dinosaurio, o sea que el Tiranosaurio Rex, que nadie duda que es un dinosaurio, es posterior a él. La fuente no es Wikipedia, el dato lo encontré en una publicación de la revista Nature

El siguiente homenajeado fue el eficiente Luca Pacioli, también conocido como Héctor Repossi.


Y el tercer homenaje de nuestro encuentro fue para Antonio Aromando, en ausencia comentada por nuestro Dinobedel.



¡Felicitaciones para Conrado, para Héctor y para Antonio!

Más fotos de un almuerzo muy agradable:




El forastero dijo llamarse Carlos Chiodini. La tarjeta dice lo más importante de él. Es Fundador y Presidente del Museo de Informática de la República Argentina.

Sufrió la foto y entrevista de rigor, que incluyó breve diálogo con Conrado:




Queda prometida nuestra visita a tu Museo, Carlos. A cambio, claro está, de tu promesa formal de no dejarnos allí encerrados.

Esta vez más que otras recorrí personas y conversaciones. Es la parte positiva de que las tentaciones por las rabas, los fiambres, alcauciles, muzarellas empanadas y demás, desaparecieran en forma radical. Disculpen si la palabra les desvió el pensamiento a la política, fuente de depresiones por doquier, prohibido nombrarla en nuestras fiestas.

Espedito Passarello y San Expedito
Realmente no sabía que Espedito Passarello era nacido en Italia, allí en Bagnara, cerca de Mesina, parajes de las aventuras del famoso Ulises. "No, señor Huergo, acostúmbrese a decir que usted no lo recordaba", me diría y retaría mi neurocognitólogo si tuviera uno. 

Como sea, eso de que nació en Italia explica muchas cosas. Por ejemplo, me tranquiliza que el nombre no haya surgido de algún argentino distraído o malhumorado. 

En español el nombre correcto es Expedito, como lo atestigua San Expedito, que quizás fue canonizado en mérito a no protestar jamás por el nombre recibido.

Es más que interesante la historia de nuestro amigo, al que muchos prefieren llamar Tito. Docente múltiple allá por los setentas, debió caer en lista negra y peligrosa y sus cargos docentes por doquier, incluidas UBA y la UTN, fueron revocados. 

Con la ayuda del benemérito Gustavo Pollitzer fuese solo a la Pontificia de Brasil, para ser docente allí, dejando mujer y primer hijo en Buenos Aires, a la espera de economías que sustentaran mudanzas mayores. 

Desde allí nuestro hombre descubrió oportunidades en Bolivia, ganando licitaciones y dejando en segundas posiciones a las empresas más pintadas, Price Waterhouse una de ellas.
-Pero, ¿sos argentino además de italiano? 
-Tuve que serlo por razones de trabajo, a los 28 años -dijo Tito. 
-Tu pronunciación es perfecta, pero tu vocabulario es limitado -me pareció escuchar al Profesor, que no había traído pelo alguno en la lengua.
La situación me pareció curiosa. El argentino que se italianizó en Pisa, opinaba con seguridad y sin censura sobre el lenguaje del italiano que se argentinizó en Buenos Aires. Puede que una ligera sombra haya opacado el brillo habitual de los ojos de Passarello al recibir el estiletazo de Martino. 

No les sigo contando más de las aventuras de Tito Passarello. Me propongo averiguarlas y compartirlas a través de un Conversando con.

Felicitaciones para el trío organizador. Todo fue de maravilla, como siempre.

Gracias, trío organizador. Todo fue de maravilla, como siempre.
Espero seamos más de 20 la próxima vez, ahora lo digo en hexadecimal.


Abrazos para todos!

09/05/2018: Eduardo Vila Echagüe: IBM y el cometa Halley


[Capítulo 26 de La Informática y yo]

IBM y el cometa Halley

Se iniciaba el año 1986. IBM de Chile aún era la principal empresa de informática del país, pero su participación de mercado caía rápidamente. Ya hablamos de la feroz competencia en mainframes y sistemas intermedios. Pero además el mundo de la pequeña empresa y sus soluciones basadas en redes Novell de PCs nos era totalmente ajeno. Términos como router, switch o Ethernet eran incomprensibles para la mayoría de nuestros vendedores. Para nosotros sólo existía el viejo y querido SNA. Los pocos PCs que vendíamos eran para ser usados emulando las antiguas terminales 'tontas'. Por último, ignorábamos completamente el creciente mercado de servicios; en esa época sólo contaba como servicio el mantenimiento a nuestros propios equipos.

Sin embargo éramos optimistas. Estábamos próximos a inaugurar nuestro nuevo edificio. Dejábamos nuestras oficinas arrendadas en la calle Agustinas frente al palacio de la Moneda y nos íbamos al Barrio Alto. En realidad no tan alto, sólo unas cuantas cuadras más arriba, al inicio de de la comuna de Providencia, hasta entonces un barrio bastante gris. Pero tenía muchas ventajas. Estaría pegado a la estación del Metro Salvador. Ya no tendríamos que deambular por el Centro buscando donde almorzar, puesto que tendríamos un casino de lujo en el propio edificio. Adiós (sniff) al club IBM en Amunátegui con Moneda, con su pool y mesa de ping pong. Tampoco tendríamos que buscar estacionamiento para nuestros autos en los sitios eriazos (baldíos) entre Teatinos y Amunátegui. Ahora podríamos usar los del propio edificio, al menos los que teníamos cierto nivel para arriba. ¡Ya no seríamos inquilinos, sino propietarios!

En esa época IBM de Chile dependía de LAMA, una agrupación de los países menores de Sudamérica. Junto con Brasil, México y Argentina integrábamos el Área IBM Latinoamericana. Al ser pequeños teníamos mucha libertad como país. Nuestro Gerente General seguía siendo aquel señor que me ayudó en mi primera venta de un Sistema /38, un caballero de los de antes. Nuestra plana mayor estaba formada íntegramente por chilenos. Más abajo, quizás encontráramos algún argentino afincado en el país por razones sentimentales.

La inauguración del nuevo edificio estaba programada para Abril. Naturalmente contábamos con la presencia de las autoridades máximas de LAMA y del Área Latinoamericana. Efectivamente ellos anunciaron su venida, pero hubo una sorpresa. Venían con sus respectivas señoras y también con el hijo del Gerente General de LAMA, quien informó que quería aprovechar su viaje para tener la mejor opción para ver al cometa Halley, el que según los medios se vería mejor desde nuestro hemisferio, justamente a mediados de Abril. La noticia causó consternación entre nuestros ejecutivos. ¡Un cometa! ¡Los procedimientos de IBM no dicen nada de cometas! ¿Que hacemos?

El cometa Halley había maravillado a nuestros abuelos en su última
El cometa Halley
pasada en 1910. Imagínense aquellos tiempos, sin smog y con una iluminación eléctrica bastante limitada. Fue un espectáculo fantástico, aunque tambié bastante inquietante cuando se supo que nuestro planeta pasaría por la cola del cometa, formada por gases venenosos. Hubo unos cuantos que se suicidaron pensando que había llegado el fin del mundo, pero obviamente esto no sucedió, siendo este evento postergado para los años 2000, 2012 y quién sabe cuando llegará finalmente. 

Volvamos a nuestros consternados ejecutivos. Todos expertos en cuotas de ventas, margen de utilidades, satisfacción de cliente, pero de cometas, nada. Me imagino el conciliábulo donde repasaron sus conocimientos de planetas, cometas, asteroides y temas afines. Pero no salió humo blanco hasta que uno recordó el reportaje que había salido en la revista de IBM a un empleado que decía tener aficiones astronómicas. ¡Quizás ahí estaba la solución! Resultó ser que este empleado era el mismo argentino que mencionamos antes, es decir, yo. ¡De relator me convertí en protagonista! ¡Oh misterios insondables de la Providencia! Me enteré del asunto cuando sentado en mi humilde cubículo Banda 7 recibí una llamada pidiéndome que me presentara urgente en la Gerencia de Personal. ¡Qué susto! ¿Me habrán pillado en algo? Uno tiene la conciencia tranquila, pero hasta por ahí no más. En fin, me armé de coraje y subí.

Allí me recibió el Gerente de Personal en persona (valga la redundancia), quien sin mayor aclaración me preguntó si desde el nuevo edificio se vería el cometa Halley. Aunque no entendí el motivo de la pregunta, quedé aliviado cuando me di cuenta de que era un tema en el que yo jugaba con ventaja. Respondí con un lacónico 'no'. Como vi que la respuesta no entusiasmaba a mi interlocutor, le expliqué que yo ya había visto el cometa desde mi casa, pero usando mi telescopio. A simple vista no se veía, por el smog y la luminosidad del cielo, y si eso pasaba en mi casa sería peor desde un lugar más céntrico como Providencia. En resumen, para ver al famoso cometa había que salir de Santiago, por lo menos a una distancia de 50km. Tomó nota y quedó en llamarme.

A los pocos de días me llamó para contarme que habían identificado dos sitios posibles. Uno era Baños de Corazón, cerca de los Andes, a

Hotel Portillo

unos 80 km al norte de Santiago. El otro era nada menos que el hotel Portillo, famoso centro de esquí en plena Cordillera, a 60 km del anterior y a casi 3.000 metros de altura. Me dijo también que en IBM estas cosas no se hacían a la ligera, y que teníamos que hacer el rehearsal, lo que significaba algo así como un ensayo previo. Para ello me propuso que fuéramos a evaluar esos lugares, pertrechados con las respectivas señoras y mi telescopio. La función del telescopio es bastante obvia, pero a ellas las llevábamos para que vieran los aspectos logísticos de los lugares donde se alojarían visitantes, vale decir la limpieza de los baños, la ausencia de cucarachas y demás menesteres. 

Así fue como un par de semanas antes de la inauguración del nuevo edificio partimos en caravana, el Gerente de Personal en su Mercedes y yo en mi Peugeot 504 de segunda mano. No sé por qué fuimos en dos autos, tal vez porque la caja de mi telescopio no cabía en la maleta y tenía que ir en el asiento trasero. Fue un viaje complicado, porque el Mercedes tenía una tendencia natural a andar a 150 km por hora. Por suerte su dueño tenía claro que si me perdía corría riesgo su futura carrera gerencial, así que logramos llegar a los Andes ya anocheciendo. Subimos a Baños del Corazón y allí el experto en asuntos cósmicos, es decir yo, dio su primer dictamen técnico: — Este sitio es tan iluminado y aún más húmedo que Santiago.

No recuerdo si alcanzamos a parar un rato o si de inmediato partimos hacia la alta Cordillera. Fue un placer seguir al Mercedes subiendo en plena noche por los espeluznantes caracoles de Portillo, pero gracias al San Cristóbal que siempre llevo en mi auto arribamos sin contratiempos. El hotel estaba iluminado cuando llegamos, aunque en esa época del año aún no estaba recibiendo huéspedes. Por ese motivo se había dispuesto que nos alojáramos en dos de las cabañas individuales que forman parte del complejo. Creo que nos trajeron algo de comer y a continuación salí a armar el telescopio, mientras las damas inspeccionaban los baños, las camas y demás.

Una vez armado el aparato, el experto cósmico pidió al Gerente de Personal que instruyera al Gerente del Hotel para que apagaran las luces exteriores y así poder iniciar la observación. Así se hizo y repentinamente todo el valle donde está Portillo quedó sumido en la oscuridad. Fue un momento mágico. Un manto de innumerables estrellas se desplegó sobre nuestras cabezas, sólo interrumpido a la distancia por la negra silueta de las montañas. Llevo más de 70 años mirando el cielo, y nunca he visto un espectáculo tan maravilloso. Normalmente cerca del horizonte las estrellas se ven más tenues, pero aquí, gracias a la altura, todas se veían con la misma intensidad. Algo fantástico.

¡Gracias, IBM, por favor concedido!

¿Y el cometa? Ah, sí, me había olvidado. Ahí estaba en lo alto del cielo, con una cola de varios grados de longitud. Pero al lado del espectáculo de las Nubes de Magallanes, la Vía Láctea y algunos cúmulos de estrellas por aquí y por allá, nada para morirse. He visto cometas mejores, el más impresionante de todos el que vimos hace algunos años hacia el poniente, poco después de la puesta de Sol. Desde Reñaca se veía la cabeza cayendo sobre Valparaíso, en tanto que la cola llegaba hasta el medio del Océano. Si alguno recuerda cómo se ve la Cruz del Sur, la cola del Halley no era más grande que ella. Es que cada vez que se acerca al Sol pasa a distintas distancias de la Tierra y su avistamiento en aquel año no era de los más favorables.

¿Y el telescopio? Sí, también lo miramos con el telescopio, pero los cometas lucen más a simple vista o mejor con prismáticos. En el telescopio sólo se ve el núcleo, pero lo que realmente luce es la cola. ¿Para qué lo llevamos, entonces? ¡Para potenciar la imagen del experto, no más!

Terminadas las observaciones y medio muertos de frío nos volvimos a las cabañas donde pasamos la noche. A la mañana siguiente, regresamos a Santiago, a esperar la inauguración del nuevo edificio. Pero ésta es sólo la primera parte de la historia del Halley.